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Tiempo Familiar - Semana 45
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El Dolor Que Transforma La Identidad

 

Estudio
La Biblia nos muestra nuestra identidad en Cristo, o sea, la forma en que Dios nos ve y nos llama a ser en relación con Jesús. De ahí que tenemos identidad en Dios, propósito en la vida y somos nuevas criaturas en Cristo. También nos revela que el dolor es resultado de la caída o pecado, resultado de la desobediencia de Adán y Eva. El hombre cree que el dolor y el sufrimiento son malos y no entiende por qué Dios los permite. Sin embargo, en la Palabra vemos que Dios tiene el poder y la autoridad para hacer que todas las experiencias que vivimos, aun las más difíciles y dolorosas resulten para nuestro bien y para Gloria y Honra de Su Nombre. Nosotros somos responsables por medio de nuestro pecado que abrió las puertas al dolor y al sufrimiento. Pero Dios con Su inmenso amor por nosotros, los que hemos tenido un nuevo nacimiento en Cristo, nos ha dado nuestra identidad en Él y la esperanza de una vida nueva, sin dolor y sin sufrimientos.

Si no somos conscientes de nuestra identidad en Cristo:

  • En lugar de ser transformados por medio del dolor, caemos en desesperanza y amargura.
  • El sufrimiento y dolor pueden hacer que nos apartemos de Dios.
  •  Podríamos llegar incluso a renegar de Dios.
 
Aplicación
En Hebreos 9:27 se establece que: “cada persona está destinada a morir una sola vez y después vendrá el juicio”. O sea, que solo vivimos una vez y al morir nos espera el juicio ante Dios, no hay más oportunidades para cambiar nada, como algunas personas piensan. Por eso es muy importante que sepamos que Dios nos creó porque nos ama. Creó el Paraíso para nosotros, más el pecado de Adán y Eva nos llevó a la muerte espiritual (vivir sin comunión con Dios) y física (la muerte del cuerpo). Algunos piensan que Dios tuvo que establecer un “plan B”, más no es así. El plan perfecto de Dios para el hombre es que pudiéramos vivir en una perfecta comunión con Él, y en Su bendito Plan estaba que enviaría a Su Hijo, Jesucristo a pagar el precio por nuestro pecado. Por medio de Jesucristo tenemos nuestra identidad con Dios y podemos vivir como Dios nos creó, en comunión íntima con Él. Separados de Dios solo nos espera la condenación y el sufrimiento eterno. Tenemos la certeza de que podemos vivir en la Paz de Dios aun en medio de las situaciones adversas y dolorosas que podamos vivir, pues el mismo Jesús nos lo dijo antes de morir. (Juan 16:33) “Les he dicho todo lo anterior para que en mí tengan paz. Aquí en el mundo tendrán muchas pruebas y tristezas; pero anímense, porque yo he vencido al mundo”. Todos vamos a sufrir por diversas razones. En ocasiones vamos a sufrir como consecuencia de nuestras acciones, pérdidas de seres queridos, enfermedades, trabajo, problemas económicos, familiares, etc., pero Dios los permite para transformar nuestro carácter y llevarnos a vivir en dependencia y comunión con Él. Dios quiere que vivamos con nuestra mirada puesta en Él y en Sus promesas.
 
Si entendemos el propósito por el cual Dios permite el sufrimiento:
  • Vivimos a la expectativa de ver cómo Dios se va a glorificar a través de cada situación.
  • Podemos pasar los procesos de dolor teniendo la paz que solo Cristo nos da. 
  • Entendemos que al final, todo va a obrar para nuestro bien, pues Dios nos ama.
Conclusión
Todos pasaremos por sufrimientos, pero si caminamos en la voluntad de Dios podemos ver como “todo obra para bien para los que lo aman, los que conforme a Su propósito son llamados” (Romanos 8:28). Vivamos confiando en Cristo, y con la certeza de que Él venció al mundo. En Apocalipsis 21:3-4 el apóstol Juan dice: “Oí una fuerte voz que salía del trono y decía: «¡Miren, el hogar de Dios ahora está entre su pueblo! Él vivirá con ellos, y ellos serán su pueblo. Dios mismo estará con ellos. Él les secará toda lágrima de los ojos, y no habrá más muerte ni tristeza ni llanto ni dolor. Todas esas cosas ya no existirán más»”.
 
ESA ES LA PROMESA DE DIOS PARA NOSOTROS!!!
 
Escrito por: Linda Vélez

Lectura Bíblica
Salmos 34:17-18 NTV

“El SEÑOR oye a los suyos cuando claman a él por ayuda; los rescata de todas sus dificultades. El Señor está cerca de los que tienen quebrantado el corazón; él rescata a los de espíritu destrozado”.

Para Discutir

  • ¿Por qué cree que Dios permite que suframos?
  • ¿Su identidad, está basada en lo que dice la Biblia? 
  • ¿Considera necesario que tengamos que pasar por dolores y sufrimientos cuando somos  cristianos?
  • ¿Puede entender porque sufrimos ?
Orar Por
  • Que el Señor nos lleve a amarlo como Él nos ama y a perseverar como Cristo
    perseveró.
  • Que tengamos siempre una actitud de adoración a Dios.
  • Que Dios nos dé la fortaleza necesaria para poder reconocerlo en medio de nuestro sufrimiento.
 
 
 
 

Lectura BíblicaI
Salmos 31:2 NTV

“Inclina tu oído para escucharme; rescátame pronto. Sé mi roca de protección, una fortaleza
donde estaré a salvo”

Para Discutir 

  • ¿Alguna vez has sentido dolor?
  • ¿Puedes recordar la última vez que sentiste dolor? 
  • ¿Qué tan intenso fue ese dolor?
Dolor es una señal del sistema nervioso de que algo no anda bien en el cuerpo. El dolor también puede ser emocional y lo sentirás como una sensación de tristeza. Cualquiera que sea la forma del dolor, lo podrás sentir en diferentes niveles, desde suave a intenso.

Estudio
Creo que a todos nos ha pasado que cuando vamos al médico o doctor por algo, el doctor o la enfermera siempre nos hacen muchas preguntas. Y una de ellas puede ser: del 1 al 10, ¿qué tanto te duele? O incluso al examinarte te preguntan: ¿sientes más dolor al presionar esta parte (señalando alguna parte) del cuerpo?

Bueno, ellos necesitan hacernos estas clases de preguntas para identificar qué está produciendo el dolor y cómo ayudar al cuerpo a que arregle lo dañado y así el dolor desaparezca. Igual ocurre cuando es un dolor emocional.

En el Salmo 31:2 que leímos anteriormente, el rey David estaba pasando por mucho dolor emocional, tanto así que hasta su cuerpo estaba siendo afectado (busquemos los versos 9 y 10 del mismo capítulo). Pero sabes qué es lo impresionante, el rey David sabía a quién y a dónde acudir.

En 1 Juan 3: 1 nos dice: “Miren con cuánto amor nos ama nuestro Padre que nos llama sus hijos, ¡y eso es lo que somos!”. SÍÍÍ!!! Claro que sí, tú y yo al recibir a Cristo Jesús como nuestro Salvador venimos a ser hijos de Dios, así que no importa qué tipo (sea corporal o emocional) o qué tan grande sea el dolor podemos acudir a nuestro Padre Celestial sin temor, confiando que Él obrará a nuestro favor ya sea en sanidad o consolación. ¡Aleluya! ¡

Qué alegría! Somos hijos de Dios, esto debe traer gozo a nuestro corazón y nunca debemos olvidar el compartir con otros, que a lo mejor están pasando dolor, esta gran verdad que es Cristo Jesús nuestro Salvad

 

 
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