El Descaro De La Humanidad
Estudio Ser llamados Cristianos es algo de gran impacto en la sociedad, ya que esto es sinónimo de Cristo, esto establece un estándar a seguir, este título nos define como personas que valoran y persiguen la Verdad muy a pesar de su carácter. Está claro que la honestidad es muy importante, pero más aún lo es el Amor, ya que el Padre es Amor. 1Corintios 13:13 nos dice: “Tres cosas durarán para siempre: la fe, la esperanza y el amor; y la mayor de las tres es el amor”. Aquí vemos que la Biblia establece este fruto como el más importante y que sin amor no sirve de nada el tener a los demás porque sin amor no somos nada.
Nuestro trabajo es buscar a Dios en Espíritu y Verdad con el propósito de crecer, madurar, cambiar, a fin de reflejar la vida y voluntad de Cristo en nuestras vidas. Esto es claro que en nuestras fuerzas no lo vamos a lograr, ya que el mundo que nos rodea nos intenta meter en una corriente diferente a la que Cristo modeló cuando vino a la tierra. Incluso el mundo ha ido progresivamente cambiando la definición de lo que es el amor, a fin de dar rienda suelta a los deseos de la carne y los sentimientos, aun cuando Cristo nos enseña a tener dominio propio y sujetar nuestra carne.
El Cristiano tiene una constante lucha consigo mismo, esto es debido a que ha mal aprendido la definición del amor y lo que que acarrea amar desde la perspectiva Cristocéntrica. Amor, respeto, consideración, humildad, empatía y otras tantas cualidades que debemos de aprender desde la óptica de Cristo, o sea la Biblia, nos da muchos ejemplos y nos traza el camino que debemos seguir con el propósito de prepararnos correctamente para ser los dignos embajadores del cielo aquí en la tierra. 1 Pedro 2:11-12 nos dice: “Queridos amigos, ya que son «extranjeros y residentes temporales», les advierto que se alejen de los deseos mundanos, que luchan contra el alma. Procuren llevar una vida ejemplar entre sus vecinos no creyentes. Así, por más que ellos los acusen de actuar mal, verán que ustedes tienen una conducta honorable y le darán honra a Dios cuando él juzgue al mundo”. Por esto insisto que leer la Biblia nos da la claridad que debemos tener para llevar una vida que agrade a Dios.
Muchas veces como humanos imperfectos faltos de integridad tenemos la tendencia a pensar que tenemos la probabilidad de excusar nuestras conductas ante Dios, y que Él nos entenderá. ¡Qué idea más incorrecta! Es tan hipócrita pensar que el excusarnos delante de Dios nos dará lo que necesitamos o mejor dicho lo que queremos, cuando lo que Él tiene planeado y establecido para nosotros nos traerá mejores resultados. En Isaías 3:9 dice: “El aspecto mismo de su rostro los delata. Exhiben su pecado como la gente de Sodoma y ni siquiera tratan de esconderlo. ¡Están condenados! Han traído destrucción sobre ellos mismos”.
Aquí claramente se nos presenta lo que ocurre cuando dejamos que el orgullo nos susurre al oído. El pensar que estamos bien, luego tropiezas con un verso bíblico que te confronta y comienzas a luchar con eso que está incorrecto. Pero la idea de que estás incorrecto te persigue y casi te atormenta. De nuestra propia boca expresamos que es imposible que estemos mal, y es el momento en que dejamos que nuestro orgullo aflore y tome control de nuestras vidas. En ese preciso momento dejamos que el descaro hable desde el orgullo y podemos llegar a ser ofensivos.
Cuando le damos espacio a la humildad en nuestras vidas vemos un cambio, porque la honestidad habla desde la humildad y nos permite ver con los ojos de Cristo a través de Su Palabra, de forma tal que podemos comenzar a caminar en la dirección que Cristo establece para nuestras vidas y dar libertad al Espíritu Santo a que nos transforme para llegar a ser a imagen y semejanza de Dios. De esa manera, Dios permite que las bendiciones, crecimientos y tantas otras cosas lleguen a nuestras vidas.
¿Qué hace el orgullo en nuestras vidas?
- Cierra nuestro entendimiento.
- Nos aleja de Dios.
- Limita nuestro crecimiento.
- No nos permite relacionarnos bien con nuestros hermanos.
Aplicación
Es muy triste que la arrogancia y el descaro tomen lugar en nuestras vidas pensando que no necesitamos hacer cambios o que estamos bien en nuestra manera de vivir. Podemos recordar cuando el mismo Cristo llamó a un grupo de personas de una forma tan triste y fuerte a la vez, Mateo 23:27 nos dice: “¡Qué aflicción les espera, maestros de la ley religiosa y fariseos! ¡Hipócritas! Pues son como tumbas blanqueadas: hermosas por fuera, pero llenas de huesos de muertos y de toda clase de impurezas por dentro. Por fuera parecen personas rectas, pero por dentro, el corazón está lleno de hipocresía y desenfreno”.
Imagínate que te llamen tumba blanqueada, o sea, que la apariencia que vives es un engaño, una mentira a los ojos de Dios. Fueron palabras muy fuertes pero no hagamos como ellos que tenían oídos sellados por el orgullo y el descaro, más bien vivamos una vida de humillación ante Dios reconociendo que si Él envió a Su Hijo es porque no había otra forma de salvarnos, de liberarnos de nuestra vida desenfrenada, vacía y sin propósito. Demos espacio para el crecimiento, para la transformación de nuestras vidas y así encaminarnos para llegar a la estatura del Varón Perfecto que es Cristo Jesús. Ruego a Dios que hagamos del Salmo 51:10-11 que dice “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio y renueva un espíritu fiel dentro de mí. No me expulses de tu presencia y no me quites tu Espíritu Santo”, nuestra oración diaria para entender que sin Él no somos nada, que Él es lo único que necesitamos para vivir, pero más que para vivir para tener un sentido de pertenencia, de amor pero sobre todo de llenar nuestras vidas y llegar a lo establecido por Él desde el principio. ¿Qué necesitas para desarrollar la humildad?
- Leer la Palabra de Dios.
- Aprende a morir a tus deseos, planes, control y poner primero tu relación con Dios.
- Acércate al Padre para que te muestre lo que te obstruye de crecer.
- Pedir a Dios que te permita reconocer cuando no estás viviendo en los dones del Espíritu Santo.
- Que te dirija en la dirección de restaurar y cambiar tu vida en dirección a lo que Él ha establecido.
Conclusión
Creo que ha quedado establecido que para vivir como Cristianos hay procesos que debemos atravesar, cambios que debemos permitir en orden para llegar al propósito establecido para cada uno. La definición de Voluntad de Dios en Wikipedia lo expresa como: “La conformidad con la Voluntad de Dios es una virtud según la Fe Cristiana, la persona que hace un buen uso de su libre albedrío, eligiendo hacer la Voluntad de Dios, está reconociendo que solo Dios puede proporcionarle la felicidad plena que anhela para sí mismo y para sus hermanos”. Podemos ver en primer lugar que menciona claramente que es una elección que se toma de la mano de nuestro libre albedrío y en segundo lugar que esta decisión traerá consecuencias personales y colectivas. Es un estilo de vida que decidimos seguir, pero se necesita sabiduría y ayuda para discernir cuál es la mejor manera de vivir su voluntad en circunstancias particulares que nos afectan personalmente, a nuestro entorno y colectivo. El profeta Jeremías lo expone de esta manera en: Jeremías 29:11-13 “Pues yo sé los planes que tengo para ustedes—dice el SEÑOR—. Son planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un futuro y una esperanza. En esos días, cuando oren, los escucharé. Si me buscan de todo corazón, podrán encontrarme. Es la honestidad y la humildad al buscarlo lo que les permitirá hallar a Dios y encontrar su voluntad y hacerla suya.
Escrito Por: Tatiana Muñiz
|