"La Fidelidad
En Tiempos Difíciles"
Estudio
Cuando hablamos de dificultades podemos mencionar a un hombre muy conocido en la Biblia llamado Daniel. Daniel tuvo que enfrentar una situación muy peligrosa y difícil cuando decidió no obedecer al rey y no negociar sus principios y creencias. Él podía simplemente esquivarse de esta situación pero decidió enfrentarla con valentía, convicción y seguridad de que Dios iba a estar con él en medio de lo que ocurriera.
Como cristianos no estaremos exentos de pasar y enfrentar dificultades y es en esos momentos que nuestra actitud y convicción tienen que estar firmes. Mientras estemos en este mundo pasaremos por aflicciones pero tenemos que estar seguros que Dios nos dará la salida y la victoria. Nosotros tenemos el poder para enfrentar nuestras dificultades con una actitud positiva o con una de derrota dejándonos inquietar y sacudir por lo que se levante en contra de nosotros o nuestra familia.
Esta vida nos traerá momentos buenos y también malos por lo que nunca estaremos totalmente preparados, pero sí podemos estar convencidos que el Señor mismo nos va a fortalecer en medio de ellos y cruzaremos al otro lado del mar cantando y adorando.
Cuando no confiamos en Dios lo suficiente:
- La situación difícil será más grande que nuestra fe y seremos derrotados.
- Estaremos desesperados en nuestro problema y nuestro enfoque no será Dios.
- No tendremos la fe necesaria para enfrentar nuestra prueba.
- La dificultad será nuestro enfoque y nos hundiremos con ella.
Aplicación
En 2 Tesalonicenses 3:3 nos recuerda y nos afirma que el Señor es fiel, él nos fortalecerá y nos protegerá del maligno.
Cuando tu confianza está en Dios:
- Tu fe no será movida, no importa la situación que enfrentes.
- Crecerás y madurarás en medio de tu problema.
- Estarás alegre y en paz porque sabes que tu situación es pasajera.
- Tendrás la sabiduría de Dios para saber actuar en medio de tu dificultad.
Conclusión
Seamos mensajeros vivos del Evangelio, que sean no sólo las palabras sino también nuestras acciones las que impacten la vida de todo aquel que aún no conoce a Cristo. Vivamos para glorificar a Dios manteniéndonos siempre en comunión con Él y que nuestra fe sea una fe basada en el obrar, no una fe vacía.
Jesús desea que seamos mansos, astutos e inteligentes y que acudamos a Dios anhelando la sabiduría que el Espíritu Santo deposita en nosotros; desea también que seamos reflejo de Su gracia, bondad, compasión y humildad, aun cuando nos lastiman, demostremos que tenemos la apertura de nuestro entendimiento para conocer la perfecta voluntad de Dios.
Nuestro trabajo es accionar, eliminemos las excusas de nuestra vida y ¡Accionemos! Mostremos la luz que tenemos por ser hijos de Dios, decidamos salir de nuestro escondite, encendámonos y brillemos. Todo ese esfuerzo tendrá una maravillosa recompensa en la eternidad.
Preparemos nuestros corazones para ser sanados y moldeados según la voluntad de Dios, vivamos para ser convertidos en lámparas puestas sobre la mesa para que todos los que nos rodean puedan mirarnos y deseen brillar también de la misma manera. Permitamos que Cristo nos lleve a accionar para cumplir Su propósito de alcanzar e impactar muchas vidas, pero sobre todo el propósito de marcar la diferencia y ser luz en un mundo oscuro y pecador.
Escrito por: Ninette Marrero
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