" El Asunto Es Del Corazón "
Estudio Según el diccionario bíblico el centro de la vida física, mental y espiritual del ser humano es el corazón. El corazón es el centro de todas las funciones vitales, incluyendo la vida intelectual y espiritual. Proverbios 23:7 nos dice: Cual es su pensamiento en su corazón, tal es el; lo que significa que es en nuestro ser interior que guardamos todos los sentimientos, emociones, vivencias, deseos y todo lo que nos va formando y dirigiendo en el curso de nuestra vida. La Palabra también nos advierte en Jeremías 17:9 que el corazón humano es lo más engañoso que hay, y extremadamente perverso. Nos pregunta quién realmente sabe qué tan malo es. Por tal razón es que necesitamos la ayuda del Espíritu Santo para que nos guíe en nuestro diario caminar.
¿Qué nos sucede cuando no cuidamos nuestro corazón?
- Vivimos sin saber la dirección correcta por la que debemos ir.
- Nos volvemos orgullosos, rebeldes, vengativos y en fin, se nos endurece el corazón.
- Vivimos perdiendo día a día nuestra comunión con Dios.
- Podemos vivir de apariencias fingiendo ser cristianos sin serlo (como los fariseos).
Aplicación
La Biblia nos da herramientas y nos revela qué cosas debemos hacer para ser restaurados de nuestra condición.
Una de las cosas que debemos de hacer es permanecer fiel y entregarnos a Dios para que Él comience a restaurar nuestro corazón. Job es un excelente ejemplo de cómo Dios restauró no sólo su salud, sino todo lo demás que había perdido.
Dado que el pecado le impide al ser humano tener comunión con Dios, necesitamos arrepentirnos de nuestros pecados y aceptar a Cristo como nuestro Salvador y Señor. Cada día debemos acercarnos a Dios mediante la oración y el estudio de la Palabra, de esa manera el Espíritu Santo irá obrando en nuestra vida convenciéndonos de pecado y guiándonos a toda verdad. Si no lo hacemos, cada situación que vivamos que nos cause angustias, dolor, desengaño, ansiedad, etc. van a ocasionar que nuestro corazón se lastime cada vez más y se endurezca. Mateo 15:18-19 nos dice que las palabras que decimos provienen del corazón; y eso es lo que nos contamina, pues del corazón salen los malos pensamientos, el asesinato, el adulterio, toda inmoralidad sexual, el robo, la mentira y la calumnia. Sólo con la ayuda del Espíritu Santo podremos discernir los pensamientos en nuestro corazón, podremos controlar nuestras emociones y tendremos la capacidad, dada por Él para obedecer a Dios. Sólo a través del Espíritu Santo podemos vivir la vida que Dios preparó para nosotros, pues nuestro corazón, sin la dirección de Él fácilmente nos engañará. Necesitamos vivir con la certeza de que somos hijos de Dios y eso sólo lo conseguiremos en la medida que desarrollemos la comunión con Él.
¿Cómo cuidamos nuestro corazón?
- Sometiendo cada uno de nuestros pensamientos a la obediencia de Dios.
- Buscar conocer la voluntad de Dios a través de la Palabra y la oración.
- Mantener nuestros ojos en Cristo y no en la gente (evitando chismes, contiendas, falta de perdón, etc.)
- Tratando de vivir una vida que imite a Cristo.
Conclusión Escuchemos y pongamos por obra lo que Pablo le dijo a los hebreos:
“Por lo tanto, amados hermanos, ¡cuidado! Asegúrense de que ninguno de ustedes tenga un corazón maligno e incrédulo que los aleje del Dios vivo. Adviértanse unos a otros todos los días mientras dure ese «hoy», para que ninguno sea engañado por el pecado y se endurezca contra Dios”. Hebreos 3:12-14
No olvidemos que una persona buena produce cosas buenas del tesoro de su buen corazón, y una persona mala produce cosas malas del tesoro de su mal corazón. Lo que uno dice brota de lo que hay en el corazón. Lucas 6:45
Preguntémonos: ¿Cómo estoy cuidando mi corazón?
Escrito por: Linda Vélez
|