" Proclamar Que Los Cautivos Serán Liberados "
Estudio Proclamar significa decir en voz alta algo para que sea notorio a todos; es una palabra dicha con autoridad que provoca cambios. Un cautivo es una persona que ha sido privada de su libertad, una persona que vive resignado a una situación para la que piensa que no hay salida. A causa del pecado, todos los seres humanos nacimos cautivos. El pecado se enseñorea de nosotros y podemos llegar a pensar que eso es lo normal, que esa es la vida para la cual hemos sido creados. Ese NO es el plan de Dios. Dios en su infinito amor y misericordia ideó un plan desde antes de la fundación del mundo, ya Él sabía que íbamos a pecar y proveyó un Cordero (Jesucristo) para que pagara por el pecado de la humanidad. Juan 3:16 nos lo dice así: “Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en Él no se pierda, si no que tenga vida eterna”. Jesús fue enviado por el Padre para darnos salvación, sanidad y libertad. Solo en Cristo podemos recibir y vivir en la verdadera libertad, libertad del pecado, o sea, de la maldad, el odio, el egoísmo, la envidia, la falta de valor, la infidelidad, los vicios, etc.; en fin, en Él tenemos libertad para vivir en el propósito de Dios. Todos los que hemos sido hechos hijos de Dios por medio de la conversión a Cristo, estamos llamado a vivir en libertad.
¿Qué sucede en la vida de un creyente cuando aun sigue cautivo del pecado?
- Está demostrando inmadurez al no reconocer la obra de Cristo en su vida.
- Vive de manera carnal, dejándose llevar por sus gustos y la forma de vivir del mundo.
- Se está perdiendo la bendición de vivir como la nueva criatura que Cristo le hizo, guiado por el Espíritu Santo.
- No está dando un buen testimonio de Cristo.
Aplicación
Cuando Cristo llega a la vida de una persona, no hay atadura que se le pueda resistir. Él vino a hacernos libres de todo pecado. Cuando una persona se vuelve a Cristo, el velo que nos impedía ver nos es quitado, pues ahora tenemos el Espíritu de Dios viviendo en nosotros y obrando de manera tal que cada día podamos ver y reflejar la vida de Dios en nosotros. El Espíritu Santo nos guía para no pecar, para no tomar la gracia de Dios en vano y vivir en libertinaje. Más bien, nos recuerda que en el bautismo morimos a la carne y resucitamos a una nueva vida en Cristo. Cristo nos ha liberado, ahora asegurémonos de cosechar la santidad que conduce a la vida eterna (Romanos 6:22). Tenemos la gran comisión dejado por Jesús de predicar a todos la libertad que Cristo trae a nuestras vidas, que no existe ninguna atadura que se resista al gran poder de Dios. ¡Jesús nos dio su autoridad para que proclamemos la libertad a los cautivos!
Al proclamar que los cautivos serán liberados:
- Lo hacemos porque hemos sido testigos fieles del poder de Dios en nosotros.
- Estamos cumpliendo con la gran comisión diciéndole a otro las maravillas que hace Dios.
- Somos instrumentos de Dios para compartir las Buenas Nuevas de salvación, sanidad y libertad que por medio de Jesucristo recibimos.
Conclusión Las palabras de Jesús dichas a Sus discípulos, incluidos nosotros nos motivan a dar por gracia lo que por gracia hemos recibido.
Mateo 10:7-8 “Vayan y anúncieles que el Reino de los Cielos está cerca. Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, curen a los leprosos y expulsen a los demonios. ¡Den tan gratuitamente como han recibido!
Escrito por: Linda Vélez
|