Luchando Con El Sufrimiento
Estudio Billy Graham escribió en una ocasión: El hombre dijo: “No te necesito, Dios. Puedo construir mi mundo sin ti”. Dios dijo: “Si tomas esa decisión, sufrirás y morirás”. El hombre tomó esa decisión y comenzó a sufrir. Y ha estadomuriendo desde entonces.
2 Corintios 1:5 nos dice: “Pues, cuanto más sufrimos por Cristo, tanto más Dios nos colmará de su consuelo por medio de Cristo.” Algo que debemos entender es que el sufrimiento llegará siempre a nuestras vidas, y lo hará de diferentes maneras. Es posible que sea por un problema en nuestra casa, por una situación de salud, porque perdimos el trabajo o te abandonó el amor de tus sueños. El dolor llegará siempre como olas siendo empujadas por el viento a la orilla del mar, así será también en nuestra vida. Así que, pase lo que pase, no te ahogues, ni te dejes llevar por la corriente del sufrimiento. Como humanos es válido sentir dolor y pena, pero por favor, no los ates a tu vida. Deja que el peso del dolor te levante en vez de afligirte, y si algo va a caer que sean tus miedos y tus lágrimas para continuar. Cuando sentimos la pérdida de un ser querido, el duelo y el sufrimiento es algo inevitable, pero a la vez produce en nosotros un nuevo respirar, es como oxígeno que alivia el cuerpo. Pero el ciclo del duelo debe terminar, y debemos sobreponernos y seguir en frente, lo que dijo el rey David: Aun cuando yo pase por el valle más oscuro, no temeré, porque tú estás a mi lado. Tu vara y tu cayado me protegen y me confortan. (Salmos 23:4).
Por lo tanto, cuando llegues al final de este valle de sombra de muerte, podrás ver atrás con mayor gratitud y menos pena. En lugar de concentrarte en lo que has perdido, serás grato con lo que tienes. Tampoco debes tener miedo por esos momentos de alegría que aparecen en medio del dolor. La alegría cura nuestra alma y relaja la tensión de esos momentos estresantes, nos ayuda a dejar el dolor de lado y enfocar nuestra vida. Esto es como un bálsamo de sanidad. Por esto la Biblia nos dice: “El corazón alegre es una buena medicina, pero el espíritu quebrantado consume las fuerzas" (Proverbios 17:22).
¿Qué nos pasa cuando pensamos que el dolor de este sufrimiento nunca se acabará?
- Nuestra vida en Cristo se puede ver afectada.
- Al pasar por el sufrimiento nos desanimamos y nuestra fe se podría quebrantar.
- El sufrimiento puede envenenarnos, amargarnos y alejarnos de Dios.
Aplicación
Quiero que encuentres consuelo al saber que, como hijo/a de Dios, incluso a través de tu sufrimiento, Dios siempre está a tu lado. Él te proporcionará la fuerza, la alegría, la paz y el amor que necesitas en este momento. El sufrimiento y el dolor son momentáneos y temporales. Pablo escribió en el libro de Romanos: Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse. Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Medita en esta palabra hoy. El sufrimiento nos conforma a Cristo. Debe haber simetría y proporción entre el modelo y el lienzo, entre Cristo y su pueblo. El sufrimiento es como el lápiz de un artista que dibuja la imagen de Cristo en nosotros. Si queremos ser parte del cuerpo de Cristo, tenemos que querer ser como Él, y su vida fue una serie de sufrimientos.
¿Por qué debemos valorar los tiempos de sufrimiento?
- El sufrimiento es el medio que hace nuestros corazones más rectos.
- El sufrimiento nos conforta a Cristo.
- El sufrimiento abre camino al consuelo, abre paso a la gloria y es un gran medio para la alegría.
- El sufrimiento muestra que a Dios le importas mucho.
Conclusión
En 1 Pedro 5:10 Dios nos dice: “En su bondad, Dios los llamó a ustedes a que participen de su gloria eterna por medio de Cristo Jesús. Entonces, después de que hayan sufrido un poco de tiempo, él los restaurará, los sostendrá, los fortalecerá y los afirmará sobre un fundamento sólido”.
Escrito por: Alfredo Arroyo
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