¿Qué Es Lo Que El Mundo Determina Por Bendición?
Estudio El mundo ha cambiado por completo el significado de la palabra “bendición”. Hoy, se cree que una persona está bendecida si tiene dinero, fama, salud perfecta, una casa grande o una vida sin problemas. Pero la Biblia enseña algo muy distinto: la verdadera bendición no depende de las circunstancias externas, sino de la presencia interna de Dios en el corazón.
Jesús enseñó que los pobres en espíritu, los mansos, los que lloran, los que tienen hambre y sed de justicia son los verdaderamente bendecidos (Mateo 5: 3-10). Es decir, aquellos que reconocen su necesidad de Dios y dependen completamente de Él. El mundo dice: “Tienes suerte si tienes más”, pero el Reino de Dios dice: “Eres bendecido cuando tienes menos de ti y más de Cristo”.
Proverbios 10:22: “La bendición del Señor enriquece a una persona y él no añade ninguna tristeza.”
Lucas 12:15: “Y luego dijo: Tengan cuidado con toda clase de avaricia! La vida no se mide por cuánto tienen”.
El mundo mide la bendición por lo que se puede mostrar; Dios la mide por lo que se puede sostener en el alma. Una casa puede llenarse de lujos, pero si está vacía de paz, no hay bendición. Un corazón puede faltar de todo lo material, pero si tiene la presencia de Dios, lo tiene todo. La verdadera riqueza se encuentra en tener comunión con el Creador, no en acumular lo que pronto se acaba.
Cuando entendemos que Cristo mismo es nuestra mayor bendición, cambia nuestra forma de ver la vida. Ya no vivimos quejándonos por lo que falta, sino agradeciendo por lo que Él ya ha hecho. No vivimos persiguiendo lo temporal, sino disfrutando la eternidad que ya empezó en nuestro interior.
¿Qué sucede si sigo el concepto del mundo sobre bendición?
- Terminarás esclavo de lo que intentas conseguir.
- Tu identidad dependerá de tus logros y no de Cristo.
- Perderás la paz intentando mantener apariencias.
- Te compararás constantemente con los demás.
- Buscarás placer, pero nunca hallarás propósito.
Aplicación
Dios no nos bendice para llenarnos de orgullo, sino para formar en nosotros un corazón humilde y agradecido. La bendición no es tenerlo todo, sino tener a Cristo en todo. Muchos dicen “estoy bendecido” cuando les va bien, pero se olvidan de decir lo mismo cuando están en prueba. Sin embargo, las Escrituras enseñan que incluso el sufrimiento puede ser una bendición, porque nos lleva a depender más de Dios y menos de nosotros mismos.
Como familia, debemos aprender a redefinir lo que llamamos “bendición”. No se trata de cuántas cosas tenemos, sino de cuánto reflejamos el carácter de Cristo en medio de todo. Si Dios te ha dado paz en medio de la tormenta, eso es bendición. Si te ha permitido perdonar a quien te hirió, eso es bendición. Si te ha mantenido firme cuando todo se destruye, eso es bendición.
Mateo 6: 19-21: “No almacenes tesoros aquí en la tierra, donde las polillas se los comen y el óxido los destruye, y donde los ladrones entran y roban. Almacena tus tesoros en el cielo, donde las polillas y el óxido no pueden destruir, y los ladrones no entran a robar. Donde esté tu tesoro, allí estarán también los deseos de tu corazón.”
Efesios 1:3 “Toda la alabanza sea para Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales en los lugares celestiales, porque estamos unidos a Cristo.”
Cuando dejamos que Dios defina lo que es bendición, dejamos de vivir frustrados y comenzamos a vivir agradecidos. La comparación desaparece, el ego se apaga y el gozo florece. Ya no vivimos buscando aprobación humana, sino disfrutando la aceptación del Padre.
Cada familia debe decidir quién define lo que es una vida bendecida: el mundo o la Palabra de Dios. Si dejamos que Cristo sea el centro, descubriremos que la verdadera prosperidad no está en las cosas que se compran, sino en las almas que se transforman.
¿Cómo aplicar esta verdad?
- Cada día agradece por tres cosas que no sean materiales.
- Hablen en familia sobre cómo Dios ha sido fiel incluso en tiempos difíciles.
- Evalúa si estás midiendo tus bendiciones por tus logros o por la presencia de Cristo.
- Comparte con alguien cómo Dios te ha bendecido de formas que el mundo no entiende.
- Decide hoy vivir con gratitud, no por lo que tienes, sino por quién te sostiene.
Conclusión La bendición no se mide por lo que posees, sino por lo que Dios ha hecho en ti. El mundo llama “bendecidos” a los que triunfan, pero Dios llama “bendecidos” a los que se rinden ante Él. La verdadera bendición no se muestra, se vive; no se presume, se agradece; no se acumula, se comparte. Cristo mismo es la mayor bendición que pudiste recibir, y cuando Él habita en el corazón, nada falta!
Salmo 37:16: “Es mejor ser justo y tener poco, que ser malvado y rico.”
Si Jesús es tu tesoro, entonces nunca vivirás en escasez. El mundo podrá quitarte cosas, pero nunca podrá quitarte al Salvador que te dio todo. Vivir bendecido no es tenerlo todo, sino vivir sabiendo que ya tienes al Todo.
Escrito por: Matías Velásquez
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