La Verdadera Bendición
Estudio Cuando escuchamos la palabra Bendición podemos pensar equivocadamente que solo se trata de tener éxito en algo, una mejor casa, una estabilidad económica o quizás disfrutar de una buena salud o de una hermosa familia. En este sentido podemos decir que la bendición de Dios es para todos, tanto para creyentes como para lo que lo son. Mateo 5:45 “ … Pues él da la luz de su sol tanto a los malos como a los buenos y envía la lluvia sobre los justos y los injustos por igual.” Y aunque es claro que Dios tiene la autoridad y el poder para llenarnos de todo lo bueno que Él desee para nuestra vida, pensar de esta manera nos lleva a limitar de forma severa nuestro entendimiento de lo que Dios tiene preparado para nosotros, Sus hijos. Así que debemos preguntarnos, ¿qué significa realmente ser bendecido?
La palabra Bendecido o Bienaventurado viene de la raíz griega makarioi, que significa ser “plenamente satisfecho” y se refiere a los que reciben el favor de Dios, independientemente de las circunstancias. Al leer esta definición podemos pensar que es completamente ilógico que Dios limite Su extenso Poder y Amor para con nosotros, para solo ofrecernos bendiciones materiales y temporales.
Para entender esto vamos a Génesis 12:3 donde Dios declara una bendición para Abraham “ 3 Bendeciré a quienes te bendigan y maldeciré a quienes te traten con desprecio. Todas las familias de la tierra serán bendecidas por medio de ti”. Definitivamente la promesa que Dios declaró sobre la vida de Abraham y su descendencia, va mucho más allá de bienes materiales y lo dice en Gálatas 3:14 Mediante Cristo Jesús, Dios bendijo a los gentiles con la misma bendición que le prometió a Abraham, a fin de que los creyentes pudiéramos recibir por medio de la fe al Espíritu Santo prometido.”
Esta Palabra nos deja claro que la bendición de Dios va mucho más allá de beneficios terrenales y temporales. La verdadera bendición de Dios es el Espíritu Santo obrando y transformando nuestra vida, pero sobre todo el sacrificio de Cristo en la cruz. Es poder tener la oportunidad de un destino eterno diferente al que realmente merecemos, la muerte, pero Dios en Su infinito amor y gracia, se ha permitido bendecirnos a través de Su Hijo Jesucristo, al darnos una vida nueva y una eternidad a Su lado.
¿Qué sucede si vivimos anhelando solo las bendiciones materiales y olvidamos el significado de la verdadera bendición de Dios?
- Viviremos esforzándonos por conseguir y mantener esas bendiciones y nos olvidaremos de invertir en nuestra relación con Dios.
- Será una distracción que nos llevará a desviarnos del propósito de Dios en nuestra vida.
- No tendremos la oportunidad de disfrutar y admirar la transformación del Espíritu Santo en nuestro corazón.
- Viviremos insatisfechos y cada día con la ambición de tener más.
- Nuestro enfoque será equivocado y perderemos la oportunidad de vivir la vida nueva que Cristo nos ofrece.
Aplicación
Es claro que como pecadores caídos, merecemos ser juzgados y maldecidos y ciertamente no ser bendecidos y nuestras buenas obras nunca nos pueden hacer merecedores del favor de Dios. No obstante, Cristo se hizo maldición en nuestro lugar. En la cruz, Él llevo la maldición que estaba sobre la humanidad y murió en nuestro lugar. Simplemente por la obra redentora de Cristo efectuada en la cruz , nosotros los pecadores maldecidos recibimos la bendición de Dios por medio de la fe en Cristo. Dice en Juan 3:16 “Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna”. Este ha sido el plan de Dios desde el principio de los tiempos, traer redención y vida eterna a todo aquel que declare con sus labios que Jesucristo es el Salvador. Este ha sido el plan de Dios desde el principio de los tiempos, traer redención y vida eterna a todo aquel que declare con sus labios que Jesucristo es el Salvador . La verdadera bendición viene de poder disfrutar de una vida bajo la Presencia y la cobertura de Dios, es poder pasar por las incontables dificultades de la vida pero confiando y creyendo totalmente que nuestro Padre Celestial nos sostiene y fortalece. Es poder sentir esa paz que sobrepasa nuestro entendimiento cuando por el contrario deberíamos estar en angustia y desesperación. Él en Su Palabra lo ha prometido en. Juan 14:27 »Les dejo un regalo: paz en la mente y en el corazón. Y la paz que yo doy es un regalo que el mundo no puede dar. Así que no se angustien ni tengan miedo.”
La verdadera bendición es reconocer que cada día Dios obra en nuestra vida y corazón y que trabaja continuamente en hacernos cada vez más semejantes a nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
¿Cómo podemos identificar que estamos viviendo y disfrutando la verdadera bendición de Dios de manera correcta?
- Cuando queremos servirle y amarle sin condiciones ni excusas.
- Cuando nos esforzamos por vivir una vida de adoración y entrega permanente.
- Cuando deseamos ser el mejor ejemplo de entrega a Cristo en nuestro diario vivir.
- Cuando dependemos de Dios en los tiempos buenos y en los tiempos malos.
- Cuando deseamos y nos esforzamos para que todo aquel que nos rodea también conozca y ame al Señor.
- Cuando tenemos una necesidad constante e intensa de Su Palabra.
Conclusión Las bendiciones terrenales son temporales y pueden ser quitadas en cualquier momento. Si vamos a la Biblia encontraremos cómo las bendiciones de Job desaparecieron en un fatídico día; Y fue despojado de una vida cómoda en poco tiempo. Como seres humanos, estamos expuestos a encontrar diversas dificultades día tras día, matrimonio disuelto, hijos rebeldes, afecciones de salud, conflictos familiares y muchas más situaciones que vienen a traer caos y a robar la estabilidad y tranquilidad que disfrutabamos.
Sin embargo, en medio de esos acontecimientos dolorosos, es posible experimentar las más grandes bendiciones de Dios: Una fe más fuerte de lo que ha experimentado antes, un amor más profundo de lo que había conocido, un caminar más íntimo de lo que podría explicar. Las pruebas afianzan la fe de una manera que la prosperidad y la abundancia no podían.Y aunque las pruebas no son bendiciones en sí mismas, pero si son canales para llegar a ellas. La transformación de Dios a través de las dificultades traen bendición de libertad y firmeza y nos acercan más a nuestro modelo perfecto, Jesús.
Escrito Por: Luisa Ruiz
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