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Tiempo Familiar - Semana 41
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La Necesidad De La Restauración Familiar 

 

Estudio
La restauración familiar, a pesar de lo difícil de lidiar con tantas diferentes personalidades, pasados, carácteres es necesario y debería ser nuestro primer ministerio al que le ponemos esfuerzo, dedicación y sobre todo mucha oración y tiempo con Dios en privado. Dios desea ver corazones restaurados, vidas transformadas y familias completamente sanadas y restablecidas, pero tú y yo tenemos que poner esfuerzo y sobre todo darle paso a que Dios haga el trabajo que Él mejor sabe hacer, el cual es hacer todo nuevo. 

A través de Su Palabra, Él nos revela constantemente el plan de restauración para las familias y nos invita a que participemos de este proceso de sanación. ¡Yo soy producto de eso! Yo he visto cómo mi familia fue completamente transformada, cambiada y continúa siendo hasta hoy día. No somos perfectos y jamás lo seremos, pero te puedo confirmar que somos una familia imperfecta que sirve a un Dios perfecto y que tenemos bien claro lo que es más importante para cada uno de nosotros independientemente de la posición en la que estemos en nuestras vidas. Por eso es que nuestra mirada está y siempre estará puesta en Cristo y vamos a vivir para declarar que no hay nada mejor que servirle a Cristo. 

La Biblia nos presenta cómo Jesús es el mejor ejemplo de un restaurador familiar. Hizo el sacrificio más grande en la historia al sacrificarse a Él mismo en una cruz para reconciliarnos con Dios y abrirnos las puertas a una vida nueva en Él y con Él. A través de su obra, podemos experimentar la liberación de la culpa, el perdón de nuestros pecados y la restauración de nuestras relaciones. Una combinación perfecta para nosotros ser sanados en su totalidad y por ende con todo el que nos rodea. 

¿Por qué tengo que ser yo quien da el primer paso hacia el perdón? 

  • Porque ya nosotros hemos sido perdonados, y por el ejemplo recibido de nuestro Padre debemos hacer exactamente lo mismo. Doblar las rodillas, orar por quienes no nos han pedido perdón, amar a todos y dar la otra mejilla. 
Aplicación
Hay tantos ejemplos en la Biblia donde podemos ver numerosos ejemplos de restauración familiar que nos muestran primordialmente el poder de Dios para transformar vidas y reconstruir familias. Por ejemplo, la historia de Job que se encuentra en Job 42:10 dice: “Cuando Job oró por sus amigos, el Señor le restauró su bienestar. Es más, ¡el Señor le dio el doble de lo que antes tenía! Entonces todos sus hermanos, hermanas y anteriores amigos vinieron y festejaron con él en su casa. Lo consolaron y lo alentaron por todas las pruebas que el Señor había enviado en su contra; y cada uno de ellos le regaló dinero y un anillo de oro.” 

Hay 4 principios que son bien importantes a la hora de trabajar para restaurar nuestra familia. 
  • El perdón
El perdón es esencial para la restauración y más con nuestras familias. El perdón no es solo para otros, sino que al perdonar a los demás nos estamos liberando nosotros mismos de nuestras cargas, y le damos paso a la gracia de Dios para que fluya en nuestras vidas. No siempre es fácil, no siempre es lo que queremos hacer pero es lo que tenemos que hacer. 
  • La comunicación
La comunicación es esencial para cualquier relación y la honestidad es fundamental para una familia sana. Tenemos que aprender a comunicarnos, sacar tiempo para conversar, abrirnos con nuestra familia con amor, respeto y comprensión. Es la única forma que podemos decir cómo nos sentimos, si algo nos molestó o dolió y es como único podemos resolver conflictos y fortalecer nuestra relación. Otro dato importante de la comunicación es la importancia de escuchar con atención. Eso es tener comunicación efectiva, cuando podemos hablar pero también guardar silencio y escuchar a la otra persona. 
  • El amor
El amor es el fundamento de la familia. El amor es incondicional, paciente, bondadoso y fiel y se supone que refleja o se parezca al amor de Dios. El amor es el más grande de los mandamientos. Nos toca amarnos unos a los otros tal y como Dios ya nos ha amado.
  • La oración
Las oraciones son una herramienta poderosa para la restauración. Cuando nuestro enfoque está en Dios y nos acercamos en oración, podemos pedir su guianza, su ayuda, su producción para sanar las heridas y fortalecer nuestras relaciones. La oración es nuestro tutorial para conocer qué mi Padre dice que debo hacer con respecto a una situación. Ora sin miedo, sin cesar, sin cansarte y pídele a Dios que intervenga en ti y en tu familia. 

¿Qué importancia tiene la restauración en mi vida y en mi familia para Dios?
  • Nos trae unidad, armonía y nos acerca más a las personas que Dios puso en nuestras vidas. Toma esfuerzo pero es posible en Él.
Conclusión
La restauración familiar es un proceso que requiere tiempo, paciencia y compromiso. No es algo que logras en un día o que puedes hacer magia y “BOOM” problema resuelto, de repente ahora te cae bien tu suegra. No, no pasa de esa manera! No pasa de la noche a la mañana. Es un proceso y un camino de crecimiento, aprendizaje y transformación. Lo lindo de esto es que siempre podemos contar con que Dios es fiel y Él tiene el poder para transformar a nuestra familia y restaurarnos. 

La restauración familiar implica un cambio de actitud, un compromiso de perdonar, una disposición a aprender a comunicarnos con amor y una búsqueda continua de la voluntad de Dios. Es decir, nunca te detengas de orar por tu familiar y siempre busca que tu relación con Dios sea primero y que tu prioridad para que todo a tu alrededor esté en orden. No podemos dar de lo que no tenemos, llena primero tu copa. 

En medio de un proceso o si atraviesas una situación familiar, lo primero que te recomiendo es buscar la ayuda de Dios, recurre a Él en oración. Lo segundo que te recomiendo es que busques apoyo en tu iglesia, en amigos, en familiares o hasta líderes espirituales maduros que puedan ofrecerte palabras de aliento y comprensión, y siempre que necesites busca la ayuda profesional. Tu familia lo vale!

Recuerda siempre perdonar, trabajar en la comunicación con tus seres queridos, aprender a escuchar, a amar como ya somos amados por nuestro Padre celestial y nunca olvides ir al mejor lugar donde podemos estar, en Su Presencia y a los Pies de Cristo. 

 
Escrito por: Gleysh Reyes
 

Lectura Bíblica 
Malaquías 4:6 NTV

“Sus predicaciones harán volver el corazón de los padres hacia sus hijos y el corazón de los hijos hacia sus padres. De lo contrario, vendré y haré caer una maldición sobre la tierra.”

Para Discutir

  • ¿Qué significa para ti la restauración?
  • ¿Cuán importante para ti es el perdonar a otros?
  • ¿Se te hace más fácil perdonar de corazón o simplemente olvidar?
Orar Por
  • La restauración familiar.  
  • La identidad de nuestros jóvenes.
  • Las familias y el que podamos ser transformados.
 
 
 

Lectura Bíblica
Génesis 37:5 NTV

Una noche José tuvo un sueño, y cuando se lo contó a sus hermanos, lo odiaron más que nunca”.

 

Para Discutir

(Que hermoso día es hoy, y una de las razones es porque podemos deleitarnos en el estudio de la Palabra de Dios, vamos todos a buscar nuestras Biblias). Fuerte este versículo que acabamos de leer,  platicaremos un poco más sobre esto más adelante, pero ahora quiero que piensen y contesten muy sinceramente:
  • ¿Crees que tu papá o tu mamá te trata diferente a tus hermanos?
  • ¿En alguna ocasión o en algún tema te ha parecido un tanto injusto hacia ti algún trato o palabra de parte de tus padres?
  • ¿Conservas enojo hacia tus padres por algo?
  • ¿Sabes que Dios te ama?
  • ¿Alguna  vez has ofendido, ignorado a Dios?

Estudio
Todos los que tenemos hermanos hemos peleado alguna vez con ellos.  Si no tienes hermanos habrás peleado con un buen amigo, un primo, un vecino, etc. El disgustarse con ellos es normal, a veces por cosas insignificantes y otras veces por cosas grandes, pero igual duele. Algo muy parecido fue la historia de la familia de Jacob, hijo de Isaac, nieto de Abraham. 

José no tenía una buena relación con sus hermanos y aquí sí era  por culpa de su padre quien lo amaba más que a sus hermanos por haberlo tenido en su vejez. Las preferencias y privilegios que José tenía sobre sus hermanos creaba un enojo en ellos que llegó hasta el sentir odio, sentimiento que los llevó a venderlo como esclavo. Para esto ellos  tuvieron que mentir a su padre diciéndole que un animal salvaje había devorado a su hermano. ¿Pueden imaginarse qué terrible situación familiar? Ellos tenían enojo, ira, mintieron, y todo esto es pecado y ofende a Dios. 

Es aquí donde se mira la necesidad de una restauración familiar. Después de cierto tiempo y pasando diferentes acontecimientos Dios le da la oportunidad a esta familia de reencontrarse y ser restaurada. Leamos Génesis 45: 2-5: “Entonces perdió el control y se echó a llorar. Lloraba con tanta fuerza que los egipcios podían oírlo, y la noticia pronto llegó hasta el palacio del faraón. «¡Soy José!—dijo a sus hermanos—. ¿Vive mi padre todavía?». ¡Pero sus hermanos se quedaron mudos! Estaban atónitos al darse cuenta de que tenían a José frente a ellos. «Por favor, acérquense», les dijo. Entonces ellos se acercaron, y él volvió a decirles: «Soy José, su hermano, a quien ustedes vendieron como esclavo en Egipto. Pero no se inquieten ni se enojen con ustedes mismos por haberme vendido. Fue Dios quien me envió a este lugar antes que ustedes, a fin de preservarles la vida”.

Puedes notar qué agonía llevaba en el corazón José, te imaginas el dolor de Jacob su padre al creerlo muerto, aún sus hermanos cargaban esa gran pena. Pero Dios, que es rico en misericordia, siempre nos da a todos la  oportunidad de arrepentirnos, perdonar y pedir perdón para así restaurar (que significa volver al estado original) el corazón de la familia. Así que si ha pasado, o está pasando algo no bueno  en nuestra familia, busquemos ponernos a cuentas. Dios siempre usa a alguien para comenzar esta restauración. En esta historia Dios usó a José, quien  se mantuvo fiel y obediente. Hoy Dios te invita a ti a orar por y con tu  familia. Pidamos perdón a Jesús por nuestras acciones y pecados, y que Él venga y reine en nuestro corazón y en nuestra familia. Amen .

Escrito por: Carmen Gracia
 
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