"Una Nueva Actitud "
Estudio La palabra actitud se refiere a la disposición o respuesta que emerge desde nuestro interior ante una situación, momento o experiencia y que nos llevan a actuar de cierta manera. El vivir en CRISTO nos lleva además de muchas otras responsabilidades, también a vivir correctamente y a escoger con cuidado nuestros comportamientos y actitudes diarias.
En Filipenses 1:27 dice: “Sobre todo, deben vivir como ciudadanos del cielo, comportándose de un modo digno de la Buena Noticia acerca de Cristo. Entonces, sea que vuelva a verlos o solamente tenga noticias de ustedes, sabré que están firmes y unidos en un mismo espíritu y propósito, luchando juntos por la fe, es decir, la Buena Noticia”.
Desde una celda de prisión, el Apóstol Pablo escribió acerca de la actitud que un Cristiano debe tener. Cuando dice "Sobre Todo” se refiere a que sin importar qué perturbaciones inesperadas, frustraciones o dificultades se crucen en nuestro camino, debemos responder con una actitud como la de Cristo. Debemos ser firmes y luchar por la fe. Es claro que ya no podemos vivir de la misma manera que lo hacíamos antes de conocer a Jesucristo, debemos esforzarnos en imitar constantemente las actitudes y su manera de responder ante las situaciones. Nuestra mente siempre debe estar enfocada en que somos portadores y mensajeros de la Buena Noticia y que no es solo a través de nuestras palabras sino también de nuestros actos que quienes nos rodean pueden conocerla y seguirla también.
¿Qué sucede cuando no nos esforzamos para que nuestras actitudes imiten a las de Cristo?
- No viviremos en la bendición de ser transformados y moldeados a la imagen de Cristo.
- Viviremos atados y esclavizados en actitudes erróneas que nos dañan y que nos alejan cada vez más de Dios.
- No permitiremos que las generaciones futuras vean en nosotros un ejemplo claro de lo que es vivir en Cristo y para Cristo.
- Viviremos alejados de los propósitos de Dios en nuestras vidas y familias.
Aplicación
Cuando la palabra nos invita “vivir como ciudadanos del cielo y comportarnos de un modo digno”, habla de la actitud que Dios desea que tengamos cada día de nuestra vida : abnegación, humildad y servicio.
En Filipenses 2:3-43 dice: “No sean egoístas; no traten de impresionar a nadie. Sean humildes, es decir, considerando a los demás como mejores que ustedes. No se ocupen solo de sus propios intereses, sino también procuren interesarse en los demás”.
En otras palabras, la actitud que un Cristiano debe reflejar se centra en las necesidades y los intereses de los demás y eso sin duda, no se nos da naturalmente en nuestras fuerzas, necesitamos de la intervención del Espíritu Santo en nuestras vidas para guiarnos, fortalecernos y acompañarnos en este proceso.
El ser Ciudadanos del Cielo hace parte de la identidad ofrecida por Dios para cada uno de sus hijos; cuando Cristo vino al mundo, estableció una nueva actitud hacia las relaciones con los demás. Dios quiere que tengamos un compromiso serio y bondadoso respecto a las preocupaciones de los demás imitando las actitudes de Jesús.
En Efesios 4: 22-24 la Palabra nos dice "desháganse de su vieja naturaleza pecaminosa y de su antigua manera de vivir, que está corrompida por la sensualidad y el engaño. En cambio, dejen que el Espíritu les renueve los pensamientos y las actitudes. Póngase la nueva naturaleza, creada para ser a la semejanza de Dios, quien es verdaderamente justo y santo".
Estamos llamados a vivir en nuevas actitudes, actitudes que se asemejen a las de Cristo y que sean de agrado a Dios. Son actitudes contrarias a lo que el mundo nos invita a imitar. Son actitudes correctas que nos llevan a vivir como los Nuevos Hombres que somos y despojarnos de todo aquello que nos separe de Dios.
Cuando invertimos en el Reino:
- Tendremos los beneficios que nuestro Padre nos promete.
- Obtendremos un gran tesoro para nuestra alma.
- Vamos a querer compartir con otros lo que hemos conocido.
- El sacrificio de Jesús tendrá valor para nosotros.
Conclusión Como familia es urgente que valoremos la Presencia de Dios en nuestras vidas si queremos sobrevivir y ser victoriosos en medio de este mundo que está en caos. Dejemos de pensar que Su Presencia sólo se manifiesta en un culto, si alguien ora por ti y te caes en el piso.
Mientras sigamos ignorando los beneficios que Dios nos ofrece cuando nos invertimos en el Reino, seguiremos enfocados en lo que no perdura. Es momento de entender que las cosas materiales y que ofrece este mundo son pasajeras, pero lo que Cristo nos ofrece es algo para siempre. Podemos ser parte del Reino de Dios invirtiendo nuestro tiempo, diezmo, sirviendo por amor, hablando a otros de las maravillas de nuestro Creador, haciendo discípulos, alcanzando a uno más.
Debemos de comenzar a enfocarnos en conocer más a Cristo como Señor y entender que es lo más importante. Todos podemos invertirnos en el Reino de Dios. Recuerda que la mies es mucha pero los obreros son pocos, inviértete en el Reino y todo lo que hagas que sea para agradar a Dios y por uno más. Seamos ejemplo a nuestra generación para que ellos se apasionen por Cristo y puedan entender que no hay mayor satisfacción, ni mayor riqueza que servir y dar todo por el Reino.
Escrito por: Luisa Ruiz
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