"El Corazón Del PADRE"
Estudio Muchas personas tienen en poco el amor de Dios. Esto puede ser porque no lo conocen, porque piensan que necesitan el amor “palpable” de una persona o porque su padre terrenal los ha decepcionado.
Así como el amor del Padre lo fue todo para Jesús, debería de serlo para nosotros como seguidores de Jesús, pero no puedes amar realmente a quien no conoces, si no sabes cómo es, si no conoces a Dios, si no has experimentado Su amor porque Dios es amor, es Su naturaleza; nos hace falta conocer más a Dios. Jesús ora al Padre en Juan 17:23 “Yo estoy en ellos y tu estás en mí. Que gocen de una unidad tan perfecta que el mundo sepa que tú me enviaste y que los amas tanto como me amas a mí.” Para Jesús fue muy importante que Sus discípulos supieran que el Padre los amaba tanto como a Él. Podemos experimentar el amor del Padre en la unidad; primero necesitamos tener unidad con Cristo y que por medio de esta relación inseparable y constante podamos vivir en unidad con la familia, en el matrimonio y en cada relación que podamos tener.
El amor de Dios une y atrae por amor. De eso nos habla toda la Escritura, del esfuerzo Divino que busca acercarse a nosotros por amor. El amor del Padre proveyó ese instrumento para alcanzarnos por medio de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
AplicaciónDios nos creó para amarnos y para que nosotros lo amáramos a Él, el amor del Padre se muestra en la decisión eterna de ser para el bien de otros, de existir para el beneficio de Su creación, el amor de Dios no excluye, no pone límites. El amor de Dios a través de Jesús nos da libertad para hacer cosas buenas, para cultivar paz, para edificar mi vida y la de otros, soy libre para amar a Dios y a las personas. Es imposible que el amor humano sea incondicional como el amor de Dios, por esa razón no podemos equiparar el amor de Dios ni con el de las personas que se supone que más nos amen. El amor humano depende de los sentimientos, amas porque han sido buenos o porque te han amado primero. Ese tipo de amor es condicionante, va y viene.
El amor de Dios no se basa en quien soy sino en quien es Él. Romanos 5:5 nos dice: “Y esa esperanza no acabará en desilusión. Pues sabemos con cuánta ternura nos ama Dios, porque nos ha dado el Espíritu Santo para llenar nuestro corazón con su amor.” Al recibir a Cristo en nuestros corazones también recibimos ese poder para amar a otros, podemos dejar que ese amor fluya libremente, sin condiciones.
En el corazón del Padre hay amor:
- De buena voluntad, no se enfoca en defectos sino en virtudes.
- Pleno, experimentas gozo, paz y satisfacción completa.
- Desinteresado, no rechaza, redime por medio de la sangre de Cristo.
- Paciente y bondadoso, es benigno, siempre está buscando cómo limar con dulzura las asperezas.
- Sacrificial, siempre está dispuesto a creer lo mejor de cada persona.
- Inagotable, cada mañana renueva sus misericordias por y para nosotros.
Conclusión
Nuestro amor humano falla pero el del Padre no, nuestro amor tiene un límite pero el del Padre no, nuestro amor condiciona pero el de Dios no. Yo no puedo amar a otros si primero no he recibido el amor del Padre, y lo necesito no sólo para amar a otros sino para mantener relaciones sanas, en unidad. Todo lo bueno que podamos hacer es por amor y en amor. El amor no es un sentimiento ni una emoción, es una persona que quiere vivir en mí y a través de mí. El amor del Padre ama por encima de la indiferencia del hombre.
Puedo conocer el corazón del Padre cuando busco conocerlo, cuando leo Su Palabra, cuando lo considero en cada paso de mi vida.
Sin este amor del que hemos hablado es imposible llegar a vivir en el propósito eterno por el cual fuimos creados, cuando vivimos en este amor vivimos en plenitud y libertad.
Dependamos del amor del Padre en cada circunstancia de la vida, aunque no puedo amar a las personas en mis fuerzas lo puedo en el amor de Dios.
Escrito por: Saidette Martínez
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