"Que No Desmaye Tu Corazón"
Estudio
Diariamente nos toca enfrentar situaciones y vivir experiencias que no siempre son agradables. Es en esos momentos difíciles que todos atravesamos, que necesitamos recordar las promesas que Dios nos ha dado en Su Palabra para animar nuestro corazón y no desmayar. Dios nos ama, nos anima, nos fortalece y nos insta a seguir adelante confiando en que Él tiene el control aún cuando pasamos por momentos difíciles. Justo son las pruebas que vivimos, las que Dios usa para mostrarnos Su Amor llevándonos de Su mano en el proceso. Nacimos para vivir en comunión con Dios, en una relación íntima que se rompió en el Jardín del Edén, cuando el pecado entró a la humanidad. Fue el sacrificio de Cristo en la Cruz el que pagó el precio para que pudiéramos recibir el perdón de nuestros pecados. El hombre sin Dios vive incompleto pues le falta esa relación íntima con Dios que fue rota por el pecado. Nada ni nadie sustituye el lugar de Dios en el corazón de cada ser humano.
¿Qué pasa cuando Dios no ocupa Su lugar en nuestro corazón?
- Vivimos incompletos, sin poder recibir la fortaleza que Dios da.
- Nuestro corazón desmaya al no poder soportar muchas de las situaciones adversas que enfrentamos.
- Vivimos sin fe, sin esperanza y sin propósito.
- No agradamos a Dios, pues anhela que lo busquemos y confiemos en Él.
Aplicación
Una vez que reconocemos a Jesucristo como nuestro Salvador y Señor, tenemos derecho de hacer nuestras todas las promesas de Dios para Sus hijos. Somos llamados a pelear la buena batalla por la fe verdadera, a aferrarnos a la Vida Eterna a la que Dios nos llamó. Eso lo logramos buscando diariamente hablar con Dios (orar), conocer más de Él a través de Su Palabra y viviendo para obedecerlo. El Salmo 138:3 nos da la confirmación de que cuando oramos Dios responde, nos alienta y nos da fuerza. En medio de las adversidades y las pruebas vivimos seguros de que los que confían en el Señor encontrarán nuevas fuerzas; volarán alto, como con alas de águila. Correrán y no se cansarán. En cambio; caminarán y no desmayarán (Isaías 40:30-31 NTV). No podemos permitir que nuestro corazón desmaye; examinemos y renovemos nuestros pensamientos a diario de manera que no entren ni se aniden en nuestra mente pensamientos contrarios a los pensamientos que Dios tiene para nosotros. Jeremías 29:11 nos dice: “Pues yo sé los planes que tengo para ustedes —dice el Señor—. Son planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un futuro y una esperanza”. Vivamos firmes confiando en la Verdad y no en nuestras circunstancias, recordemos que nuestra esperanza está en la Vida Eterna junto a nuestro Dios y Salvador.
Cuando nuestra confianza está en Dios...
- Nuestro corazón recibe la fuerza del Señor para soportar y no desfallecer en las pruebas.
- Vivimos seguros y confiados en Dios.
- No sentimos la soledad pues estamos seguros de que Él está con nosotros, no nos fallará ni nos abandonará.
- Con nuestro corazón fortalecido por Dios podemos cumplir el propósito para el cual Él nos creó.
Conclusión
Tengamos por seguro de que Dios nos ama, de manera que confiemos. Deuteronomio 31:8 nos dice: “No temas ni te desalientes, porque el propio Señor irá delante de ti. Él estará contigo; no te fallará ni te abandonará.” Descansando en que nuestra vida está bajo el cuidado del Único y Verdadero Dios Todopoderoso, nos queda sólo esperar con paciencia al Señor; ser valientes y esforzados; sí, esperemos al Señor con paciencia. Llenemos nuestra mente de la Palabra de Dios, meditemos en ella y obedezcámosla. Haciendo eso, veremos cómo nuestras actitudes y nuestra vida en general será transformada de manera sobrenatural por Dios a la imagen de Su Hijo.
Escrito por: Linda Vélez
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