"La Libertad Que Produce El Perdón"
Estudio La Palabra nos dice que la paga del pecado es la muerte, pero el regalo que Dios da es la vida eterna por medio de Cristo Jesús nuestro Señor (Romanos 6:23). El pecado es el que nos ha separado de Dios, y nos ha esclavizado. Hoy muchos son esclavos de su pasado que los acusa, de sus recuerdos, del daño que le han hecho, y por supuesto, también son esclavos de sus propios pecados, imposibilitándolos de disfrutar de una verdadera libertad. Mas, no hay razón para vivir así ya que Dios nos abrió el camino para poder ser libres del pecado que constantemente nos asecha, y fue por medio del sacrificio de Jesucristo en la cruz, donde con Su muerte pagó el precio requerido por nuestros pecados y con Su resurrección nos abrió el camino para poder tener comunión con Dios y vivir una vida eterna, plena y libre. Únicamente Cristo nos ofrece completa libertad y es a través del perdón. Es cuando perdonamos que podemos amar, podemos dar y recibir amor aun a pesar de nuestras debilidades, limitaciones y aun de nuestra naturaleza pecaminosa. Podemos vivir en la verdadera libertad cuando somos conscientes del bien que Dios nos ha hecho aun sin merecerlo.
¿Qué le sucede al hombre cuando no sabe o no puede perdonar?
- Vive siendo esclavo de la falta de perdón.
- Su deseo de cobrar el mal que le han hecho llena su corazón de amargura, rencor y odio.
- Se puede enfermar fisicamente por todo el daño guardado en su corazón.
- No puede tener comunión con Dios ni recibir el perdón que Dios le ofrece, por no poder perdonar a otros.
AplicaciónEn Isaías 43:25 Dios nos dice: “Yo, sí, yo solo, borraré tus pecados por amor a mí mismo y nunca volveré a pensar en ellos”. Pues Él nos rescató del reino de la oscuridad y nos trasladó al Reino de Su Hijo amado, quien compró nuestra libertad y perdonó nuestros pecados (Colosenses 1:13-14). No tenemos ninguna necesidad de vivir en esclavitud, podemos ser libres en Cristo, podemos perdonar a otros, así como Él nos ha perdonado a nosotros. Y a quien primero debemos perdonar es a nosotros mismos, creyéndole a Dios que nos dice de muchísimas maneras que Él ya perdonó nuestros pecados. Y cuando fallemos confesarle nuestro pecado, y Él, que es Fiel y Justo nos perdonará y nos limpiará de toda maldad (1 Juan 1:9). Solo debemos con verdadera humildad reconocer que no hicimos nada para merecer Su perdón, sino solo creer y recibirlo con agradecimiento. Cuando perdonamos las faltas que puedan hacernos los demás le abrimos las puertas al amor para que florezca, para que crezca en nuestras vidas y para que podamos compartirlo con otros. Una prueba de que hemos perdonado es que al recordar lo que nos hicieron ya el corazón no nos duele pues Dios lo ha sanado.
La libertad que produce en nosotros el perdón nos permite:
- Vivir una vida plena disfrutando desde ya todas las bendiciones que Dios tiene para sus hijos.
- Ayudar a otros con nuestro testimonio de amor a que ellos también puedan recibir el perdón de Dios y perdonar.
- Vivir en obediencia a Dios y en comunión con Él.
- Ser efectivos para el Reino de Dios.
Conclusión
Una vez que Cristo nos ha liberado, debemos permanecer libres y no permitir que nada ni nadie nos quiera robar esa libertad. Por lo tanto, debemos vivir agradeciendo a Dios por el perdón de nuestros pecados; humildemente reconocer cuando fallamos y arrepentirnos; constantemente, y con la ayuda del Espíritu Santo someter nuestros pensamientos a la obediencia a Cristo, no permitiendo que se alberguen en nuestra mente pensamientos que nos dañen. Haciendo estas cosas solo nos queda vivir en la libertad que hemos recibido; amar y perdonar a nuestros semejantes como Dios nos ama y nos perdona; disfrutar todas las bondades de Dios para con nosotros y gozarnos aun en medio de las pruebas pues tenemos en Dios la promesa de que Él nunca nos abandonará y nos guiará hasta nuestro encuentro con Él en la Eternidad.
Escrito por: Linda Vélez
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