La Victoria Eterna
Estudio La Biblia establece que todo aquel que reconozca y acepte al Señor Jesucristo como su único y exclusivo Salvador es llamado hijo de Dios y coheredero con Cristo. Tenemos una victoria al ser llamados hijos del Dios Todopoderoso, con solo ese hecho ya somos más que victoriosos. Dios Padre, el Gran Yo Soy, el Principio y el Fin, el Alfa y la Omega, el Creador del Cielo y la Tierra, el que sostiene el mundo y las galaxias, en Él tenemos todo con tan solo aceptar que Su Hijo es el Único camino para llegar a Él.
Cuando nosotros confesamos de corazón y reconocemos que el mundo ya no tiene nada que ofrecernos; que ya bastante daño nos ha hecho, entonces comenzamos a buscar un cambio para no vivir de la forma que hemos vivido hasta el momento en el que reconocimos lo que necesitábamos. En ese momento renacemos en Cristo y entendemos lo que dice en 1 Juan 5: 4-5 “Pues todo hijo de Dios vence a este mundo de maldad, y logramos esa victoria por medio de nuestra fe. ¿Y quién puede ganar esta batalla contra el mundo? Únicamente los que creen que Jesús es el Hijo de Dios”.
El entender que fortalecer la fe es el medio, la forma de lograr nuestra victoria, es el sentir total y completa dependencia de Dios en todo aquello que es nuestra vida. Entendemos que hay cosas que son necesarias para poder comenzar esta carrera o mejor dicho alinearnos al camino de la victoria; la búsqueda de la Presencia de Dios y Su Voluntad para dar el espacio a que Él haga como Él quiere conforme a su conocimiento eterno y voluntad infalible que es por amor y buscando nuestro bien. Leer la Biblia para ver el ejemplo de otros de cómo vivir y no seguir en errores que ya se han cometido antes. Orar y ayunar al entender que no sólo de pan vive el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Jehová. Este es el medio de acercarnos más a la voluntad de Dios. De esta forma logramos someter nuestra voluntad y nuestra vida a los pies de Cristo para lograr encaminarnos a una victoria mayor.
Es muy importante entender que el proceso nos hace madurar, nos hace crecer para poder atraer a otros a esta carrera con nuestro estilo de vida y madurez. De esta misma forma ayudar a los que ya están en la carrera a continuar y a sobrellevar las batallas que tenemos que luchar. Ayudar a otros a atravesar estas situaciones en agradecimiento y reconociendo de quién es nuestro sustento. Salmo 18: 32-36 “Dios me arma de fuerza y hace perfecto mi camino. Me hace andar tan seguro como un ciervo para que pueda pararme en las alturas de las montañas. Entrena mis manos para la batalla; fortalece mi brazo para tensar un arco de bronce. Me has dado tu escudo de victoria.Tu mano derecha me sostiene; tu ayuda me ha engrandecido. Has trazado un camino ancho para mis pies a fin de evitar que resbalen”. No estamos solos, el Dios Todopoderoso va delante de nosotros y nos dará la victoria pero toda gloria, honra y honor será dada al único merecedor que es Cristo Jesús, Señor nuestro.
¿Qué efectos provoca la adoración y el reconocimiento?
- Nos da una clara idea de quién merece adoración.
- Nos da fuerzas para continuar.
- Expande nuestro entendimiento de Él.
- Nos da la paz que sobrepasa todo entendimiento.
- Encontramos dirección en nuestras vidas.
- Vemos mejor el camino que debemos andar.
Aplicación
¿Cuál es la base de nuestra victoria? El sacrificio de nuestro Señor Jesucristo! Él sentó las bases de nuestra victoria tomando forma de siervo, se humilló hasta la muerte y muerte de cruz, que en esa época era una de las formas más humillantes y deshonrosas de morir. De esta forma solo morían ladrones y las personas más despreciadas de la época y así murió el Santo de Israel. El que no tenía mancha ni culpa, nunca pecó ni se halló mentira en su boca, como la Biblia lo describe: Varón Justo experimentado en quebranto, Él trazó la ruta para nuestra victoria, su vida fue nuestro ejemplo para entender que en Él ya tenemos todo lo que necesitamos.
En Filipenses 2: 1-8 nos dice: “¿Hay algún estímulo en pertenecer a Cristo? ¿Existe algún consuelo en su amor? ¿Tenemos en conjunto alguna comunión en el Espíritu? ¿Tienen ustedes un corazón tierno y compasivo? Entonces, háganme verdaderamente feliz poniéndose de acuerdo de todo corazón entre ustedes, amándose unos a otros y trabajando juntos con un mismo pensamiento y un mismo propósito. No sean egoístas; no traten de impresionar a nadie. Sean humildes, es decir, considerando a los demás como mejores que ustedes. No se ocupen solo de sus propios intereses, sino también procuren interesarse en los demás. Tengan la misma actitud que tuvo Cristo Jesús. Aunque era Dios, no consideró que el ser igual a Dios fuera algo a lo cual aferrarse. En cambio, renunció a sus privilegios divinos; adoptó la humilde posición de un esclavo y nació como un ser humano.Cuando apareció en forma de hombre, se humilló a sí mismo en obediencia a Dios y murió en una cruz como morían los criminales”. Queda demostrado que Jesús vino a mostrarnos cómo lograr la victoria eterna, está de nosotros tener el deseo ferviente de lograrlo, de entregarle a Él todo para que Él guíe nuestros pasos hacia la meta.
¿Qué necesitas?
- Leer la Palabra de Dios.
- Orar en todo momento.
- Acércate al Padre para que te muestre lo que te obstruye para lograr la meta.
- Pedir a Dios que te permita reconocer cuándo hay que hacer cambios en tu vida.
- Que te dirija en la dirección de restaurar y cambiar tu vida en dirección a lo que Él ha establecido para lograr la victoria.
Conclusión
La Biblia nos da un sin número de ejemplos de cómo debemos vivir para atraer a otros a esta victoria eterna: de ser ejemplo y verdaderos seguidores de Cristo imitando su carácter, su forma de vivir y de conducir su vida. En el libro de Tito encontramos el consejo de cómo debe de ser un creyente de Cristo si desea manejarse de la misma forma de Aquel que debemos emular. Tito 3: 1-8 nos dice: “Recuérdales a los creyentes que se sometan al gobierno y a sus funcionarios. Tienen que ser obedientes, siempre dispuestos a hacer lo que es bueno. No deben calumniar a nadie y tienen que evitar pleitos. En cambio, deben ser amables y mostrar verdadera humildad en el trato con todos. En otro tiempo nosotros también éramos necios y desobedientes. Fuimos engañados y nos convertimos en esclavos de toda clase de pasiones y placeres. Nuestra vida estaba llena de maldad y envidia, y nos odiábamos unos a otros. Sin embargo, cuando Dios nuestro Salvador dio a conocer su bondad y amor, él nos salvó, no por las acciones justas que nosotros habíamos hecho, sino por su misericordia. Nos lavó, quitando nuestros pecados, y nos dio un nuevo nacimiento y vida nueva por medio del Espíritu Santo. Él derramó su Espíritu sobre nosotros en abundancia pormedio de Jesucristo nuestro Salvador. Por su gracia él nos hizo justos a sus ojos y nos dio la seguridad de que vamos a heredar la vida eterna. Esta declaración es digna de confianza, y quiero que insistas en estas enseñanzas, para que todos los que confían en Dios se dediquen a hacer el bien. Estas enseñanzas son buenas y de beneficio para todos”. La victoria eterna fue ganada ya en la cruz del calvario por nuestro Salvador, solo tenemos que resistir un poco más y seguir sus pasos para lograr alcanzar lo anhelado y vivir para alcanzar a uno más, discipular a uno más hasta que todos declaren que no hay nada mejor que ser cristianos.
Escrito por: Tatiana Muñiz
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