Persevera Hasta El Final
Estudio Según el diccionario bíblico, perseverar significa mantenerse constante, permanecer firme en el compromiso de ser fiel a los mandamientos de Dios a pesar de la tentación, la oposición y la adversidad. Dicha perseverancia es clave para una vida firme en Jesús. Perseverar es no desistir, no abandonar nuestro llamado, no es fácil hacerlo, mas de la mano de Dios lo podemos lograr, recibiendo así la recompensa de la vida eterna junto a Él. Como cristianos, somos llamados y escogidos por Dios para hacer el bien y lo que agrada a Dios en medio de cualquier situación. Aunque las tentaciones nos traten de animar a desobedecer a Dios, por medio del Espíritu Santo en nosotros podemos vencerlas y vivir dándole gloria a Dios en todo lo que hacemos.
¿Qué nos sucede cuando nuestra vida no está dirigida por el Espíritu Santo?
- No vamos a cambiar nuestra pasada forma de vivir pecaminosa.
- Trataremos de agradar a Dios a nuestra manera y no viviremos los planes que desde antes de la fundación del mundo Él tiene para nosotros.
- No podremos perseverar en la fe, pues nuestras luchas no son carnales, sino espirituales; y debemos luchar con las armas de Dios y no con las nuestras.
Aplicación
Romanos 2:7 y 8 nos dice que Dios dará vida eterna a los que siguen haciendo el bien, pues de esa manera demuestran que buscan la gloria, el honor y la inmortalidad que Dios ofrece; pero derramará su ira y enojo sobre los que viven para sí mismos, los que se niegan a obedecer la verdad y, en cambio, viven entregados a la maldad. Ese versículo nos muestra que la vida eterna Dios la dará a los que con su vida lo honren, mas, desechará a los que opten por la desobediencia a la verdad y decidan vivir para sí mismos. Debemos todos analizarnos preguntándonos ¿cómo estamos viviendo? Es nuestra responsabilidad el ocuparnos en nuestra salvación, haciendo todo lo que Cristo nos pidió que hiciéramos. Filipenses 2:12 b y 13 Pablo lo dijo así: “Esfuércense por demostrar los resultados de su salvación obedeciendo a Dios con profunda reverencia y temor. Pues Dios trabaja en ustedes y les da el deseo y el poder para que hagan lo que a Él le agrada”. Vivamos en comunión constante con Dios “Orad sin cesar”. Dediquémonos a la oración con una mente alerta y un corazón agradecido (Colosenses 4:2). Cuando las pruebas, las dificultades, circunstancias difíciles y aun las tentaciones lleguen a nuestras vidas, la comunión con Dios, Su amor y la obediencia a Su Palabra, nos permitirán pasarlas todas dando la gloria a Dios y venciendo las tentaciones en el Nombre de Jesús. No olvidemos que tenemos de Dios la promesa de que Él guardará en completa paz a todos los que concentramos en Él nuestros pensamientos y nuestra confianza (Isaías 26:3).
¿Cómo podremos perseverar hasta el final?
- Reconociendo nuestros pecados y aceptando a Jesucristo como nuestro Señor y Salvador.
- Viviendo en obediencia a la Palabra de Dios, siendo pacientes y confiando plenamente en que Dios está al control de nuestra vida.
- Viviendo en agradecimiento a Dios en toda circunstancia y haciendo el bien.
- Compartiendo con otros las maravillas del Reino de Dios.
Conclusión Según Moisés le dijo al pueblo: “Asegúrense de obedecer todos los mandatos del Señor su Dios y de seguir sus instrucciones al pie de la letra. Manténganse en el camino que el Señor su Dios les ordenó que siguieran. Entonces tendrán una vida larga y les irá bien en la tierra donde están a punto de entrar y que van a poseer”. (Deuteronomio 5:32-33) Hoy todo el pueblo de Dios tiene el mismo mandato. Seamos fuertes y muy valientes, pues con nosotros camina el Rey de reyes y el Señor de señores, y ya Él venció; con su muerte y resurrección, venció el mal para siempre. De manera que caminemos firmes en Él sin desviarnos a la derecha o a la izquierda. A lo largo de la historia hemos visto una enorme multitud de testigos de la vida de fe, por lo tanto, quitémonos todo peso que nos impida correr, especialmente el pecado que tan fácilmente nos hace tropezar. Y corramos con perseverancia la carrera que Dios nos ha puesto por delante (Hebreos 12:1).
Escrito Por: Elizabeth Díaz
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