Del Clamor A La Alabanza
Estudio Clamar es pedir con desesperación en el corazón, con angustia y aflicción por la petición. Alabanza es expresar un juicio favorable mediante la atribución de perfecciones, elaborar afirmaciones positivas. Cuando alabamos a Dios, es decir, reconocemos, quién es Él, lo que ha hecho en mi vida y aún lo que creo que puede hacer, entonces abrimos un acceso a la victoria.
Cuando clamamos a Dios estamos admitiendo que nuestra voluntad, capacidad y fuerzas han llegado a su fin, que es tiempo de poner toda nuestra confianza en Dios, es tiempo de abandonar el control, de soltar la carga y entregársela a Cristo. Creemos que el clamor está reservado para situaciones extremas, para cuando ya hemos agotado otros recursos, esto no debería ser así. El clamor sale de un corazón afectado por la intensidad del dolor pero no tiene que ser el último recurso sino el primero. Clamar no implica necesariamente gritar, el verdadero clamor es una rendición y dependencia total de corazón delante de Dios, a través del clamor el Señor siempre quiere darnos la victoria, sea que nos dé lo que pedimos en el momento o no. “Pero en mi angustia, clamé al Señor; sí, oré a mi Dios para pedirle ayuda. Él me oyó desde su santuario; mi clamor llegó a sus oídos”. Salmos 18:6.
Aplicación
A lo largo de las Escrituras se nos enseñan historias en donde los creyentes han clamado a Dios en tiempos de angustia y el Señor responde a Su pueblo.
Algunos ejemplos de personas que clamaron y el Señor los escuchó y los libró son:
- Elías clamó y Dios revivió a un niño muerto. (1 Reyes 17: 20-22)
- Josafat clamó y Dios le dio la victoria. (2 Crónicas 18: 31)
- Ezequías clamó y Dios le dio la victoria.
- Los discípulos de Jesús clamaron a Él en medio de una tormenta y Jesús calmó al mar. (Lucas 8: 23-24)
- El ciego Bartimeo clamó a Jesús. (Marcos 10: 46-52)
Características del clamor:
- Humildad - El orgullo se contrapone al verdadero clamor porque hace difícil admitir que no podemos resolver un problema o superar un obstáculo. Siempre será cierto que necesitamos la ayuda de Dios.
- Rendición Incondicional - Cuando una situación se vuelve tan desesperada que solo Dios puede librarte, clamar representa una rendición total e incondicional, es decir, una confianza.
- Desesperación - Clamar significa que has llegado al fin de ti mismo y estás poniendo toda tu esperanza en Dios.
- Fe en el poder y recursos de Dios - Tu clamor a Dios reconoce su capacidad de hacer lo que nadie más puede hacer.
Conclusión Clamar en oración no es una forma de torcerle el brazo a Dios, ni es un método para obtener mejores resultados que la oración “normal”. Clamar sí implica una oración, de todo corazón. Clamar sí es una oración intensa pero no necesariamente ruidosa. Podemos ir delante de Dios confiadamente con un clamor desde nuestro corazón, en medio de arrepentimiento, súplica pero sobre todo con una fe absoluta, con la certeza de que Dios obrará a mi favor y me dará la victoria.
Cuando alabamos a Dios en medio de nuestras crisis, en tiempos difíciles obtenemos nueva esperanza al recordar que Dios tiene el control y está obrando para mi bien y el de todos los implicados en la situación. Seamos rápidos en clamar a nuestro Padre, con humildad y fe, sabiendo que Él nos escucha. Salmos 145:19.
Escrito por: Saidette Martínez
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