Dios es Omnipresente
Estudio
Dios es omnipresente y esto significa que Él está presente en todas partes, con todo su ser en todo momento. Nada hay oculto de Él. Proverbios 15:3 nos dice: “Los ojos del Señor están en todo lugar, vigilando tanto a los malos como a los buenos”. En el Salmo 33:13-14 vemos que: “El Señor mira desde el cielo y ve a toda la raza humana. Desde su trono observa a todos los que viven en la tierra”. Estos versículos y muchos más nos muestran que no podemos escondernos de Dios. No podemos hacer nada sin que Él lo vea. Cuando seamos tentados a hacer lo malo, estos versículos deben hacernos sentir incómodos. Por eso es muy importante que estudiemos la Palabra, pues por medio de ella sabemos cuál es la voluntad de Dios y cómo vivir para agradarle. Al estar a cuentas con Dios, en obediencia y servicio a Él, podemos sentir su paz. Dios vive en nosotros, ve el esfuerzo que hacemos por obedecerle y conoce las intenciones de nuestro corazón. Por tal razón, cuando tengamos pensamientos que nos confundan y nos hagan sentir que Dios no está presente cuando pasamos alguna situación difícil, permitámosle al Espíritu Santo que nos recuerde la Palabra y que nos dé la certeza de que Dios está con nosotros siempre y podemos refugiarnos en Él en todo momento.
Cuando no somos conscientes de la omnipresencia de Dios:
- Vivimos desenfocados pensando que podemos escondernos de Dios.
- Se nos hace fácil pecar y justificar nuestro comportamiento.
- No gozamos de la cobertura de Dios en medio de nuestras circunstancias.
Aplicación
En Jeremías 23:23-24 Dios dice: “¿Soy acaso Dios solo de cerca? —dice el Señor—. No, al mismo tiempo estoy lejos. ¿Puede alguien esconderse de mí en algún lugar secreto? ¿Acaso no estoy en todas partes en los cielos y en la tierra?, dice el Señor”. Hasta que no entendamos que no somos ajenos a Dios, sino que Él nos ama y nos creó para vivir en comunión con Él como Sus hijos, no lograremos entender Su omnipresencia, el saber que, como hijos de Dios, Su Santo Espíritu vive en nosotros y jamás nos abandona. “Él es el Dios que hizo el mundo y todo lo que hay en él. Ya que es el Señor del cielo y de la tierra, no vive en templos hechos por hombres, y las manos humanas no pueden servirlo, porque él no tiene ninguna necesidad. Él es quien da vida y aliento a todo y satisface cada necesidad” (Hechos 17:24-25). Con la ayuda del Espíritu es que podemos llegar a entender que Dios es Dios.
La omnisciencia, la omnipotencia, la omnipresencia, y qué esa majestuosidad de Dios provoca en nosotros Sus hijos:
- Temor reverente a Él, pues no queremos ofenderle.
- El saber que es nuestro Padre nos da el consuelo y la paz de saber que estamos seguros en Él.
- El reconocer la grandeza, perfección y majestuosidad de Dios nos lleva a vivir en adoración a Él. Nadie pudo, puede o podrá jamás oponerse a Dios y vencer. No hay lugar en que Dios no esté presente, así que obedezcámosle y rindámonos a Él en adoración.
Conclusión
Reconociendo la grandeza de Dios y que aún “Ese plan “ridículo” de Dios es más sabio que el más sabio de los planes humanos, y la debilidad de Dios es más fuerte que la mayor fuerza humana” (1 Corintios 1:25), pongamos toda nuestra vida, preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios, porque Él cuida de nosotros (1 Pedro 5:7).
Escrito por: Linda Vélez
|
