"La Batalla Dentro De Mí"
Estudio Todos experimentamos en la vida fuertes batallas internas, unas más largas y difíciles que otras, pero todas llegan para inquietarnos y exigirnos un mayor esfuerzo por salir de ellas. Y es muy común pasar por diferentes momentos de la vida donde nos vemos envueltos en una encrucijada; por un lado tenemos nuestra naturaleza pecaminosa, la carne, que se esfuerza en arrastrarnos hacia el mal, hacia lo que va en contra de Dios y nos invita a entrar en un estado de desobediencia y por otro lado está el Espíritu Santo que nos guía hacia lo correcto, hacia lo que Dios ha establecido y lo que es agradable para Él.
En Gálatas 5:17 dice “ 17 La naturaleza pecaminosa desea hacer el mal, que es precisamente lo contrario de lo que quiere el Espíritu. Y el Espíritu nos da deseos que se oponen a lo que desea la naturaleza pecaminosa. Estas dos fuerzas luchan constantemente entre sí, entonces ustedes no son libres para llevar a cabo sus buenas intenciones.”
Sabemos entonces, que el estar en Cristo NO nos evita pasar por este tipo de situaciones, por el contrario, estamos expuestos de manera directa y continua al pecado y a las tentaciones; incluso en la soledad, el enemigo no descansa y está constantemente alerta para llenar nuestra mente de pensamientos equivocados, con el objetivo de desenfocarnos y llevarnos a crear un abismo entre nosotros y propósito de Dios.
Comprendamos que el bien y el mal son dos fuerzas que se mantienen en constante enfrentamiento en nuestra mente pero ¿cuál de ellas dominará?, definitivamente vencerá aquella área de nuestra vida que esté fortalecida y afirmada. Preguntémonos entonces, ¿en qué área nos estamos esforzando más?
¿Qué sucede cuando NO estoy preparado para mis Batallas Internas?
- Estoy expuesto a ser confundido y alejado del propósito de Dios en mi vida.
- Nuestra mente se convierte en un espacio abierto para la confusión, el miedo y las debilidades.
- Puedo llegar a creer y a vivir de acuerdo a las mentiras del enemigo.
- No logramos escuchar la voz de Dios ni la dirección del Espíritu Santo.
- Entramos en desobediencia a Dios.
Aplicación En medio de las batallas es fundamental tener presente de qué manera las afrontaremos y para esto, Dios nos llama a mantenernos preparados y equipados con las armas espirituales que Él mismo ha dispuesto para nosotros; la oración, la lectura de la Palabra, la alabanza y la adoración a Dios, el ayuno, el congregarnos constantemente, el ser discípulados, el servirle al Señor, son entre otras, esas armas poderosas que Dios nos ha entregado para hacerle frente a esas situaciones y pensamientos que vienen a amenazar nuestra paz espiritual .
Su Palabra es clara, en Efesios 6: 13-18 dice: “13 Por lo tanto, pónganse todas las piezas de la armadura de Dios para poder resistir al enemigo en el tiempo del mal. Así, después de la batalla, todavía seguirán de pie, firmes. 14 Defiendan su posición, poniéndose el cinturón de la verdad y la coraza de la justicia de Dios. 15 Pónganse como calzado la paz que proviene de la Buena Noticia a fin de estar completamente preparados. 16 Además de todo eso, levanten el escudo de la fe para detener las flechas encendidas del diablo. 17 Pónganse la salvación como casco y tomen la espada del Espíritu, la cual es la palabra de Dios.18 Oren en el Espíritu en todo momento y en toda ocasión. Manténganse alerta y sean persistentes en sus oraciones por todos los creyentes en todas partes.”
En esta lucha permanente, somos vencedores solo si entregamos nuestra vida al dominio del Espíritu Santo; no permitamos que nuestras debilidades , ni mucho menos las artimañas del enemigo tomen fuerza y dominio de nuestros pensamientos y de nuestras acciones; por el contrario, reconozcamos que somos vencedores por la intervención del Dios en cada una de nuestras batallas y que por Su gracia, seremos guiados, amoldados y transformados según Su perfecta voluntad.
En 1 Corintios 10:13 nos dice “ Las tentaciones que enfrentan en su vida no son distintas de las que otros atraviesan. Y Dios es fiel; no permitirá que la tentación sea mayor de lo que puedan soportar. Cuando sean tentados, él les mostrará una salida, para que puedan resistir.”
Así que , aunque nos mantendremos en constantes batallas internas entre la carne y el espíritu , sabemos que Dios nos sostiene, nos fortalece, nos capacita y equipa para ser vencedores y para mantenernos firmes en Él.
¿Cuáles son las claves para el éxito en la Batalla Interna?
- Confiar en el poder de Dios, no en el nuestro.
- Ponernos toda la armadura de Dios.
- Basarnos en el poder de la Escritura — la Palabra de Dios es la espada del Espíritu.
- Oramos en perseverancia y santidad.
- Mantenernos firmes en Cristo.
- Someternos a Dios y resistir la obra del diablo.
Conclusión
La batalla interna de cada Cristiano es similar, es claro que todos luchamos contra el pecado, el cual busca sacarnos de la carrera hasta llevarnos a la muerte; pero sabemos que tenemos una Nueva Vida en Cristo y que el Espíritu Santo que mora en nosotros, nos guía nuevamente a buscar la senda correcta que nos lleva hacia el propósito que Dios ha establecido para cada uno de nosotros.
Romanos 8:1-2 dice : “ Por lo tanto, ya no hay condenación para los que pertenecen a Cristo Jesús; 2 y porque ustedes pertenecen a él, el poder del Espíritu que da vida los ha libertado del poder del pecado, que lleva a la muerte.”
Así que enfoquemos nuestra mirada en Cristo y en lo que hizo en la Cruz del Calvario por cada uno de nosotros, vivamos reconociendo que solo por Él y en Él somos libres del pecado y la condenación. Sólo de Su mano somos vencedores en cada Batalla Espiritual que se nos presente, sólo en Él nuestra fe es fortalecida y podemos resistir ante los pensamientos de desánimo, derrota o desesperación que vienen a nuestra mente con la intención de doblegarnos.
Esta batalla es constante porque vivimos en un mundo dominado por el pecado y la maldad, pero Cristo nos ha dado la victoria, la protección y el cuidado para permanecer en este mundo hasta el día de su regreso. Es el Espíritu Santo quien nos fortalece, nos guía, nos acompaña en medio de cada batalla y tenemos que estar atentos y dispuestos a escuchar y obedecer cuando hable a nuestro corazón.
Escrito por: Luisa Ruíz
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