Amando A La Familia
Estudio La familia es el lugar donde esperamos experimentar las primeras muestras de amor, cariño y apoyo. Muchos de nosotros hemos sido testigos de los sacrificios que nuestros padres, familiares o amigos hicieron para que hoy podamos estar donde estamos. A medida que crecemos, comenzamos a comprender con mayor claridad la magnitud de esos sacrificios que requieren entregar lo que más amamos por el bien de los demás. Es un amor que no se mide solo en palabras, sino en acciones, donde cada día nos enfrentamos a decisiones difíciles y sacrificios personales, siempre con la esperanza de que esto unifique e incremente nuestra relación en la familia.
El amor en la familia no son simplemente acciones, son sacrificios que demuestran cuán importante nuestra familia es para nosotros. Pero, ¿cómo puedo demostrar el amor a través de mis sacrificios?. El sacrificio se puede definir como la acción de renunciar voluntariamente a algo valioso o importante, ya sea en beneficio de otros o por un propósito mayor. Implica hacer un esfuerzo, a menudo doloroso, para lograr algo que se considera más importante que lo que se está dejando atrás. Al dejar algo que queremos por algo que en realidad amamos, es un sacrificio que demuestra amor e importancia. Jesús se entregó en sacrificio en la cruz por amor a nosotros. Juan 3:16: "Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna."
Si Dios NO nos amara como sus hijos, como su familia, no habría la necesidad de entregar a su amado Hijo en sacrificio por nosotros. Los sacrificios no son fáciles, pero tampoco imposibles. El amor que Dios nos demostró y nos sigue demostrando, es un vivo ejemplo de cómo debemos tener simpatía y amor por nuestra familia. Volviendo a nuestra lectura bíblica principal dice que el amor es paciente, es bondadoso. El amor no es celoso ni jactancioso ni orgulloso. Debemos mostrar un amor sensato, honesto e incondicional. Demostrar esto puede fortalecer nuestra seguridad y empatía.
Algo muy importante es que demostrar este tipo de amor también puede crear una base sólida para resolver conflictos. Nuestro primer recurso para resolver problemas familiares debe ser la oración. La oración es un arma poderosa que está al alcance de solo expresar palabras a nuestro Padre celestial. El segundo recurso que debemos utilizar es claramente el amor. Resolver conflictos con amor es clave porque transforma la confrontación en una oportunidad para entenderse y crecer. El amor permite que las tensiones fluyan a un lugar de respeto y cuidado, soluciones más duraderas y efectivas.
¿Qué pasa si NO respetamos ni amamos a la familia?
- No habrá una buena relación familiar.
- Viviremos en constante pelea.
- Nuestra vida no servirá de ejemplo a otros.
- Nuestra base familiar colapsará.
- No habra unidad.
Aplicación
El amor en la familia es fundamental para crear unidad, fundamento y seguridad. El amor tiene que ser uno de los pilares principales en la familia, de otra manera no habría propósito. Además de amar a tu familia, debes amar a Dios sobre todas las cosas. “Cree en el Señor Jesús y serás salvo, junto con todos los de tu casa.” (Hechos 16:31) Si amamos a Dios, eso nos ayudará a enseñar a otros amor, ser genuinos, servir de ejemplo y dar testimonio a través de nuestras vidas. Ahora, esto no significa que porque amemos a nuestra familia debemos pasar por alto todo lo que no está bien. El amor genuino implica poner límites saludables y corregir conductas dañinas, incluso si esto resulta difícil e incómodo. No se trata de consentir todo, sino de guiar y corregir con sabiduría y compasión.
Entonces, ¿qué sucede cuando amamos de manera correcta a nuestra familia?
- Creamos buenos lazos relacionales.
- Promovemos paz y amor.
- Reflejamos a Cristo en nuestras vidas.
- Cumplimos con los mandatos de Dios.
- Nos acercamos más a Dios.
Conclusión
Amemos a nuestras familias sabiendo que nos esperan bendiciones, alegrías, experiencias pero también dificultades, emociones, confrontaciones, y problemas, pero teniendo siempre a Dios en nuestra mira, seremos capaces de vencer todo problema y tempestad que se enfrente a nuestra familia unida. No olvidemos que amar a la familia en Cristo es vivir el amor que Cristo nos mostró a través de su sacrificio en la cruz. Demostremos ese amor incondicional, transformador, compasivo, respetuoso y fortalecedor.
Escrito por: Angeliz López
|