Ejecuta El Plan De Dios
Estudio Muchos creyentes saben que Dios tiene planes buenos, pero pocos se atreven a ejecutarlos. A veces, escuchamos su voz, sentimos su dirección, pero el miedo, la duda, la comodidad o las opiniones de otros nos detienen. El resultado es que pasamos hasta años intentando cumplir nuestros propios planes, mientras el plan de Dios espera ser obedecido.
Ejecutar el plan de Dios requiere fe, valentía y obediencia. Significa renunciar a nuestros deseos para abrazar los suyos. Significa confiar en que su camino es mejor, aunque no lo entendamos del todo. Cada gran hombre y mujer de la Biblia tuvo que tomar una decisión: quedarse en lo conocido o dar el paso de fe hacia el plan de Dios.
Efesios 2:10: “Pues somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús, a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás.”
Dios no busca solamente que sepamos su voluntad, sino que la vivamos. Cuando decidimos obedecer, nos alineamos con su propósito y experimentamos su poder obrando en nosotros y en nuestra familia. Cada paso de fe que damos se convierte en una oportunidad para que Dios sea glorificado y su plan se cumpla.
¿Qué sucede si NO ejecuto el plan de Dios?
- Viviré confundido, sin propósito claro, intentando llenar vacíos.
- Tomaré caminos que parecerán correctos, pero traerán dolor y frustración adelante.
- Mi familia perderá oportunidades de ver milagros y dirección.
- Me perderé del gozo y la plenitud que solo Dios puede dar al obedecerle.
- Podría llegar al final de mi vida con arrepentimiento por no haber obedecido su llamado.
Aplicación Ejecutar el plan de Dios es más que “conocer” su voluntad, es caminar en ella. Muchas veces sabemos lo que Dios quiere, pero lo posponemos esperando “el momento perfecto”. Sin embargo, la obediencia no espera, actúa. Dios bendice los pasos de fe, aunque sean pequeños, porque demuestran confianza.
Como familia, necesitamos aprender a escuchar juntos la voz de Dios, a alinear nuestras decisiones a Su Palabra y a avanzar con valentía. Cuando obedecemos, Dios abre puertas, provee recursos, fortalece nuestros corazones y nos lleva a vivir su propósito. Ejecutar su plan requiere soltar el control y dejar que Él sea nuestro guía en los estudios, el trabajo, los sueños y cada aspecto del hogar.
Santiago 1:22: “No solo escuchen la palabra de Dios; tienen que ponerla en práctica. De lo contrario, solamente se engañan a sí mismos.”
Ejecutar el plan de Dios es caminar confiando en que Él ya preparó el camino. Es enseñar a nuestros hijos que la verdadera valentía no está en seguir al mundo, sino en seguir a Cristo. Es vivir con fe activa, sabiendo que si Dios nos llamó a algo, también nos dará la fuerza para cumplirlo.
¿Cómo puedo ejecutar el plan de Dios en mi vida y familia?
- Buscando su presencia diaria para conocer su dirección.
- Rindiendo nuestros propios planes y sueños para abrazar los suyos.
- Actuando en fe, aunque no tengamos todas las respuestas.
- Perseverando cuando lleguen pruebas y obstáculos, confiando en su guía.
- Enseñando a nuestra familia a obedecer la voz de Dios por encima de todo.
Conclusión Cristo mismo nos mostró lo que significa ejecutar el plan del Padre. Desde el principio, dijo: “Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y terminar su obra” (Juan 4:34). Incluso en Getsemaní, cuando el dolor y la cruz estaban cerca, no huyó ni hizo su propio plan. Dijo: “No se haga mi voluntad, sino la tuya.”
Hoy, Dios nos llama a vivir de la misma manera. No fuimos creados para planes temporales, sino para un propósito en Cristo. Al ejecutar el plan de Dios, dejamos huellas de fe en nuestra familia, inspiramos a otros a seguir a Jesús y experimentamos el gozo de cumplir nuestra misión en la tierra. Nuestra obediencia puede ser la puerta para la salvación y transformación de nuestras vidas.
Hebreos 10:36: “Perseveren con paciencia para que después de haber hecho la voluntad de Dios, reciban todo lo que Él ha prometido.”
Obedecer a Dios es el camino hacia la verdadera libertad. Cuando damos pasos firmes hacia su plan, dejamos de vivir en incertidumbre y comenzamos a experimentar el poder transformador de Cristo en cada área de nuestra vida y nuestra familia.
Escrito por: Matías Velásquez
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