"La Complicación Del Perdón"
Estudio Cuando hablamos de perdón tenemos que preguntarnos lo que significa, y examinar si de verdad estamos dispuestos a llevarlo a cabo. Perdonar no es fácil, pero tampoco imposible. En muchas ocasiones somos heridos, traicionados y ofendidos en nuestro propio hogar. Muchos matrimonios y familias han fracasado por falta de perdón. El perdonar no es algo fácil porque nuestro orgullo y nuestras heridas se interponen. Nuestra sociedad está en decadencia cada vez más, porque nadie quiere perdonar, sino verse como víctima y pagar mal a otros. Como Cristianos hemos aprendido que Dios mismo nos dejó claro en Su Palabra que perdonar no es una opción, sino es parte de la obediencia a Él.
Cuando no perdonamos:
- Caminaremos heridos y atados reflejando amargura.
- No obedeceremos a nuestro Padre.
- Dios tampoco nos va a perdonar.
- Nuestra familia podrá sufrir las consecuencias.
Aplicación Tenemos al mejor de los ejemplos del perdón y es a Jesús mismo. Sabemos que la muerte de Jesús hizo que recibiéramos perdón aun sin merecerlo. Somos testigos que aun el siendo inocente por el gran amor que sentía y sigue sintiendo por cada uno de nosotros, se hizo culpable y pagó el precio para que Dios nos perdonara. Cuando pensemos que no podemos perdonar por el gran dolor que nos causó alguien, miremos a la Cruz para que recordemos que nosotros tampoco merecíamos el perdón, que nos fue dado por gracia.
La misericordia que Cristo tuvo con nosotros cuando éramos culpables, es la misma que tenemos que tener con nuestro prójimo, esposo, esposa, hijos, amigos, familiares, hermanos en la fe cuando nos hacen algo que nos lastima.
Cuando perdonamos a otros:
- Estaremos caminando en obediencia a Dios y Su Palabra.
- Estaremos conscientes de Su amor y sacrificio por nosotros.
- Seremos libres y estaremos en paz.
- Reflejaremos la misericordia y la gracia de nuestro Padre.
Conclusión En un tiempo yo también experimenté la falta de perdón, hasta que me di cuenta que yo misma me estaba haciendo daño. Muchas enfermedades físicas como también mentales son por falta de perdón. Tenemos que examinar nuestro corazón en todo momento y guardarlo para que no se dañe. Busquemos tener un corazón correcto delante de nuestro Padre; ese corazón perdonador, un corazón contrito y humillado, un corazón que ame sin condiciones a todos; un corazón limpio, un corazón sincero y un corazón que haga la Voluntad de Él en todo momento.
Aprendamos a perdonar pequeñas ofensas y ser comprensivos porque nosotros tampoco somos perfectos y tendremos que en algún momento pedir perdón. Todos nos podemos equivocar pero tenemos que reconocer cuando lo hacemos para pedir perdón a tiempo y guardar nuestro corazón. Cuando sintamos que hemos sido ofendidos, vayamos y arreglemos cuenta con la persona que nos hirió, para no cargar con una mochila pesada que nos arrastre a la amargura o atadura. En Colosenses 3:13 nos dice que seamos comprensivos con las faltas de los demás y perdonemos a todo aquel que nos ofenda. En otras palabras, Jesús nos exhorta a perdonar por encima de nuestros sentimientos.
Seamos padres y madres que son ejemplos de perdón para que nuestros hijos e hijas también puedan perdonar. El perdonar no sólo libera al ofensor, sino te libera a ti para que vivas una vida plena, llena de paz y puedas seguir declarando que “No hay nada mejor que ser Cristiano”.
Escrito por: Ninette Marrero
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