Slideshow image

 

Tiempo Familiar - Semana 22
View this email in your browser

Afirmando El Corazón

 

Estudio
Todos los días, en casa y en nuestras vidas, enfrentamos situaciones que quieren sacudir nuestro corazón: noticias inesperadas, problemas económicos, enfermedades, inseguridades, conflictos familiares... Y muchas veces, nuestro corazón se llena de miedo, ansiedad o desesperanza. Pero DIOS nos llama a AFIRMAR EL CORAZÓN, a mantenerlo firme, confiado y lleno de fe, no por lo que vemos, sino por QUIEN vive en nosotros: Cristo!

Un corazón afirmado no nace de la fuerza humana, sino de una relación profunda con Jesús. Cuando Él vive en nosotros, puede transformar nuestro interior. Ya no reaccionamos con temor, sino con paz. Ya no vivimos con ansiedad, sino con confianza. La Palabra de Dios dice en Hebreos 10:23: “Mantengámonos firmes sin titubear en la esperanza que afirmamos, porque se puede confiar en que Dios cumplirá su promesa.”

Cristo no solo quiere que creamos en Él los domingos, quiere vivir en nuestro hogar, en nuestra rutina, en nuestras decisiones. Él quiere transformar corazones heridos, agitados o endurecidos... y hacerlos firmes, confiados, y llenos de paz y fe, para que nuestras familias sean fuertes incluso cuando todo lo demás tiemble como dice Colosenses 3:16: “Que el mensaje de Cristo, con toda su riqueza, llene sus vidas. Enséñense y aconséjense unos a otros con toda la sabiduría que él da. Canten salmos e himnos y canciones espirituales a Dios con un corazón agradecido.”

¿Qué sucede si NO afirmo mi corazón en Cristo?

  • El miedo se convierte en el guía de nuestras decisiones.
  • Nos convertimos en personas reactivas, que explotan o se aíslan ante la dificultad.
  • Dejamos que el dolor, la duda o el enojo controlen nuestra casa.
  • Transmitimos inseguridad a nuestros hijos o seres queridos.
  • Vivimos lejos del propósito y la paz que Dios quiere darnos.

Aplicación
Afirmar el corazón en Cristo significa que, en lugar de vivir por lo que sentimos o tememos, vivimos por lo que Dios ha prometido. Es decidir cada día, como familia, confiar en Su Palabra, aunque no entendamos todo lo que pasa. Significa que en lugar de actuar desde la preocupación, oramos. En vez de hablar con queja o enojo, hablamos con fe. En lugar de dudar, creemos.

Proverbios 3:5-6 nos da una clave poderosa: “Confía en el Señor con todo tu corazón; no dependas de tu propio entendimiento. Busca su voluntad en todo lo que hagas, y él te mostrará cuál camino tomar.” No es fácil! Requiere intención, práctica y comunión. Pero cuando Cristo habita verdaderamente en nosotros, nuestros corazones se fortalecen, nuestras reacciones cambian y nuestras familias comienzan a reflejar Su paz.

Afirmar el corazón no es un acto de un solo momento, es una práctica diaria. Significa tomar decisiones conscientes de confiar en Dios, aunque todo a nuestro alrededor parezca decir lo contrario. Como familia, muchas veces enfrentamos situaciones que nos sacuden: hijos rebeldes, cuentas por pagar, enfermedades, decisiones difíciles. En esos momentos, el corazón tiende a inquietarse, a llenarse de dudas, a buscar soluciones humanas. Pero Dios nos está llamando a algo más profundo: a establecer nuestra confianza en Cristo como fundación sólida.

Cuando afirmamos el corazón en Dios, le estamos diciendo: “Señor, no entiendo, pero confío”; “Tengo miedo, pero tú eres mi paz”; “Estoy cansado, pero tú eres mi fuerza”. Esto no es debilidad. Al contrario, es valentía. Es rendirle a Dios el control y elegir depender de Él. Es decidir que, aunque el mundo sea incierto, nosotros viviremos con la certeza de que Dios cuida a los suyos.

En la vida diaria, afirmar el corazón se ve así:

  • Es orar juntos antes de salir de casa.
  • Es pausar para leer la Palabra cuando estamos confundidos.
  • Es bendecir a nuestros hijos con palabras de fe, no de crítica.
  • Es agradecer a Dios por lo que sí tenemos, incluso en medio de la necesidad.
  • Es reconocer que sin Cristo, no hay firmeza duradera.
Como familia, necesitamos cultivar hábitos que afinen nuestra fe: buscar al Señor juntos, compartir testimonios de Su fidelidad, aprender a hablar palabras de vida, y ayudarnos mutuamente a recordar que no estamos solos. Un hogar con corazones firmes, es un hogar lleno de la Presencia de Dios.

No se trata de nunca llorar, sino de saber a dónde correr cuando el llanto llega. No se trata de ser perfectos, sino de tener la humildad para volver al centro: Jesús.Nos dice  Filipenses 4:6-7  “No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho. Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús.”

Afirmar el corazón también significa educar a nuestra familia en la fe. Nuestros hijos observarán cómo reaccionamos ante los desafíos, cómo hablamos cuando estamos en crisis, cómo oramos en medio del dolor. Afirmar el corazón es un legado espiritual. Si sembramos fe hoy, veremos generaciones que sabrán en quién confiar mañana.

Afirmar el corazón es una decisión intencional. No se trata simplemente de “sentir paz”, sino de permitir que Cristo tenga el primer lugar en nuestras vidas. Es dejar de reaccionar desde la emoción o el miedo, y empezar a vivir desde la fe. Es enseñar con el ejemplo a nuestros hijos que nuestra fuerza está en Dios.

La vida cristiana no es una vida sin tormentas, pero sí una vida donde el corazón permanece firme a pesar de ellas. La oración en familia, el estudio de la Palabra, y la obediencia a Dios fortalecen nuestro interior. Como familia, debemos afirmar nuestros corazones juntos, para que cuando llegue la dificultad, estemos unidos, fuertes y con la mirada en Jesús.
 
¿Cómo puedo afirmar mi corazón en Cristo cada día?
  • Orando como familia en medio de lo bueno y lo difícil.
  • Leyendo juntos la Palabra, dejando que sea guía y consuelo.
  • Confesando nuestras emociones delante de Dios y buscando Su verdad.
  • Hablando palabras de fe en casa, no de temor.
  • Poniendo cada decisión familiar en manos de Dios.
Conclusión
Jesús no vino a darnos una vida sin problemas, vino a afirmarnos en medio de ellos. El corazón humano es débil por naturaleza, pero cuando está lleno de Cristo, se convierte en una fortaleza imparable. Él entiende nuestro dolor, nuestras preocupaciones y todo lo que vivimos como familia. Y por eso, Él quiere entrar y transformar no solo nuestras circunstancias, sino nuestro corazón.

En Juan 14:27, Jesús dijo algo poderoso: “Les dejo un regalo: paz en la mente y en el corazón. Y la paz que yo doy es un regalo que el mundo no puede dar. Así que no se angustien ni tengan miedo.” Esa es la promesa para ti y para tu casa: paz. Paz verdadera. Paz firme. Paz que afirma el corazón.

Hoy, como familia, abramos las puertas a Cristo. Que no solo esté en nuestras palabras, sino en nuestras decisiones. Que no solo sea parte de nuestras oraciones, sino el fundamento de todo lo que somos. Si afirmamos nuestro corazón en Él, no habrá tormenta que nos destruya. ¡Cristo es nuestra Roca!

Jesús no solo vino a perdonar nuestros pecados. Vino a transformar nuestras vidas por completo, empezando por el corazón. Un corazón firme no es uno que nunca teme, sino uno que elige confiar, aun en medio de la tormenta. Cristo mismo fue nuestro mayor ejemplo: en Getsemaní, cuando sintió angustia, afirmó su corazón diciendo: “Padre, hágase tu voluntad.”

Como familia, debemos aprender a caminar así. A rendir nuestros corazones a Dios, a vivir con fe activa, a ser hogares firmes donde reina la paz de Cristo. La victoria no está en que nunca nos afecte nada... sino en que, aún en medio de la dificultad, Cristo está con nosotros, y por eso no nos caeremos.

Nos dice 2 Corintios 12:9 :“Cada vez Él me dijo: ‘Mi gracia es todo lo que necesitas; mi poder actúa mejor en la debilidad. Así que ahora me alegra jactarme de mis debilidades, para que el poder de Cristo pueda actuar a través de mí.”
 
Escrito por: Matías Velásquez

Lectura Bíblica
Salmos 112:7 NTV

“Ellos no tienen miedo de malas noticias; confían plenamente en que el Señor los cuidará.”

Para Discutiir

  • ¿Qué cosas han inquietado nuestro corazón últimamente?
  • ¿Cómo reacciona nuestro corazón cuando enfrentamos malas noticias?
  • ¿Estamos enseñando a nuestros hijos o familia a confiar en Dios?
  • ¿Qué ejemplo estamos dando en casa cuando llega la dificultad?
Orar Por
  • Que Cristo afirme nuestros corazones como familia.
  • Que en cada situación difícil, respondamos con fe y no con temor.
  • Que nuestros hijos aprendan a confiar en Dios al vernos firmes.
  • Que la paz de Cristo gobierne cada conversación, decisión y ambiente en nuestro hogar.
 
 
 

Lectura Bíblica
Proverbios 23:26 NTV

“Oh, hijo mío, dame tu corazón; que tus ojos se deleiten en seguir mis caminos”.

Wow, la grandeza de conocer a Cristo es impresionante! Vamos a las preguntas,recuerda que todos participamos.

Para Discutir

  • ¿Afirmar, qué significa eso para ti?
  • ¿Por qué crees que Dios nos pide el corazón?
  • Cuando estás triste o te lastimaste alguna parte del cuerpo, ¿quién es la primera persona en que piensas o gritas para que venga en tu ayuda?

Estudio
Dios en Su infinita gracia y misericordia, como su creación que somos, quiere llevarnos a una posición mucho más de privilegio y esa es ser sus hijos. Esto solo sucede cuando tú y yo reconocemos nuestra necesidad de perdón, de amor, necesidad de Salvación y solo en Jesús encontramos todo lo que nuestra alma y corazón necesita. 

Afirmar tiene dos significados:

  • Poner firme algo, afianzar, asegurar algo, como cuando el soldado se pone firme y pone todo su cuerpo de manera lineal y rígida.
  • Asegurar o dar por cierto algo, como cuando tu madre te dice: te aseguro que si no te
    portas bien tendré que castigarte. Esto es afirmar algo que ya ha dicho.
Precisamente ese amor que es vida, necesita ser afirmado, fortalecido, afianzado en Jesús cada día; por ello Dios nos pide el corazón, para que nos deleitemos en seguirle. Cuando tú amas a alguien por ejemplo tu mamá, papá, abuela, abuelo te es fácil confiar, depender, esperar en esa persona. Cualquier cosa que hagan juntos te es agradable y lo disfrutas, aún las correcciones que esa persona te da, porque entiendes que es para tu bien. Por eso si te lastimas, si estás triste, si te caes esa es la primera persona a quien llamas sin pensar. Esa cercanía entre Jesús y nosotros solo puede existir si entregamos por completo nuestro corazón, nuestra mente y nuestra vida a Jesús para ser así afirmados en Él.

Escrito por: Carmen Gracia
 
 
 
Nuestro email de Contacto es:
info@iglesicafe.com

Quiere cambiar su opción para recibir los correos electrónicos?
Usted puede update your preferencesunsubscribe from this list