La Identidad Del Padre
Estudio La identidad en Cristo es un concepto fundamental en la fe cristiana. Según la Biblia, nuestra identidad en Cristo se refiere a la forma en que Dios nos ve y nos llama a ser en relación con Jesús. Esto nos da una nueva identidad y propósito en la vida y nos transforma en una nueva criatura. En 2 Corintios 5:17, Pablo dice: “Esto significa que todo el que pertenece a Cristo se ha convertido en una persona nueva”. Esto nos muestra que nuestra identidad en Cristo nos transforma y nos da una nueva vida.
En un mundo donde aproximadamente existen ocho mil millones de personas en el planeta Tierra. Todos nos preguntamos, en medio de esos miles de millones de personas, «¿Quién soy yo? ¿Cuál es mi Identidad?
Dice la Palabra en el Salmos 139:13-14: “Tú creaste las delicadas partes internas de mi cuerpo y me entretejiste en el vientre de mi madre. ¡Gracias, mi Dios por hacerme tan maravillosamente complejo! Tu fino trabajo es maravilloso, lo sé muy bien”. Desde que Dios nos creó hizo un diseño especial y único para cada uno de nosotros y podemos observar que desde ese momento nos dio una identidad en Él.
Aunque estamos viviendo en un mundo donde diariamente nuestra identidad es atacada, ahora nos preguntamos dónde podemos encontrar aquello que nos dé sensatez para comprendernos a nosotros mismos y nuestra identidad. El gran auge de las redes sociales y los mensajes falsos positivos que se promueven está creando una crisis de identidad en muchos. Las personas basan su identidad en su identidad social. Estamos inundados por personas de todo el mundo que nos muestran en sus redes sociales sus vacaciones, sonrisas, pérdida de peso, lujos y apostar por ser famosos.
¿Qué es Identidad? La identidad es el conjunto de cualidades y creencias que diferencian a una persona de los demás. Es la mezcla de cosas que hace que una persona sea única. Ejemplo: Su huella digital es única para usted, es una marca física que Dios nos dio a cada uno y que marca nuestra identidad. Es su identidad personal y es lo que identifica quién es usted.
¿Cómo define la Biblia la identidad? Se define en términos de lo que Dios hace con nosotros y la relación que crea con nosotros y el destino que nos asigna. Dios nos hizo quienes somos para que pudiéramos dar a conocer quién es Él. Nuestra identidad es para dar a conocer Su identidad. Dice la Palabra de Dios en 1 Pedro 2:10: “Antes no tenían identidad como pueblo, ahora son pueblo de Dios. Antes no recibían misericordia, ahora han recibido la misericordia de Dios”. Puede ser que no nos consideremos valiosos. Puede ser incluso que otras personas nos lo hayan expresado: que no importamos, que no valemos mucho y de esa manera nos han herido. Pero nuestro Dios y Padre Celestial no piensa así de nosotros. Para Dios, somos una obra maestra. Recuerda que nuestro valor como personas no lo define lo que alguien más diga o piense de nosotros. La opinión más importante de quién tú eres viene de Dios mismo. El amor de Jesús por nosotros es tan grande que, aunque no lo merecíamos, Él nos adoptó como su hijo para siempre en Cristo.
¿Cómo debemos vivir nuestra vida a la luz de nuestra identidad en Cristo?
- Ser embajador de Cristo.
- Puedo ser una luz para los demás.
- Ser colaborador de Dios.
- Siendo ciudadano del Cielo.
Aplicación
“Antes no tenían identidad como pueblo, ahora son pueblo de Dios. Antes no recibieron misericordia, ahora han recibido la misericordia de Dios”. 1 Pedro 2:10.
Esto nos recuerda que Dios nos ama incondicionalmente y que somos valiosos y dignos a sus ojos gracias a la obra de Jesucristo en la cruz.
Tener nuestra identidad en Cristo implica dejar de buscar nuestra identidad comparándonos con los estándares del mundo y, en su lugar, creer lo que Dios dice de nosotros. Significa confiar en Dios en lugar de creer en nuestras inseguridades y en lo que los demás digan de nosotros. Implica vernos a nosotros mismos a través de los ojos amorosos, compasivos y sinceros del Dios que nos formó y nos ama infinitamente.
Al tener nuestra identidad en Cristo, somos amados y aceptados tal y como somos, sin importar nuestras debilidades o pecados. Nuestra identidad en Cristo va desarrollándose y madurando en el transcurso de nuestra vida terrenal e incluso a lo largo de la eternidad. A medida que vamos aprendiendo lo que somos y lo que podemos llegar a ser a raíz de nuestra relación con Dios, nuestras cualidades como creyentes se vuelven cada vez más patentes en nuestra vida cotidiana. Esa es nuestra identidad en Jesús. Tanto nuestra identidad humana como nuestra identidad en Jesús están en pleno desarrollo, y juntas constituyen esa creación única de Dios que es cada uno de nosotros. Tenemos la oportunidad de tomar la decisión de reformar y mejorar lo que somos y lo que llegaremos a ser.
¿Cuál es la identidad que Dios nos da?
- Dios dice que somos bendecidos. Dios nos ha bendecido con todas las bendiciones espirituales en Jesús.
- Dios dice de nosotros que somos escogidos. Nuestra identidad en Cristo es la de escogidos. A lo largo de toda la Biblia es evidente que somos preciosos para Dios.
- Dios dice que somos sus hijos. Nuestra identidad en Cristo es la de hijos de Dios.
Conclusión Para recuperar nuestra identidad en Cristo, necesitamos pedirle a Dios que nos recuerde y ayudarnos a nosotros mismos a recordar todo lo bueno que Dios piensa de nosotros, pues al final eso es lo único real. El problema está en que muchas veces no nos vemos como Dios nos ve, estamos tan acostumbrados a pensar de una manera tan crítica y cruel hacia nosotros, que no sabemos cómo pensar de otra forma. Todas estas verdades sobre nuestra identidad tienen implicaciones masivas. Por ejemplo, nos recuerdan que tenemos una identidad definida por Dios, basada en la Biblia y no en filosofías humanas. También nos conduce a entender que nuestros propósitos más importantes están en Dios y no en cosas terrenales. Asimismo, saber quiénes somos nos ayuda a ver nuestras virtudes, para servir a Dios con excelencia; y debilidades, para rogar a Dios que obre en nuestro ser. Solo así podemos reconocer lo que el apóstol Pablo afirmó: “Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia para conmigo no resultó vana".
Escrito por: Alfredo Arroyo
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