La Historia Confirma Que Jesús Es El Mesías
Estudio La fe en Jesús no se trata de aceptar un mito bonito ni de una tradición heredada: es responder a la verdad más sólida y transformadora de la historia. Jesús no solo anunció quién era, vivió, murió y resucitó cumpliendo con exactitud cada profecía escrita siglos antes de su nacimiento.
La evidencia es tan clara que el problema muchas veces no está en la falta de pruebas, sino en la resistencia del corazón. Creer que Jesús es el Mesías implica reconocer que no podemos salvarnos a nosotros mismos. Implica admitir que necesitamos a alguien que pague por nuestro pecado y gobierne nuestro presente.
Miqueas 5:2 (NTV) “Pero tú, oh Belén Efrata, eres solo una pequeña aldea entre todo el pueblo de Judá. No obstante, en mi nombre, saldrá de ti un gobernante para Israel, cuyos orígenes vienen desde la eternidad.”
Si la evidencia es tan clara, la pregunta es: ¿qué harás tú con ella? No basta con admirar a Jesús o considerarlo un buen maestro. O lo recibes como Señor y Salvador, o lo rechazas. La historia confirma quién es, pero tu respuesta determina tu destino eterno. Si realmente creemos que Jesús cumplió cada palabra anunciada sobre Él, entonces debemos reconocer que no tenemos excusa para la indiferencia.
La fe en Cristo no es una opción más en el catálogo de creencias; es una invitación urgente a rendirlo todo. Las pruebas no solo están para informarnos, sino para movernos a acción y obediencia.
Aceptar la evidencia histórica de Jesús también nos llama a examinar nuestra vida: ¿vivimos como si todo esto fuera verdad o como si fuera solo información? No basta con saber que Él es el Mesías; debemos permitir que su autoridad cambie nuestro carácter, sane nuestras heridas y transforme la manera en que tratamos a los demás.
¿Qué sucede si ignoro la verdad de que Jesús es el Mesías?
- Vivirás atrapado en la duda, sin anclar tu vida a una verdad firme.
- Buscarás llenar tu vacío con ideas humanas que nunca satisfacen.
- Rechazarás al único que puede darte perdón, propósito y vida eterna.
- Te perderás de la paz que viene al confiar en un Salvador real.
- Tu corazón se endurecerá frente al amor que Dios ya demostró en Cristo.
Aplicación Saber que Jesús es el Mesías no puede dejarnos indiferentes. Si Él es quien dijo ser el Hijo de Dios, el Salvador prometido, entonces nuestra única respuesta lógica es rendición total. No podemos seguir viviendo como si él fuera solo un dato histórico. Su vida, muerte y resurrección reclaman nuestro corazón, nuestras decisiones, nuestros sueños y aun nuestras heridas.
Como familia, este es un llamado a poner a Cristo en el centro de todo: nuestras conversaciones, planes, hábitos, y la manera en que tratamos a otros. También es un desafío personal: dejar de lado excusas y decidir hoy vivir para Él. Si Jesús es real para ti, su lugar debería ser el trono, no los alrededores de tu vida.
Juan 20:31 (NTV) “Pero estas se escribieron para que ustedes continúen creyendo que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, al creer en él, tengan vida por el poder de su nombre.”
Aceptar a Jesús como el Mesías significa que cada rincón de tu vida debe rendirse a su autoridad. Es un llamado a revisar tus prioridades, tus palabras y hasta tus planes futuros. Si lo reconoces como Salvador, permite que también sea tu Señor, guiando cada paso y transformando tu carácter día a día. Deja que su historia pueda escribir tu historia.
Si en tu hogar Cristo es verdaderamente el Mesías, entonces sus enseñanzas marcarán la manera en que resuelven conflictos, toman decisiones y sueñan juntos. Practicar su verdad en lo cotidiano, desde una conversación hasta cómo reaccionas ante los problemas, será la prueba viva de que su historia sigue escribiéndose en ustedes.
¿Cómo puedo aplicar la verdad que Jesús es el Mesías?
- Lee en familia las profecías cumplidas en Cristo y habla de lo que significan para cada uno.
- Si nunca lo has hecho, ora reconociendo que Jesús es el Mesías y entrégale tu vida.
- Comparte con alguien cercano por qué crees en Él basándote en hechos y en lo que ha hecho en ti.
- Anota decisiones prácticas que mostrarán que Jesús reina en tu hogar.
- Rechaza la indiferencia: vive con pasión y gratitud por el Salvador que la historia confirma.
Conclusión Jesús no es un mito ni una figura simbólica: es el Cristo prometido, comprobado por las Escrituras, por la historia y por millones de vidas transformadas. El mismo que partió el tiempo en dos quiere partir tus cadenas y darte nueva vida. Su historia es tu invitación a creer, rendirte y seguirlo con todo el corazón.
Apocalipsis 1:17-18 (NTV) “ ¡No tengas miedo! Yo soy el Primero y el Último. Yo soy el que vive. Estuve muerto, ¡pero mira! ¡Ahora estoy vivo por siempre y para siempre!”
Hoy, la evidencia y el amor de Dios te están llamando. No endurezcas tu corazón. Cree en Jesús, el Mesías confirmado, y deja que tu vida sea la prueba viva de que Él sigue salvando, restaurando y escribiendo nuevas historias. La evidencia histórica y bíblica apunta a Cristo con claridad, pero solo tu respuesta personal completará la historia. Hoy, decide si Él será un simple dato o el Salvador que transforma tu vida. No permitas que tu corazón se quede en la teoría cuando Jesús te está invitando a experimentar su poder.
Escrito por: Matías Velásquez
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