"Mantente Enfocado"
Estudio
El enfoque es el punto de vista que se toma a la hora de realizar un análisis, una investigación, etc. El enfoque bíblico es la toma de decisiones en base a lo que dice la Biblia; es manejar nuestra vida conforme a la Palabra. Mas, enfocarnos en Dios de acuerdo con lo que la Palabra nos enseña puede ser, si no lo es, nuestro mayor desafío. ¿Por qué? La buena nueva del Evangelio es Cristo céntrico, pues la obra de salvación del ser humano fue hecha y completada solo por Cristo. No podemos hacer nada que tenga mérito alguno en nuestra salvación, salvo arrepentirnos de nuestros pecados cuando el Espíritu Santo nos convence de pecado, justicia y de juicio, y permitirle a Dios entrar a nuestra vida para que sea nuestro Señor y Salvador. Dios desea que todos sus hijos le adoremos mediante la obediencia. Romanos 12:1 dice: “Por lo tanto, amados hermanos, les ruego que entreguen su cuerpo a Dios por todo lo que él ha hecho a favor de ustedes. Que sea un sacrificio vivo y santo, la clase de sacrificio que a él le agrada. Esa es la verdadera forma de adorarlo”. Jesús instruyó a Sus discípulos, incluidos nosotros, a predicar el Evangelio a todos, a hablarles de la Buena Noticia de salvación a todas las personas y ayudarlas a crecer espiritualmente. Jesús dijo en Mateo 28:20 “Enseñen a los nuevos discípulos a obedecer todos los mandatos que les he dado. Y tengan por seguro esto: que estoy con ustedes siempre, hasta el fin de los tiempos”.
Debemos vivir teniendo a Jesús en primer lugar en nuestra vida. Él quiere que todo lo que hagamos, lo hagamos como para Él.
¿Qué nos sucede si en nuestro caminar nos desenfocamos de Dios?
- Viviremos de tropiezos en tropiezos al enfocarnos en nosotros, nuestros problemas, situaciones y lo que otros puedan hacernos.
- Nos decepcionaremos, y muchos aun, podrán apartarse del Camino.
- Nuestro testimonio se verá afectado al no vivir de acuerdo a la Palabra.
- No gozaremos de la paz, el gozo y la seguridad que nos brinda Dios cuando vivimos enfocados en Él.
Aplicación
En nuestra vida cristiana, todos vamos a pasar etapas donde nos será fácil mantener nuestra mirada enfocada en Cristo, pero también tendremos momentos en que se nos hará muy fácil el desenfocarnos ante situaciones difíciles, dolorosas, y más aún cuando hemos pecado. Nos podemos desenfocar cuando nos lastiman, nos ofenden, nos injurian. También podemos desenfocarnos al ver un mal testimonio de nuestros líderes y hermanos en la fe. Incluso podemos perder el enfoque cuando trabajamos para el Reino, pero no le estamos dando la gloria a Dios sino, a nuestros esfuerzos (el yo). Toda carga, ansiedad, preocupaciones, enfermedades, necesidades, anhelos, etc. los depositamos a los pies de Cristo y tomamos Su yugo, sabiendo que Él cuida de nosotros y tiene para nosotros lo mejor. Cuando vivimos rendidos a Dios y enfocados en Él, vivimos en confianza pues sabemos que es Dios quien tiene el control de nuestra vida y podemos descansar en Él.
Cuando vivimos enfocados en Dios:
- Desarrollamos dominio propio.
- Enfocamos nuestra mirada solo en Dios y no en nosotros, otras personas y/o circunstancias.
- Nuestro enfoque es en Dios y que Su propósito se cumpla.
- Buscamos diariamente conocer más a Dios mediante la oración, el estudio de la Palabra, ayuno, meditar en nuestro Salvador Jesucristo y teniendo comunión con otros creyentes (Grupos CAFE, Talleres ECC, Libros de Vida Discipular, por ejemplo).
- Caminamos de la mano de Dios por el camino que ya Él trazó para nosotros.
Conclusión
Mateo 6:24 dice que: “Nadie puede servir a dos amos. Pues odiará a uno y amará al otro; será leal a uno y despreciará al otro. No se puede servir a Dios y estar esclavizado al dinero”. O sea, no podemos vivir una vida ambigua, decidiéndonos por el mundo y por Dios. De ahí la importancia de que en nuestro caminar diario estemos enfocados sólo en Dios, que vayamos haciendo tesoros en los Cielos, o sea, trabajando para el Reino de Dios con gozo, pues estaremos cumpliendo con lo que Él nos mandó. Y para poder vivir enfocados en Dios necesitamos vestir toda Su armadura.
Efesios 6:11 y 13 “Pónganse toda la armadura de Dios para poder mantenerse firmes contra todas las estrategias del diablo. Por lo tanto, pónganse todas las piezas de la armadura de Dios para poder resistir al enemigo en el tiempo del mal. Así, después de la batalla, todavía seguirán de pie, firmes”.
Vivamos pues, manteniéndonos firmes sin titubear en la esperanza que afirmamos, porque se puede confiar en que Dios cumplirá Su promesa (Hebreos 10:23). Jesús nos advirtió que en el mundo tendríamos aflicciones, pero que confiáramos pues Él ya venció al mundo. Así que, como sus hijos, caminemos firmes, puestos nuestros ojos en Jesús, el Autor y Consumador de nuestra fe. Marchemos sin temor hacia nuestra patria celestial, gozosos en el Camino que es Cristo. 1 Corintios 16:13 nos exhorta a que estemos alerta. Permanezcamos firmes en la fe. Seamos valientes. Seamos fuertes. Por lo tanto, mis amados hermanos, permanezcamos fuertes y constantes. Trabajemos siempre para el Señor con entusiasmo, porque sabemos que nada de lo que hacemos para el Señor es inútil. 2 Corintios 4:1 nos recuerda que ya que Dios, en Su misericordia, nos ha dado este nuevo Camino, nunca nos damos por vencidos.
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