Venciendo La Desobediencia
Estudio Desobediencia, la definimos como “oposición a la que manda o dicta una autoridad.” La desobediencia es un acto que cometemos a causa de nuestra inclinación pecaminosa. Son deseos, pensamientos, o acciones controladas por el pecado. Como humanos, estamos inclinados por naturaleza a pecar y a desobedecer. Esto lo podemos ver en Romanos 5:12 -“Cuando Adán pecó, el pecado entró en el mundo. El pecado de Adán introdujo la muerte, de modo que la muerte se extendió a todos, porque todos pecaron.” Antes de que Adán desobedeciera, el hombre era libre de pecar, o de no pecar. Dios lo creó obediente por naturaleza, así que estaba diseñado para obedecer las ordenanzas de forma innata. Desde el momento que Eva llevó a Adán a cometer desobediencia, la humanidad quedó libre solo para pecar, el NO pecar ya no era opción. Entendiendo esto, el pecar y desobedecer corre por nuestra sangre naturalmente. Pero en el plan anticipado de Dios, ya Él tenía una provisión para resolver el pecado del hombre. Su propósito era revelar a Cristo y perdonar nuestros pecados con su sacrificio en la cruz del calvario.
La desobediencia surge por la falta de comprensión hacia el propósito de Dios o la influencia de las tentaciones del mundo. Muchas veces sabemos que lo estamos haciendo mal pero no lo queremos aceptar, causando que no podamos reconocer que estamos en desobediencia. Cuando por fin reconocemos que desobedecimos, a veces no sabemos cómo entregarlo y decir perdón. En lo personal me tardé mucho en entender que simplemente es llevarlo a los pies de Cristo a través de la oración y arrepentirse; solo necesitamos resolver nuestros problemas instruyendonos de las escrituras y orando. Ahora, el arrepentirse no se puede quedar en un simple pedir perdón, la desobediencia o el pecado que cometimos debe ser arrancado de raíz y procurar que nunca ocurra otra vez.
Una de las reglas vitales para vencer la desobediencia, es tener conocimiento de cómo pecamos. Los mandamientos son las reglas de la vida, ayudándonos a entender qué es lo que no debemos hacer y así no caer en desobediencia. Juan 14:15-17 nos dice: “Si me aman, obedezcan mis mandamientos. Y yo le pediré al Padre, y él les dará otro Abogado Defensor, quien estará con ustedes para siempre.” Como cristianos es nuestro deber obedecer los mandamientos con la ayuda del Espíritu Santo que habita en nosotros. Esto es un detalle muy importante para poder vencer la desobediencia. El obedecer es vivir con la verdad, y la verdad es Cristo, a quien debemos seguir y dejar que habite en nosotros. “Me refiero al Espíritu Santo, quien guía a toda la verdad. El mundo no puede recibirlo porque no lo busca ni lo reconoce; pero ustedes sí lo conocen, porque ahora él vive con ustedes y después estará en ustedes.”
¿Qué pasa si NO obedecemos a Dios?
- El Espíritu Santo se entristecerá.
- Viviremos en constante pecado.
- No tendremos una buena relación con Dios.
- Andaremos por el mundo siendo criaturas podridas espiritualmente.
- Causará que nos alejemos de la presencia de Dios.
Aplicación
Cuando reconocemos nuestras desobediencias, esto causa en nosotros una restauración personal y espiritual. Cuando en realidad nos arrepentimos, traemos cambios al corazón, mente y espíritu, le indicamos a nuestra mente que lo que hicimos no fue correcto y le damos el mando de control a Dios. Una vez entregamos las riendas a Dios, comenzamos a experimentar libertad, bendiciones, retribución y paz. Cuando vivimos obedeciendo los mandamientos y las órdenes de Dios es demostrar agradecimiento por todo lo que Él ha hecho por nosotros. Todos tenemos nuestras altas y bajas, somos humanos imperfectos y a veces tenemos nuestros momentos en los cuales fallamos, pero lo importante es arrepentirse y entender que la desobediencia trae sus consecuencias, pero el aceptarlo y tratar de ser mejor trae restauración y bendición.
Entonces, ¿qué pasa cuando vencemos la desobediencia?
- Nuestra relación con Dios se fortalece.
- Mejoramos nuestro estilo de vida.
- Transformamos nuestro carácter.
- Crecemos espiritualmente.
- Avanzamos a entender el propósito de Dios en nuestra vida.
Conclusión
Vencer la desobediencia es un camino de bendición y transformación. El ser obediente en Dios nos ayuda a acercarnos al propósito divino de Él, nos ayuda a luchar contra el pecado y a recibir las bendiciones que Él tiene preparadas para nosotros. Aunque puede ser difícil, la obediencia refleja nuestro amor por Dios, nos prepara para vivir conforme a Su voluntad y así poder alcanzar una vida más para Su Reino.
Escrito por: Angeliz López
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