Identidad En La Familia
Estudio
Para algunas personas la identidad de la familia es un término ya muy poco usado, muchas personas que no conocen de Cristo incluso, se atreven a desvirtuar este concepto. Sin embargo, debemos entender que Dios fue el Creador de la familia y Él desea que como sus hijos podamos conservar, perseverar, cuidar y desarrollar la identidad de la familia para formar una sociedad fuerte y que traiga cambios a este mundo.
La identidad familiar tiene una raíz más profunda, comencemos por explicar lo que significa la palabra familia: Es una palabra que está arraigada en Dios. Dios Padre, el Padre de nuestro Señor Jesucristo ensimismó una familia divina. Ello a su vez expresa la manera cómo Dios se relaciona con la gente. La Biblia es un rico y variado uso de imágenes de la familia; Dios es nuestro Padre, Dios es el esposo para su pueblo, Dios es como una madre que cría a sus hijos, Cristo es el esposo de la iglesia..
Cuando un hombre y una mujer se unen en un matrimonio, Dios les otorga una función y un nombre que es familia. Toda familia cristiana debe perseverar y mantener una identidad propia, que le haga diferente a las demás familias de la tierra identificándose en esencia y en corresponsabilidad con el dueño de sus vidas que es Jesús. Una familia con identidad cristiana aprende a caminar en los mandatos y deberes que Dios estableció en la Biblia, así como sabe tomar cada promesa y valores que permanecen firmes en la fe y en la gracia que Dios les ha dado. Una familia con la identidad de Cristo camina en fidelidad y consagración a Dios ante cualquier circunstancia de la vida, sabe caminar en el Fruto del Espíritu de Dios, en la oración, en la adoración construyendo una familia fuerte y llena de valores cristianos.
Hechos 16:31 nos dice: “Ellos le contestaron: -Cree en el Señor Jesús y serás salvo, junto con todos los de tu casa”. La palabra salvación debemos entenderla como ese regalo de libertad en nuestra vida por el pecado y que a través del sacrificio de Jesús en la cruz tenemos el derecho no solo de ser hijos, sino de tener una vida eterna. Si en tu familia hay una convicción de que Jesús es el Salvador, el que puede transformar vidas no importa lo que pueda suceder con tus hijos o personas que compongan tu familia; si Jesús pudo transformarte, la esperanza es que Él puede transformar a tu familia entera como lo hizo con el carcelero de Hechos.
- Como padres, ¿están formando una identidad correcta en sus familias?
- ¿Cuánto tiempo dedicas para alimentar y crear relaciones sanas en tu familia?
- Reflexiona sobre lo que Dios te ha regalado a través de Jesús, la Salvación y compártelo en familia.
Aplicación
Como familias que deseamos tener una identidad correcta en Cristo, fijémonos propósitos y metas para desarrollar esa identidad. Que como familias aprendamos a cómo leer la Palabra, que los hijos vayan conociendo de manera personal a Dios, que sean educados en los principios, valores y prácticas cristianas, que desarrollen un agradecimiento y una dependencia en Cristo Jesús, que puedan expresar sus inquietudes acerca de la fe cristiana, que tengan un espacio en la familia para alabar a Dios.
Consejo de cómo hacerlo:
- Desarrolla un Altar Familiar en tu casa donde sea un encuentro agradable con Dios y tu familia, donde se puedan fortalecer los lazos de unidad de una manera agradable en el conocimiento de las Sagradas Escrituras. Mamá, Papá toma esta función en serio porque en el Reino de los cielos las palabras Mamá y Papá se deletrean así: Maestro! Tú eres el mejor modelo para enseñar la identidad correcta de Cristo en la familia.
Como familias tenemos pertenencia y una identidad que nos define como cristianos. Como iglesia reflejemos el amor de Dios, y que nuestra identidad sea puesta en obra con la familia en la fe. Como hijos de Dios no caminemos ni nos comportemos como una familia disfuncional, ya que en Cristo podemos ser funcionales dentro de la iglesia y en este mundo.
Conclusión
Si nos mantenemos firmes como familias en lo que Dios nos ha dicho que somos, nuestra identidad jamás será robada por ninguna circunstancia. La paz de Dios guardará nuestros corazones y pensamientos, y esto dará como consecuencia familias Cristo céntricas que modelen, que ayuden a levantar y reproducir generaciones consagradas a Jesús. Por lo tanto, no debemos preocuparnos por ser familias exitosas, sino que nuestra meta sea ser familias con propósito y cimentadas en la roca que es Jesús. Mateo 6:33 nos dice: “Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten”.
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