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Tiempo Familiar - Semana 42
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" El Poder De La Duda " 

 

Estudio
Dudar es "carecer de confianza y/o considerar algo como improbable". Como hijos de Dios tenemos que tener claro que la duda nos aleja de Él, pues es contraria a la fe. Cada vez que dudamos estamos manifestando que no le tenemos a Dios la suficiente confianza para creer que para Él todo es posible. Como dice Jeremías 32:27 “Yo soy el Señor, Dios de todos los pueblos del mundo. ¿Hay algo demasiado difícil para mí?.”  La duda fue el instrumento que usó Satanás cuando habló con Eva para persuadirla de desobedecer a Dios (Génesis 3:1). Ese mismo instrumento, la duda, es el que ha usado siempre el enemigo para evitar que nuestro corazón sea fiel a Dios, pues la duda divide nuestra lealtad. Queremos servir y obedecer a Dios, pero también queremos disfrutar los placeres que el mundo nos ofrece. Vemos en la Biblia muchos casos donde se manifestó la duda con relación a algo dicho por Dios; Sara no creyó posible que ella pudiera quedar embarazada pues tanto ella como su esposo eran de edad avanzada (Génesis 18). Igual le pasó a Zacarías (Lucas 1:18). Tomás, por su parte, no creyó a los otros discípulos cuando le dijeron que habían visto al Señor (Juan 20:25). A muchos hoy en día nos ha pasado que cuando oramos y pedimos a Dios, no creemos en lo profundo de nuestro corazón que Dios nos vaya a conceder nuestra petición, demostrando en nosotros la duda.

¿Qué sucede si la duda nos domina?

  • Tendremos nuestro corazón dividido entre Dios y el mundo.
  • Viviremos estancados en nuestra fe, sin crecimiento.
  • No podremos hacer la voluntad de Dios, pues para hacerla tenemos que creerle.
  • No gozaremos de la paz, el gozo y la victoria que Cristo da a los que en Él creen.

Aplicación
Romanos 10:17  “Así que la fe viene por oír, es decir, por oír la Buena Noticia acerca de Cristo”. Dado que lo contrario a la duda es creer; y el creer la Buena Noticia de Cristo es lo que genera en nosotros la fe, debemos cada día alimentar nuestro espíritu para que crezca en el conocimiento del Poder, Soberanía y Amor de Dios para con nosotros. Para eso necesitamos humillarnos ante Dios y permitirle al Espíritu Santo que nos moldee a la imagen de Cristo, sin hipocresías, sin restringir Su trabajo, sometidos completamente a Él. Marcos 9 narra la historia de un hombre que le llevó a su hijo endemoniado a Jesús para que si Él podía lo liberara del espíritu inmundo que tenía y lo que Jesús le contestó fue: ¿Cómo que “si puedo”? Todo es posible si uno cree. Al instante el padre clamó: ¡Sí, creo, pero ayúdame a superar mi incredulidad! A ese padre no le importó hacer lo que fuera necesario por su hijo, y le pidió a Jesús que le ayudara a creer. ¿Cuántos de nosotros hemos reconocido nuestra incapacidad para creer? Recordemos que Jesús nos dijo que sin Él nada podríamos hacer (Juan 15:5). Es el Espíritu Santo en nosotros el que hace posible que creamos a Dios y confiemos en Él. Busquemos cada día tener intimidad con Dios, tener ese tiempo sumamente importante para leer y estudiar la Palabra, hablar con Dios y escuchar lo que Él nos dice y para adorarle. Eso es lo que Él quiere de nosotros, que vivamos en obediencia y comunión con Él.

Cuando Dios es nuestra prioridad

  • Vivimos con la dirección que solo nos da el Espíritu Santo.
  • Vemos la mano de Dios actuar a nuestro favor diariamente.
  • Vivimos y caminamos en fe, sin dudas pues le creemos a Dios.
  • Somos instrumentos útiles para Dios y para hacer que Su Reino crezca.
Conclusión
Hebreos 11:1 dice: “La fe demuestra la realidad de lo que esperamos; es la evidencia de las cosas que no podemos ver”. Es pensar y ver como Dios nos ve, y no como nosotros o el mundo nos ve. De hecho, sin fe es imposible agradar a Dios. Todo el que desee acercarse a Dios debe creer que Él existe y que Él recompensa a los que lo buscan con sinceridad (Hebreos 11:6). No nos conformemos con solo ser oidores de la Palabra y no hacedores de la Palabra. Dios quiere ver a cada uno de sus hijos viviendo la Palabra, haciendo aquello para lo que nos envió, y para eso no podemos confiar en nuestra sabiduría o en la sabiduría del mundo (que nos generan dudas), sino, confiar en la sabiduría de Dios.

Escrito por: Linda Vélez

Lectura Bíblica
Santiago 1:5-9 NTV

“Si necesitan sabiduría, pídansela a nuestro generoso Dios, y él se la dará; no los reprenderá por pedirla. Cuando se la pidan, asegúrense de que su fe sea solamente en Dios, y no duden, porque una persona que duda tiene la lealtad dividida y es tan inestable como una ola del
mar que el viento arrastra y empuja de un lado a otro".

Para Discutir

  • ¿Conoce el significado de la duda?
  • ¿Ha sentido duda alguna vez?
  • ¿Se ha preguntado alguna vez si su fe está puesta en Dios o en usted mismo o en las circunstancias?
  • ¿Cuándo ora, lo hace con la confianza de que Dios le escucha y le contestará?

Orar por
  • Que el Espíritu Santo ponga en nosotros el anhelo de buscar a Dios y de amarle y adorarle en espíritu y en verdad.
  • Que constantemente le pidamos a Dios sabiduría de lo alto y humildad para obedecerle.
  • Que podamos seguir a Cristo para que otros nos vean como ejemplo y puedan llegar también a los pies de Cristo.
 
 
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