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Tiempo Familiar - Semana 7
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La Maldad Del Corazón

 

Estudio
El pecado contaminó todo nuestro ser y nuestras obras delatan nuestro malvado corazón. Por causa del pecado la moral del hombre ha sido afectada y por esta causa vivimos en una realidad distorsionada y sufrimos las consecuencias de nuestra desobediencia. Romanos 3:12 nos dice: “Todos se desviaron, todos se volvieron inútiles. No hay ni uno que haga lo bueno, ni uno solo.”

Nos consideramos buenos por nuestra propia cuenta, pero nuestro corazón nos engaña. Muchas veces escuchamos personas que dicen creer en Jesús y saber la Biblia, que afirman que el hombre en su mayoría es bueno. La sociedad, cultura, familia y la educación son ejemplos de algunos factores que influencian nuestra percepción de lo que es bueno y malo. Sin embargo, esta no es la verdad absoluta. La Biblia nos dice en Romanos 3:12 que todos nos desviamos de Dios y que no hay ni uno bueno. La maldad del hombre ha existido desde los tiempos antiguos y ha afectado a toda la raza humana.

Nuestro corazón es engañoso y nos roba la libertad de buscar a Dios y tener paz. Hay muchos dichos populares peligrosos como: “sigue tu corazón”, “tu corazón no miente”, y “si te sientes bien, es porque está bien”. Vivimos nuestra vida creyendo y siguiendo estos dichos aun estando en la iglesia. Esto es solo una muestra de que estamos ciegos por causa del pecado. La Palabra de Dios lo dice mejor en Romanos 3:11: “Nadie es realmente sabio, nadie busca a Dios.” El resultado de no buscar a Dios nos hace vivir una vida que aparenta ser correcta y buena, pero nuestro malvado corazón nos engaña.

De nuestro corazón surgen nuestros pensamientos, la manera en que nos relacionamos con las personas y lo que decimos. Es por esto por lo que no tenemos paz con nosotros mismos ni con los que nos rodean. Nuestra maldad de corazón no nos lo permite. Génesis 6:5 lo dice así: “El SEÑOR vio la magnitud de la maldad humana en la tierra y que todo lo que la gente pensaba o imaginaba era siempre y totalmente malo”. Esta es nuestra realidad. Nuestro corazón es malvado en gran manera a tal grado que ni nosotros mismos podemos comprender lo engañoso que es, pero Dios sí. Estas son buenas noticias para los que estamos en Cristo. Dios odia el pecado y nosotros no acabamos de entender lo horrible que el pecado es. El pecado es una enfermedad, un aguijón que destruye nuestra vida. La única forma que seremos libres del dominio del pecado es viniendo a Cristo y viviendo una vida temerosa de Dios.

¿Cómo vencemos en la lucha contra el pecado y nuestro malvado corazón?

  • Reconociendo que somos horriblemente malos y pecadores y necesitamos de un Salvador.
  •  Rindiendo nuestras vidas a Cristo en obediencia a Él y Su Palabra.
  •  Leer diariamente la Biblia. Podemos empezar por cinco a
    diez minutos de lectura diarios.
  • Meditar en lo que leemos en la Biblia constantemente.
  • Buscar agradar a Dios en toda nuestra manera de vivir.
  •  Evitar exponernos a lo que nos tienta a peca
  • Orar constantemente.
Aplicación
Cada día que vivimos, luchamos con nuestro malvado corazón. No hay alguien que se levante sin batallar con lo que su carne desea. La razón la encontramos en Gálatas 5:17 “La naturaleza pecaminosa desea hacer el mal, que es precisamente lo contrario de lo que quiere el Espíritu. Y el Espíritu nos da deseos que se oponen a lo que desea la naturaleza pecaminosa. Estas dos fuerzas luchan constantemente entre sí, entonces ustedes no son libres para llevar a cabo sus buenas intenciones.”

No estamos solos en esta lucha. El Espíritu de Dios es nuestro ayudador. Es necesario fortalecer nuestro espíritu por los medios de gracia que Dios nos ha provisto para que nuestra carne no sea la de más influencia en nuestras vidas. Los medios de gracia referidos son la oración, la lectura de la Biblia, ayuno, meditación de la Palabra de Dios entre muchos más. Todos nosotros nacemos con un corazón malvado. La Biblia está llena de historias que fuertemente hablan de nuestra maldad humana. La historia de David y Betsabé es un ejemplo de cuán engañoso es nuestro corazón. David pensó que el esposo de Betsabé, Urías, al ser aniquilado en la guerra, él no lo estaba matando. Sin embargo, vemos que las intenciones de David era que Urías muriera. Así que David lo trasladó al frente de la batalla donde esta era más violenta. Urías murió como resultado de la trama de David y el responsable de su muerte fue David.

El Evangelio nos hace responsables de nuestro pecado y nuestras acciones. La sociedad en que vivimos culpa a todo lo demás menos a nosotros mismos. Dios nos ha permitido una voluntad para decidir ser libres de la esclavitud del pecado y vivir en paz. Cristo fue el pago de nuestra paz y al creer en Él y vivir para Él, tenemos verdadera libertad de la influencia y dominio de nuestro malvado ser. Cuán agradecidos tenemos que estar que Dios proveyó a Cristo para ser libres del pecado. La ira de Dios recaería sobre nosotros si no fuera por el sacrificio perfecto de Cristo en la cruz del calvario. El tener una idea de la profundidad de nuestra maldad de corazón nos lleva a vivir una vida en obediencia y gratitud a Dios. Nuestra condición era horrible e indescriptible, pero Dios al estar muertos nos salvó por medio de Su Hijo Jesús. “Pero él fue traspasado por nuestras rebeliones y aplastado por nuestros pecados. Fue golpeado para que nosotros estuviéramos en paz; fue azotado para que pudiéramos ser sanados.” Isaías 53:5.

Gracias a Dios por Jesús nuestro Salvador quien nos ha librado del pecado y de la muerte y nos ha dado paz. Aun al estar salvos nuestra lucha con el pecado no termina ya que aún estamos en este mundo. Dios sabe que estamos en este mundo y que nos inclinamos siempre al mal. Mientras estamos en este mundo es diario el vivir una vida que agrade a Dios y en reverencia a Él. Para esto tenemos que constantemente negarnos a lo que nuestras pasiones y deseos carnales quieren y decidir obedecer y temer a Dios. No somos perfectos y vamos a fallar, pero Cristo sí es perfecto y por medio de su sacrificio y que Él venció ya por nosotros podemos estar confiados en que tenemos acceso a la Presencia de Dios, no por méritos propios si no por la vida, sacrificio y resurrección de Jesús nuestro Señor.

4 Maneras de cultivar una vida temerosa de Dios:
  •  Orar para que Dios nos muestre nuestra maldad de corazón y necesidad de un Salvador.
  • Leer la Biblia y meditar en la obra de Cristo en la cruz.
  • Recordar las obras de Dios en nuestra vida y cuán fiel y
    bueno Él ha sido.
  •  Agradecer a Dios
Conclusión
Tenemos necesidad de que un Salvador nos rescate de nuestra maldad de corazón. Constantemente recurrimos a salvadores falsos como el alcohol, las amistades, una pareja, un título, bienes materiales, influencia y demás para satisfacer nuestras necesidades. Sin embargo, es imposible que nos salven y nos satisfagan ya que son dioses falsos sin algún poder ni vida. Cristo Jesús es el Único que nos puede salvar del dominio del pecado y de la muerte. “Pues la paga que deja el pecado es la muerte, pero el regalo que Dios da es la vida eterna por medio de Cristo Jesús nuestro Señor.” Romanos 6:23. Cristo quebró el poder del pecado en nosotros. No podemos confiarnos de lo que nos dice nuestro corazón. Pero sí podemos confiar en que al tener siempre presente al Señor, no caeremos. Dios es el Único que conoce nuestros corazones malvados así que Él es el Único que puede ayudarnos. No importa cuántos años tengamos en el Evangelio, no estamos absueltos del pecado. Entre más años en el Evangelio, más comprenderemos nuestra necesidad de Cristo y cuán hermoso, grande y poderoso es Él quien pudo salvarnos.

Si los que estamos en Cristo después de haber sido regenerados, haber recibido un corazón de carne, recibido el Espíritu Santo en nuestro interior y de haber sido perdonados con frecuencia la naturaleza carnal nos hace pecar y nos lleva a cometer atrocidades, cuánto más a el hombre que no conoce a Dios. Romanos 6:23 dice que “la paga del pecado es la muerte”, así que esto nos tiene que mover en amor a compartir de Cristo a los que no lo conocen.

Escrito por:  Ruth Urbina

Lectura Bíblica
Jeremías 17:9

“El corazón humano es lo más engañoso que hay, y extremadamente
perverso. ¿Quién realmente sabe qué tan malo es?”

Para Discutir

  •  ¿Te consideras una buena persona? ¿Por qué?
  • ¿Te consideras una mala persona? ¿Por qué?
  • ¿Estarías de acuerdo si tus pensamientos fueran expuestos como una película en el cine?
  • ¿De dónde crees que surge todo lo que piensas y dices?
Orar Por
  • Orar para que Dios nos revele nuestra condición de pecado.
  • Orar por aquellos que rechazan a Jesús y creen que ellos son buenos.
  • Orar para que Dios nos examine y nos guíe en su camino.
  • Orar para que cada día entendamos más la necesidad que tenemos de Jesús
  • Orar en agradecimiento a Dios por nuestro Salvador Jesús
 
 
 

Lectura Bíblica
Romanos 7:21 NTV

“He descubierto el siguiente principio de vida: que cuando quiero hacer lo que es correcto, no puedo evitar hacer lo que está mal.

Wow, ¡Qué gran verdad! Este versículo nos muestra una realidad muy
considerable en nuestras vidas. Pero, damos gracias a Dios por el privilegio de permitir que Su Palabra nos revele lo correcto para nuestros corazones. Listos para comenzar!

Para Discutir

  • ¿Qué significa para ti el corazón?
  •  ¿Qué entiendes es la maldad?
  • ¿Piensa si alguna vez has actuado contra alguien con maldad?
  • ¿Crees que puedes controlar lo que sale de tu corazón?

Estudio
El corazón en término anatómico es uno de los órganos vitales del cuerpo, encargado de bombear la sangre para todo el cuerpo. Pero el corazón como lo menciona y refiere la Biblia es el punto central, nuestra esencia, de donde salen y expresan nuestras emociones y sentimientos como también el motivo de nuestras acciones. En otras palabras, en ambos conceptos tanto espiritual como humano, el corazón es algo a lo que debemos poner atención y cuidar.

Maldad: es el poder que tiene una persona de hacer daño a otro y disfrutarlo.

Es difícil y hasta casi imposible controlar lo que sale de nuestro corazón; principalmente cuando todo lo que vemos en las caricaturas, videojuegos, show de televisión nos enseña que hacer una maldad es chistoso, interesante, aplaudido y admirado. Muchas veces creemos que solamente es una broma y no pasa nada. La maldad es algo que se disfraza, que se esconde, se aloja en el corazón y no solo destruye a otros, sino también al que la posee. Entonces, ¿cómo tú y yo podemos vencer a ese corazón que quiere hacer lo malo? Venceremos si o solo si, tú y yo rendimos nuestro ser y corazón totalmente a Jesús.

Hoy te invito a que juntos oremos y pidamos perdón a nuestro Padre celestial, y le entreguemos cualquier maldad que pueda existir en nuestro corazón. Vamos, invitemos a Jesús a que sea Él quien gobierne nuestras vidas y corazón. Así que de ahora en adelante antes de hacer cualquier acción analicemos si es correcto para un hijo de Dios hacerlo. Eso da mucha gloria a Dios!


Qué hermoso y confortable es saber que somos conocidos por nuestro Padre celestial, y que en Su AMOR tan grande hacia cada uno de sus hijos, día a día nos confronta y señala nuestras debilidades para que Su poder pueda actuar en nosotros. 2 Corintios 12:9 nos dice: “Cada vez él me dijo: «Mi gracia es todo lo que necesitas; mi poder actúa mejor en la debilidad». Así que ahora me alegra jactarme de mis debilidades, para que el poder de Cristo pueda actuar a través de mí."

Escrito por: Carmen Gracia
 
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