"Causas De La Dureza De Corazón"
Estudio La dureza del corazón viene cuando permitimos que nuestros sentimientos, emociones, deseos, pasiones y voluntad dañen nuestro corazón, por eso es importante mantenerlo sano y limpio, ya que del corazón puede salir bendición o maldición, verdades o mentiras, perdón o rencor, ánimo o desánimo, amor u odio, fe o incredulidad. La dureza de corazón viene como resultado de rechazar repetidas advertencias y hacer a un lado la verdad. Sabemos que nuestro corazón está endurecido cuando nos resistimos a obedecer la Palabra de Dios e ignoramos las advertencias del Espíritu Santo. Por desgracia, muchos Cristianos viven con su corazón herido y/o endurecido ya que son oidores de la Palabra mas no hacedores de la Palabra. Si no le permitimos a Dios la entrada a ciertas áreas de nuestra vida, inevitablemente nuestro corazón se irá endureciendo hasta que no escuchemos a Dios. Vivir sin Dios es vivir irremediablemente confundidos, con la mente llena de oscuridad; vagando lejos de la vida que Dios ofrece, por haber cerrado la mente y endurecido el corazón hacia Él. Han perdido la vergüenza. Viven para los placeres sensuales y practican con gusto toda clase de impureza (Efesios 4:17-19).
¿Qué sucede cuando tenemos el corazón endurecido?
- Nuestra forma de pensar y actuar se vuelve ajena a Dios.
- Vivimos sin percatarnos de las necesidades de nuestro prójimo.
- Tratamos de vivir el Evangelio a nuestra manera y no a la manera de Dios.
- Nos enfocamos en nuestra vida y necesidades en lugar de Cristo.
AplicaciónLa Palabra de Dios es viva y poderosa. Es más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra entre el alma y el espíritu, entre la articulación y la médula del hueso. Deja al descubierto nuestros pensamientos y deseos mas íntimos (Hebreos 4:12). Si no tenemos la Palabra como guía de nuestras vidas, viviremos y actuaremos enfocados en nosotros mismos ignorando muchas veces el dolor y la necesidad ajena. Jesús nos invitó a ir a Él cuando dijo:
“Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso” (Mateo 11:28).
Solo cuando estamos en Cristo podremos disfrutar de la paz y el descanso que solo Él nos puede dar. Solo en Él seremos sensibles a las necesidades de nuestros semejantes, solo en Él podemos recibir y dar perdón. Solo en Cristo podremos alegrarnos con los que están alegres y llorar con los que lloran. Entreguemos a Él todo nuestro dolor, angustias, falta de perdón, etc... Permitámosle al Espíritu Santo trabajar en todas las áreas de nuestra vida y moldearnos a la imagen de Cristo.
Cuando tenemos un corazón sano:
- Toda dureza de corazón se va.
- Somos sensibles a la voz de Dios y a las necesidades de nuestro prójimo.
- Vivimos en la paz de Dios.
Conclusión
“El corazón humano es lo más engañoso que hay, y extremadamente perverso. ¿Quién realmente sabe qué tan malo es? Pero yo, el Señor, investigo todos los corazones y examino las intenciones secretas. A todos les doy la debida recompensa, según lo merecen sus acciones”. Jeremías 17:9-10
No descuidemos nuestro corazón pues él determina el rumbo de nuestra vida. Permitamos que Dios escudriñe nuestro corazón para que podamos sanar las heridas que nos dañan. Recibamos el Reino de Dios como un niño, pues sólo los que tienen la inocencia de un niño entrarán en él.
Escrito por: Linda Vélez
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