"Frustración En El Desierto"

Estudio

La frustración es un sentimiento de tristeza, decepción y rabia ante la imposibilidad de satisfacer un deseo o una necesidad. Nos ocasiona desgastante emocional, mental y hasta físico, convirtiéndose para muchos en amargura, desesperación y hasta depresión, al no lograr obtener algo o cuando las cosas no salen como se desea. Podemos frustrarnos por situaciones familiares, en el trabajo, en el matrimonio, en la crianza de los hijos, en las finanzas, en las relaciones sociales, y hasta con nosotros mismos. Todos podemos llegar a frustrarnos, pero como creyentes no debemos caer en las garras de la frustración y la amargura que ésta trae.

¿Cómo saber si estamos viviendo en frustración?

• Nos sentimos impotentes y en continuo estrés.
• Comenzamos a dejar de congregarnos y de contribuir al Reino de Dios.
• Nuestra conducta cambia, volviendo a los antiguos hábitos y amistades que no convienen.
• No aceptamos ayuda y sí queremos rendirnos y salir corriendo.
• Vamos perdiendo la comunión con Dios al dejar de orar y estudiar la Palabra.
   

Aplicación

Dios tiene un plan perfecto para cada uno de nosotros, y es de suma importancia que nos ocupemos en él. Pero para poder hacerlo necesitamos estar en comunión, permitirle al Espíritu Santo que sea Él quien nos guíe en nuestro diario caminar. Por eso los desiertos son necesarios, pues nos exponen a nuestros mas profundos sentimientos y miedos; nos hacen acercar a Dios cuando nos reconocemos imposibilitados de resolver las situaciones por nuestros méritos. La Biblia nos muestra muchos ejemplos de lo que Dios hace con el hombre en los desiertos. Moisés se fue al desierto luego de frustrarse por no poder ayudar a su pueblo (Hechos 7:23-29) y allí, luego de 40 años, Dios lo comisiona para liberar a su pueblo de Egipto (Éxodo 3:1-10). Job vivió muchas experiencias dolorosas, y fue a través de ellas que pudo reconocer que conocía a Dios de oídas, más luego de esos sufrimientos entonces pudo conocer (ver, relación) a Dios (Job 42:5). Elías huyo al desierto sintiéndose frustrado al punto de quererse morir (1 Reyes 19:4), y allí Dios trató con él. Los desiertos que pasamos en nuestra vida Dios los utiliza para que reconozcamos la necesidad que tenemos de Él y así poder adelantar en Su propósito para con nosotros; no para que nos frustremos y nos quedemos ahí. Es con Cristo que podemos salir airosos de cualquier situación, Él es el que nos saca de la frustración y nos lleva de Su mano para que podamos avanzar de gloria en gloria. En 2 Corintios 4:7 se nos dice que “Ahora tenemos esta luz que brilla en nuestro corazón, pero nosotros mismos somos como frágiles vasijas de barro que conDenen este gran tesoro. Esto deja bien claro que nuestro gran poder proviene de Dios, no de nosotros mismos”.

¿Qué debemos hacer para combaAr la frustración?

• Reconocer que en nuestras fuerzas no podemos evitar la frustración.
• Depositar nuestra confianza en Dios y no en nosotros mismos.
• Acercarnos a Dios en comunión diaria.
• Vivir agradecidos con Él no importando las circunstancias.

Conclusion

Todos pasamos y aun pasaremos por muchas experiencias dolorosas que no podemos resolver, mas tenemos en Dios la oportunidad de no atravesar las dificultades solos y frustrarnos, sino que podemos con Dios salir victoriosos sabiendo que Él .ene para nosotros lo mejor (Jeremías 29:11). “Si pensamos que estamos firmes, tengamos cuidado de no caer. Las tentaciones que enfrentamos en la vida no son distintas de las que otros atraviesan. Y Dios es fiel; no permitirá que la tentación sea mayor de lo que podamos soportar” (1 Corintios 10:12-13). “No nos preocupemos por nada; en cambio, oremos por todo. Digámosle a Dios lo que necesitamos y démosle gracias por todo lo que Él ha hecho. Así experimentaremos la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará nuestro corazón y mente mientras vivamos en Cristo Jesús” (Filipenses 4:6-7).

Vivamos confiados y agradecidos a Dios en todas las circunstancias, pues en Él estamos seguros.

Escrito por:  Linda Vélez