Slideshow image

 

Tiempo Familiar - Semana 23
 
View this email in your browser

El Poder De La Humildad

 

Estudio
El diccionario de la lengua española define la humildad como: una virtud que reconoce las propias limitaciones y debilidades, y que actúa de acuerdo con este entendimiento. Lo que afirma es válido. Sin embargo desde la óptica cristiana, esta definición presenta en forma parcial la esencia y el poder de la excelencia y, de esa manera desestima la necesidad de incorporar nuestra vida.

Por lo que podemos decir que la humildad es:

  • Una virtud cristiana que para que se desarrolle
Dios desea que echemos raíces en el evangelio de Cristo. Pablo indica que debemos vivir en Cristo, no superficialmente, sino “ firmemente arraigados y edificados en Él”.
  • Es un fruto del Espíritu Santo
La verdadera persona humilde es segura; por tanto, no necesita ser reconocida públicamente. La humildad genuina es sana, no piensa del próximo lo malo ni cree que este tiene malas intenciones, por lo que no cuestiona sus motivaciones ni vive en escepticismo. Una auténtica humildad está cubierta de mansedumbre y la paciencia es su compañera de vida.
  • La humildad vive con sabiduría.
La sabiduría es amiga personal de la sencillez de corazón. Lo compruebas cuando observas que alguien humilde habla cuando se le pide, escucha con proactividad y es sumamente lento para enojarse. El conocimiento y la reflexión ocupan su mente todo el tiempo. Y el discernimiento es como una espada afilada en su pensamiento y en la toma de decisiones. Por lo tanto, la humildad planifica con tiempo y ejecuta con oportunidad. Los hijos de Dios somos llamados a vivir sabiamente y nos caracterizamos por discernir lo malo de lo bueno y lo bueno de lo que es mejor.
  • La humildad significa que usamos nuestros talentos y habilidades.
Romanos 12:3 dice: “Basado en el privilegio y la autoridad que Dios me ha dado, le advierto a cada uno de ustedes lo siguiente: ninguno se crea mejor de lo que realmente es. Sean realistas al evaluarse a ustedes mismos, háganlo según la medida de fe que Dios les haya dado”. Tener una mentalidad humilde es pensar con prudencia de uno mismo. Esto significa que no nos jactamos de nuestras habilidades y capacidades. También reconocemos que nuestra competencia proviene de Dios en todas las cosas. Dios lo que quiere, es que nos pueda usar para Su Gloria y para Su propósito y cada uno de nosotros debe estar consciente de esto. La humildad es usar nuestros talentos y habilidades bajo la dirección y la guía de Dios, y con esto, dar en la gloria por lo que se ha logrado en Él y a través de nuestra vida.
  • La humildad es clave para el progreso.
Santiago 4: 6-8 nos dice: “Y él da gracia con generosidad. Como dicen las Escrituras: Dios se opone a los orgullosos pero da gracia a los humildes. Así que humíllense delante de Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes. Acérquense a Dios, y Dios se acercará a ustedes. Lávense las manos, pecadores; purifiquen su corazón, porque su lealtad está dividida entre Dios y el mundo”. Dios trabaja de acuerdo a las leyes. Es una ley natural que si nos humillamos bajo la poderosa mano de Dios, y sometemos nuestra propia voluntad y honor, entonces Él nos dará la gracia que necesitamos para vivir una vida cristiana en verdad y nos exaltará a su debido tiempo.
 
Ser humilde es tener la misma forma de pensar de Jesús, ya que Él es el máximo ejemplo en humildad. Él no valoró su propia reputación o su honor, sino que se ofreció voluntariamente en cada situación. Así que la voluntad de Dios se cumplirá y Dios será glorificado a través de su vida. Si tenemos la misma mentalidad humilde, y abandonamos nuestra propia reputación y honor para ser obedientes a la Palabra y a la Voluntad de Dios, entonces vamos a ser capaces de hacer un progreso increíble en nuestra vida! Dios realmente nos sirve de cerca en nuestros corazones y está dispuesto y celoso para fortalecer a aquellos que quieren vivir para Su Gloria. Ser del Señor y comprender que tenemos la necesidad constante de recibir su apoyo. La humildad es el reconocimiento de que nuestras actitudes y talentos son dones de Dios; no es señal de debilidad, de timidez ni de temor, sino una indicación de que sabemos de dónde proviene nuestra verdadera fortaleza. Puede ser humilde, pero a la vez ser audaz y valiente.
  • Como padre o madre, ¿la humildad es uno de tus atributos?
  • ¿Qué tanto desarrollas la humildad en tu familia, casa o lugar de trabajo?
  • ¿Cómo puedes desarrollar la humildad, sin caer en el orgullo?
Aplicación
Recordemos que Dios nos manda a ser humildes, ¿ha notado usted que la Biblia con frecuencia habla de la exaltación junto con la humildad? Sin embargo, no debemos tratar de humillarnos con la esperanza de ser exaltados. Es importante saber que la senda del orgullo siempre lleva al desastre, mientras que la senda de la humildad siempre lleva a la exaltación. Pero no debemos preocuparnos de cuándo y cómo seremos exaltados. Dios se encargará de todo eso. Lo que nos toca a nosotros es seguir en la humildad, confiar en Dios, obedecer Su Palabra, mantenernos al pie de la cruz y recordar que las promesas de Dios a los humildes son seguras.

Como Pablo menciona en Colosenses 2:18,21,23. Hay algo que parece ser la humildad, pero en verdad no lo es. Esta es la humildad fingida y la debemos evitar. Los que se sienten orgullosos por su humildad algún día se darán cuenta de que era una humildad fingida la que tenían. Dios desea exaltar al hombre según su imagen y propósito. Para esto la carne tiene que estar muerta de tal manera que no responda a los deseos carnales. Algunos piensan que los dones espirituales exaltan a la persona que los posee y por eso los buscan con empeño. Pero la verdad es que el que recibe dones espirituales auténticos tiene que humillarse cada día más, crucificar más a la carne y entregarse más a Dios. Dios no da dones espirituales para promover nuestras propias metas y aspiraciones. Como Iglesia reflejemos el poder de la humillación, y que podamos ver a los demás como superiores a nosotros. Como hijos de Dios no dejemos de humillarnos ante el Único que merece exaltación!
 
Conclusión
La humildad es esencial en nuestra relación con Dios y con los demás. Es un pilar en la enseñanza cristiana y se refleja en la vida y enseñanzas de Jesús. La humildad nos permite acercarnos a Dios y experimentar Su Amor y Gracia. Cuando reconocemos nuestra pequeña y dependencia de Él, abrimos nuestro corazón a su dirección y guía. La humildad nos permite construir relaciones auténticas basadas en el amor y el respeto mutuo. La humildad nos lleva a seguir el ejemplo de Jesús que a pesar de ser Dios, se humilló a sí mismo para servir y salvar a la humanidad.
 
Escrito Por: Mónica Sosa

Lectura Bíblica
Filipenses 2:3 NTV

“No sean egoístas; no traten de impresionar a nadie. Sean humildes, es decir, considerando a los demás como mejores que ustedes”.
 

Para Discutir

  • ¿Qué significa para ti la palabra egoísmo?
  • ¿Por qué no debemos impresionar a nadie?
  • ¿Qué es para ti la humildad?
  • ¿Cómo tratas a las personas que están a tu alrededor?
Orar Por
  • Que Dios nos permita entender lo que realmente es la humildad y llevarla a la práctica todos los días.
  • Que guardemos nuestro corazón de todo orgullo o jactancia espiritual.
  • Que como familia, iglesia, matrimonio desarrollemos este estilo de vida como el que Jesús modeló, y podamos experimentar genuinamente lo que es el poder de la humillación.
 
 
 

Lectura Bíblica 
Filipenses 2:3 NTV

“No sean egoístas; no traten de impresionar a nadie. Sean humildes, es decir, considerando a los demás como mejores que ustedes”.

(Necesitamos trabajar duro como padres para ayudar a los niños a aprender de memoria este versículo bíblico que acabamos de leer).

Estudio
Veamos qué significa la palabra humildad. La humildad es uno de los rasgos de carácter más necesarios. ¿Cómo podemos desarrollar este rasgo en nuestros hijos? El primer paso es comprender qué es la humildad. La humildad, en su sentido más simple, es la capacidad de considerar a los demás por delante de uno mismo. Se ha dicho que una persona humilde no piensa menos en sí misma; simplemente piensa menos en sí mismo. Una persona genuinamente humilde puede tener confianza sin ser arrogante y puede respetar a los demás manteniendo su respeto por sí mismo. Y la autoestima de una persona humilde no está ligada a lo que los demás digan de él/ella.

Al estudiar la Biblia en familia, observe cómo la humildad es uno de los rasgos de carácter más elogiados en todas las Escrituras y cómo es una parte importante de nuestra relación con Dios. Jesús habló a menudo de humildad, diciendo que “el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido”. Mateo 23:12.

De la humildad surgen tantas virtudes tales como: respeto, bondad, generosidad, compasión, paciencia. La humildad incluye todas estas cualidades. Una persona verdaderamente humilde demostrará estos rasgos, y estos rasgos contribuyen a la humildad de uno. Si eres humilde, piensas en los demás, empatizas con los demás, antepones tus sentimientos a los tuyos. Si los niños aprenden a verse a sí mismos como siervos de Dios y de los demás, desarrollarán de forma más natural una actitud de humildad.

Aplicación
Los niños intentan participar en el servicio a la gente de su Iglesia, a los miembros de su familia. Nunca es demasiado pronto para empezar a practicar este rasgo. Recuerde que es posible que esté desarrollando algo más que un corazón de siervo. Al salir y servir a los demás, también aprende a desarrollar habilidades sociales, superar la timidez y desarrollar confianza. Parte de la humildad es la capacidad de considerar las necesidades y sentimientos de los demás. Los niños a menudo no tienen esta capacidad de forma natural; es necesario enseñarles a ser sensibles a los sentimientos y necesidades de quienes los rodean. Como padres, podemos empezar a desarrollar la empatía en nuestros hijos creando una atmósfera de trabajo en equipo y cooperación en nuestros hogares. Practica el reconocer cómo cada miembro de la familia contribuye, cómo cada miembro necesita ayuda. Anime a sus hijos a abordar las relaciones escolares y de la Iglesia con el mismo espíritu de trabajo en equipo. Hable con ellos sobre cómo pueden ayudar a un compañero de clase que tiene dificultades, cómo pueden hacerse amigos de alguien a quien no aman, cómo pueden ayudar a sacar lo mejor de quienes los rodean. Dios quiere que seamos humildes. No debemos pensar demasiado en nosotros mismos. Ama a los demás como te amas a ti mismo. Dios nos ama a nosotros y a los demás siempre.

Oración
Querido Dios, gracias por amarme. Ayúdame a ser humilde y a verme como tú me ves. En el nombre de Jesús. Amén

Escrito por: Arnulfo Gracia III

 
Nuestro email de Contacto es:
info@iglesicafe.com

Quiere cambiar su opción para recibir los correos electrónicos?
Usted puede update your preferencesunsubscribe from this list