"El Dolor De La Superstición"
Estudio
Una superstición es una creencia ajena a la fe y contraria a la razón. Es una fe desmedida o valoración excesiva respecto de una cosa o a una práctica. La superstición nos aleja del culto que le debemos a Dios. Otra palabra para la superstición es idolatría, ¿por qué? Pues porque la idolatría nos conduce a creer y a adorar a quien no es Dios. Dios es Soberano y nada se sale de su control. Él causa o permite todo de acuerdo a su plan divino. Lo vemos en Efesios 1:10 “Y el plan es el siguiente: a su debido tiempo, Dios reunirá todas las cosas y las pondrá bajo la autoridad de Cristo, todas las cosas que están en el cielo y también las que están en la tierra” y en Hechos 4:28 “Sin embargo, todo lo que hicieron ya estaba determinado de antemano de acuerdo con tu voluntad”. Todo lo que reemplace el lugar de Dios en nuestras vidas es una superstición o idolatría, pues le damos la espalda a Dios para creer en supersticiones.
¿Qué nos sucede si creemos y nos dirigimos por supersticiones?
- Viviremos en completa ignorancia, con nuestra confianza puesta en algo o alguien que no podrá ayudarnos en nada.
- Sufriremos cuando no veamos logrado aquello que pensábamos alcanzar por medio de la superstición.
- Las supersticiones nos llevan a vivir con miedos y temores.
- Estaremos viviendo lejos de la voluntad del Único y Verdadero Dios.
Aplicación
Por medio del sacrificio de Cristo en la cruz, Dios nos libró del pecado que nos condenaba. Ya somos hijos de Dios y Él no quiere que volvamos al pecado que nos esclavizaba; si continuamos creyendo en supersticiones y teniendo prácticas que son contrarias a lo que dice la Palabra estaremos dándole la espalda a Dios. Jeremías 10:1-5 nos dice: “¡Escucha la palabra que el Señor te dice, oh Israel! Esto dice el Señor: «No te comportes como las otras naciones que tratan de leer el futuro en las estrellas. No tengas temor de sus predicciones, aun cuando otras naciones se aterren por ellas. Sus costumbres son vanas y necias. Cortan un árbol y el artesano talla un ídolo. Lo decoran con oro y plata y luego lo aseguran con martillo y clavos para que no se caiga. ¡Sus dioses son como inútiles espantapájaros en un campo de pepinos! No pueden hablar y necesitan que los lleven en los brazos porque no pueden caminar”. Dios quiere que seamos diferentes, que vivamos para adorarle y creerle solo a Él. Que toda nuestra confianza y nuestra adoración la pongamos en Él y no en amuletos, creencias, ídolos, ni aun en otras personas. No perdamos el tiempo discutiendo sobre ideas mundanas y cuentos de viejas. En lugar de eso, entrenémonos para la sumisión a Dios.
Si vivimos adorando y creyendo solo a Dios:
- Veremos la mano de Dios actuando en nuestra vida.
- Viviremos en gozo y paz pues tendremos comunión con Dios.
- No tendremos temor a malas noticias pues sabemos que a los que aman a Dios todas las cosas obran para bien.
- Las promesas de Dios se cumplirán en nosotros pues le amamos y obedecemos.
Conclusión
El ser humano busca en quién o en qué creer, busca darle entendimiento a lo que pasa y de ahí tantas supersticiones y tanta idolatría. No debemos olvidar que fuimos creados por Dios el Creador del Universo, y no sólo eso, somos su máxima creación pues nos hizo a su imagen y semejanza. Él nos ama tanto que dio a Su Único Hijo, para que todo el que crea en Él no se pierda, sino que tenga vida eterna (Juan 3:16). Dios quiere re establecer la relación que tenía con nosotros antes de que el pecado la rompiera. No vivamos más esclavizados al pecado, más bien entreguémonos completamente a Él y vivamos en la libertad para la que Él nos hizo. ¡Aleluya!
Escrito por: Linda Vélez
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