"De Desesperación A Incredulidad "
Estudio
Según el diccionario, desesperación es la pérdida total de la esperanza; es la alteración extrema del ánimo causada por la decepción, rabia, despecho o enojo provocando la incredulidad. En nuestra vida como cristianos muchas veces pasamos por situaciones en las que nuestra fe es puesta a prueba. Y es ahí donde debemos aferrarnos más a Cristo, para poder permanecer enfocados. Sin embargo, en ocasiones mientras pasamos la prueba dejamos de poner nuestros ojos en CRISTO, para ponerlos en nuestra situación o condición. Es en estos momentos donde le permitimos al enemigo entrar a nuestra mente e inundarnos con sus mentiras y artimañas para alejarnos de Dios. Como consecuencia dejamos de confiar en el cuidado y protección del Señor, para confiar en nuestras propias fuerzas. Y por supuesto al pelear las batallas en nuestras fuerzas nos desgastamos y nos decepcionamos al ver que no tenemos la solución en nuestras manos y es entonces donde llegamos a perder la fe. Esto es lo que llamamos incredulidad, ese momento en el que dejamos de creer las promesas de Dios, dejamos de creer en que su favor está con nosotros y que su amor, gracia y misericordia son para nosotros también. La incredulidad a su vez provoca o intenta lograr que nos paralicemos, que dejemos de movernos en la voluntad del Señor, nos lleva a vivir sin expectativas y anhelos de fe, busca evitar que sigamos avanzando en nuestro caminar con el Señor.
Cuando dejamos de vivir en la voluntad de Dios, movidos por el Espíritu Santo, dejamos de confiar en que Dios sabe lo que es mejor para nosotros. 1 Corintios 2:14 Un ejemplo de esto lo encontramos en 1 Samuel 15, donde Saúl, (a quien Dios nombró rey) reconoce su pecado ante Samuel, al no obedecer los mandatos de Dios y como consecuencia Dios lo rechazó como rey.
¿Qué sucede cuando dejamos que la desesperación tome control de nuestras vidas?
- Dejamos de escuchar la voz de Dios para dejarnos dirigir por el enemigo.
- Comenzamos a vivir y pelear en nuestras fuerzas, desgastándonos.
- Perdemos la esperanza y la fe.
- Valoramos poco las promesas de Dios y nos enfocamos en lo que dice el mundo.
- Podemos llegar a caer en incredulidad.
Aplicación
Cuando nos encontramos en situaciones desesperantes le damos al enemigo la oportunidad de engañarnos fácilmente y llevarnos a tomar decisiones equivocadas que traen consecuencias negativas a nuestras vidas. Es fácil tomar malas decisiones cuando no le preguntamos a Dios primero qué nos conviene y cuál es Su voluntad, y en cambio tomamos decisiones apresuradas.
¿Cuántas decisiones equivocadas hemos tomado por dejarnos llevar por la desesperación?
Estas pueden haber sido, económicas, en relaciones, de negocios, mentiras, entre muchas otras; pero todas tienen como factor común la ausencia de la dirección de Dios. La desesperación viene como consecuencia de la impaciencia, de no esperar en el tiempo de Dios y esta produce ansiedad, estrés, cansancio, y nos lleva a invalidar nuestra fe (incredulidad).
¿Qué sucede cuando por el contrario nos aferramos a Dios y vivimos por FE?
- Vivimos en la Paz de Dios, esa que nos da el saber que Dios está en control.
- Descansamos en el Señor, aún en medio de nuestra situación.
- Vivimos con la certeza de que todo lo que Dios permite obra para bien en nuestra vida.
- Vivimos una vida plena y conforme a la voluntad del Señor.
Conclusión
La desesperación nos puede llevar a la incredulidad, la cual puede llegar a invalidar el propósito de Dios en nuestra vida. Para evitar caer en desesperación debemos desarrollar el fruto del Espíritu de la paciencia y confiar en que Dios siempre está obrando a nuestro favor.
Escrito por: Linda Vélez
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