Dirigiendo Nuestra Familia
Estudio Seguramente todos en algún momento hemos escuchado que la familia tiene que ser nuestro primer ministerio, y eso es una realidad, pues nuestro ejemplo como cristianos se tiene que vivir primeramente en nuestro hogar, con nuestra familia, cuidando del rebaño que Dios nos ha dado. Dirigir a una familia puede ser una de las tareas más difíciles, y al mismo tiempo más gratificantes, que se puede hacer. Con tantas influencias negativas en el mundo de hoy, el enfoque en la familia nunca había sido más importante. Jesucristo dijo: “Este es mi mandamiento: ámense unos a otros de la misma manera en que yo los he amado.” (Juan 15:12). Dile a los miembros de tu familia cuánto los amas y hazlo con frecuencia. Aunque estés seguro de que ya lo saben, expresar el amor siempre traerá felicidad y también invita al Espíritu de Dios a tu hogar.
Nuestra familia es nuestro primer ministerio cristiano, es decir, el primer lugar para poner en práctica las enseñanzas de la Palabra de Dios, pues lastimosamente muchos cristianos creen que decir que su familia es su primer ministerio significa solamente salir de paseo con ellos el fin de semana y darles diversión, lo cual también es importante como lo veremos en los siguientes puntos, pero sin descuidar lo principal: La familia es idea de Dios. En la Palabra encontramos muchas veces la forma en la que Dios nos enseña hacerlo, como por ejemplo nos dice en 1 Timoteo 3:4-5 “Debe dirigir bien a su propia familia, y que sus hijos lo respeten y lo obedezcan. Pues, si un hombre no puede dirigir a los de su propia casa, ¿cómo podrá cuidar de la iglesia de Dios?”
Cuando dirigimos a nuestra familia como prioridad, NO es la prioridad. ¿Quéeeee? Déjame lo explico. Tu familia es un regalo de Dios, cuya mayordomía incluye mostrar el evento de mayor prioridad en la historia de la humanidad, la realidad de que “Él murió por todos para que los que reciben la nueva vida de Cristo ya no vivan más para sí mismos. Más bien, vivirán para Cristo, quien murió y resucitó por ellos.” (2 Corintios 5:15). Y también nos dice la Palabra: “Eso es lo más importante”, “Yo les transmití a ustedes lo más importante y lo que se me había transmitido a mí también. Cristo murió por nuestros pecados tal como dicen las Escrituras.” (1 Corintios 15:3).
La manera de lograrlo es dirigiendo nuestra familia de la manera más efectiva y ministrando a nuestras familias para que sirvamos juntos a Jesucristo. Tienes que dirigirte a tu familia para que no vea el ministerio como algo que compite por tu atención, sino como una bendición y un privilegio que pueden compartir juntos.
¿De qué maneras lo podemos hacer?
- Orando por nuestra esposa y por la salvación de nuestros hijos.
- Cuidando a la familia y buscando que el ministerio sea hecho como familia.
- Orando para poder dividir el tiempo para el trabajo y para mi familia.
En algún momento, uno de nuestros hijos va a detenernos en la puerta antes de que salgamos para algún compromiso y va a decir: “Papi, Mami, Abuela, Abuelo, ¿por qué te vas de nuevo? Quédate”. Nuestra respuesta puede ser: “Hijo, tú sabes que tengo que irme”; o podemos aprovechar la oportunidad para discipular a nuestra familia para que vean el ministerio como una bendición y privilegio. Pudiéramos mejor decir: “Hijo, papi tiene el privilegio de poder dejar de hacer lo que iba hacer y se va a quedar con ustedes”. Recuerda que hacer que tu familia sea la prioridad al ministrar es un ministerio en sí. Tu familia está observando tu vida y, mientras amas a tu familia, estás predicando lo que Dios nos enseñó.
¿Qué pasa cuando NO dirigimos a nuestra familia diligentemente?
- Los alejamos de Dios.
- Se crea a una familia disfuncional.
- Carecemos de limites.
- La familia se afecta en muchas áreas.
Si tu corazón no está anclado en la veracidad de la Palabra de Dios, te dejarás llevar por tus sentimientos, tus emociones o la opinión de los demás.
Aplicación
El fortalecimiento de las familias es nuestro deber sagrado como padres, abuelos, hijos, parientes, líderes, maestros y miembros individuales de la Iglesia. La importancia de dirigir y fortalecer en forma espiritual a las familias se enseña claramente en las Escrituras.
El liderazgo de los padres o líderes en el hogar debe estar firmemente arraigado en el amor. ¿Por qué? Porque el amor es un compromiso que debe gobernar todo lo que dices y haces. Toma nota de lo que Pablo les dijo a los líderes de la iglesia en Corinto: “Estén alerta. Permanezcan firmes en la fe. Sean valientes. Sean fuertes. Y hagan todo con amor.” (1 Corintios 16:13-14 ). Asimismo, si necesitas cambiar las cosas en el hogar, debes ser fuerte, valiente, actuar en fe y andar en amor. Sí, puedes ser fuerte y amoroso a la vez!
La familia se planta como la piedra angular del plan de Dios para sus hijos. Dentro del diseño divino para nuestras vidas, la familia desempeña un papel fundamental en la formación de nuestros destinos y proporciona un entorno de crianza para el crecimiento. Como parte del diseño de Dios, la unidad familiar sirve como fuente de amor, apoyo y orientación, ayudándonos a navegar por los desafíos de la vida y celebrar sus alegrías. En la gran escala de las cosas, la familia es donde aprendemos valores esenciales, forjamos lazos duraderos y experimentamos la verdadera esencia del amor incondicional.
El plan de Dios sobre la familia es un marco sagrado que enfatiza la importancia de las relaciones familiares en nuestro desarrollo espiritual. Al fomentar una base sólida dentro de la familia, podemos entender mejor nuestro lugar en el mundo y cumplir nuestro potencial divino. A través de experiencias compartidas, respeto mutuo y amor inquebrantable, las familias en el plan de Dios sobre la familia pueden crear un entorno de crianza donde los individuos pueden prosperar y acercarse más a Dios.
Abrazar la familia en el plan de Dios nos permite apreciar la belleza de la unión y la fuerza encontrada en la unidad. Confía en la sabiduría divina de Dios y en Su guía mientras navegas por el intrincado tapiz de la vida familiar, sabiendo que Su plan es uno de amor, crecimiento y bendiciones eternas.
Jesús es el modelo supremo de un líder; Él era fuerte y también cariñoso según lo exigiera la situación. Podía arrojar a los cambistas del templo pero también podía llevar a un niño en brazos o llorar por Jerusalén. Por lo tanto, todo lo que hagan como padres y líderes, haganlo con fuerza, valentía y amor.
Conclusión Goza de la maravillosa familia que Dios te ha dado y démosle gracias a Dios por cada uno de ellos. Si alguien de tu casa, todavía no le sirve al Señor, ven al altar y preséntalo delante de Dios. Te invito a que digas como dijo Josue 24:15 “Pero si te niegas a servir al Señor, PK elige hoy mismo a quién servirás. ¿Acaso optarán por los dioses que tus antepasados sirvieron del otro lado del Éufrates? ¿O preferirás a los dioses de los amorreos, en cuya tierra ahora vives? Pero en cuanto a mí y a mi familia, nosotros serviremos al Señor.”
Fortalezca su hogar cristiano cultivando una fe compartida que una a su familia en amor y propósito. Construir una base de fe dentro de su familia es esencial para enfrentar unidos los desafíos de la vida.
Aquí hay algunas formas de fortalecer su fe juntos:
- Devocionales Familiares Regulares: Dediquen tiempo para la oración, leer la Biblia y discutir temas espirituales en familia.
- Asistir juntos a la Iglesia: Adorar en familia fomenta un sentido de unidad y comunidad.
- Proyectos de Servicio: Participen en actos de servicio en familia para vivir su fe de manera práctica.
- Fomentar la Comunicación Abierta: Crear un espacio seguro para hablar sobre dudas, miedos y crecimiento espiritual dentro de la familia.
- Dar ejemplo: Guíen con el ejemplo demostrando una fe sólida e inquebrantable para inspirar a los miembros de su familia.
Siempre he pensado que el Evangelio nos da todo lo que necesitamos para dirigir y afrontar las dificultades que pasamos como familia de una forma diferente. Día a día puedo ver las bendiciones de vivir y guardar los mandamientos en mi hogar. Somos una familia imperfecta, pero que se esfuerza en lo posible por vivir el Evangelio y eso nos ha permitido tener experiencias hermosas. Hemos sido bendecidos en muchos aspectos de la vida, pero lo más importante, es que somos bendecidos con un hogar feliz.
NUESTRA FAMILIA LE PERTENECE AL SEÑOR !!!!!! ALELUYA
Escrito por: Alfredo Arroyo
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