Qué Hacer Cuando la Vida Nos Quebranta
Estudio El significado bíblico de quebrantar es humillar el corazón en sentido de hacerlo humilde, sumiso, manso y receptivo a la voluntad de Dios. Su significado está relacionado con "restaurar".
Quebrantar es suavizar, ablandar el corazón y limpiarlo de excesos dañinos como el resentimiento, la ira, incluso la tristeza que se puede convertir en un factor que impide escuchar o recibir la palabra cuando no se le da cabida a la esperanza.
Cuando pensamos en quebrantamiento, de inmediato llegan a nuestra mente imágenes negativas de pruebas y dificultades. Hoy quiero transmitirles un conocimiento maravilloso que he aprendido de parte de Dios y que también he podido comprender gracias a algunos hombres y mujeres de Dios.
“El Señor está cerca de los que tienen quebrantado el corazón; él rescata a los de espíritu destrozado”. (Salmo 34:18)
El quebranto no es malo. Es la forma en que logramos las transiciones de la vida. A veces, la única respuesta apropiada y lógica a la vida es el dolor por las pérdidas, las decepciones, el pecado y el sufrimiento en el mundo.
Hace un tiempo para acá en nuestra familia hemos estado pasando por un tiempo de quebranto muy fuerte, en diciembre nos preparábamos para recibir a mis padres en mi casa aquí en Texas desde Puerto Rico para celebrar la época navideña juntos en familia. El mismo día que ocurriría el viaje y todo listo para que mi mamá se montara en el avión junto a mi papá, les hablé por teléfono para asegurarme que todo marchaba bien y en ese momento así fue, todo estaba muy bien. Una hora más tarde recibo una llamada que algo pasaba, que mi madre no podría hacer el viaje y que estaba muy grave en un hospital; yo no entendía lo que estaba pasando, solo le pedía a Dios que me diera paz y la sabiduría, por lo que salgo corriendo del trabajo, compro un vuelo de emergencia y llego a Puerto Rico y me encuentro con mi mamá completamente sin reaccionar a todas las pruebas médicas, a los 3 días de estar allí en el hospital parte con el Señor.
Fue un momento super duro y difícil que quebrantó mi corazón grandemente; en medio del dolor de la muerte de mi madre mi esposa es diagnosticada con un posible cáncer, a lo cual corrimos a hacer muchas pruebas médicas lo cual me desesperaba y mi corazón seguía quebrantándose aún más; acto seguido mi papá pierde su oxigenación por COVID y pulmonía con una condición de cáncer en el pulmón y cae en el hospital 16 días en cuidado intensivos a punto de la muerte. Mi corazón seguía quebrantado; cuando mi hermana y su esposo que cuidan a mi papá y que viven con él en su casa después de la muerte de nuestra madre, salen de una actividad de su iglesia y una persona a exceso de velocidad pasa el semáforo rojo y los impacta y pierden en su totalidad su vehículo y ambos sufren muchas heridas y traumas en el cuerpo, y quedan fuera de su trabajo por un mes. Después de todo esto llegamos desde Puerto Rico en medio del dolor y recuperando de todo lo que estábamos pasando, mi suegra quien vive con nosotros en nuestro hogar sufre un sangrado muy fuerte, las presiones arteriales comienzan a descontrolarse y a subir muy altas vamos con ella al hospital de emergencia sin conocer el por qué le estaba pasando esto y después de muchas pruebas médicas es diagnosticada con cáncer en el útero y deciden intervenir y operar de emergencia y tiene un tratamiento de quimio en el cual estamos trabajando en este momento, y por último, la suegra de mi hermana cae en el hospital de emergencia y al mes de estar allí Dios la llamó a Su Presencia. Todo esto nos pasó en un período de 3 a 4 meses. Les confieso que había muchas preguntas en mi mente y la tristeza y el quebranto me arropaba el corazón, sentía que estaba hecho pedazos completamente quebrantado. Sé que muchos de ustedes han pasado por algunas pruebas y sé que a lo mejor no ha sido fácil enfrentarlas como me pasó a mí. Les comparto que en medio del quebranto hemos visto la mano de Dios sobre nuestras vidas, sobre nuestra casa y sobre nuestro quebranto. Podemos agradecer que el bien que Dios nos hizo en el pasado es la garantía del bien que Dios nos concede hoy y para el futuro. Además de que el Señor nunca nos ha prometido que todo iba a ser perfecto.
Dios dijo: “Les he dicho todo lo anterior para que en mí tengan paz. Aquí en el mundo tendrán muchas pruebas y tristezas; pero anímense, porque yo he vencido al mundo”. (Juan 16:33).
Dios no espera que seas feliz todo el tiempo. De hecho, Dios quiere que seas intencional con tu dolor. El dolor es una elección. No todo lo que es útil y saludable te hace sentir bien. Tienes que permitirte hacer duelo por las pérdidas para que puedas recibir la bendición de Dios.
No hay dolor que puedas experimentar que Jesús no entienda. Él ha experimentado toda la soledad, toda la traición y todo el rechazo que posiblemente podamos experimentar. Y la buena noticia es que Él vino a sanar nuestros corazones.
¿Qué debemos hacer cuando piensas que Dios está lejos cuando estamos en nuestro punto más bajo en medio del quebranto?
- Poner toda nuestra fe y nuestra confianza en Él.
- Buscar ayuda de algún líder o pastor de nuestra iglesia.
- Rendir nuestro corazón triste y quebrantado ante Él.
- Orar, postrarse y pedirle al Señor que haga lo que quiera de mí.
Aplicación
El quebrantamiento hace referencia a un proceso necesario que debe acontecer en la vida de todo Cristiano para que pueda dar fruto. Para que podamos entender este principio en Jesús. Es probable que estas cosas que nos separan de Dios estén tan profundamente arraigadas en nuestro ser que es imposible para nosotros mismos quitarlas. Es allí donde el Espíritu Santo nos debe quebrantar para quitar de nosotros todo aquello que no le agrada y que no le permite fluir. A nosotros solo nos queda tomar la decisión, es decir, decirle a Dios: Señor, haz lo que quieras en mi vida, me postro ante ti; haz conmigo lo que tú quieras. Conviérteme en la persona que quieres que sea, me rindo a ti y me entrego por completo. Debes renunciar a muchas cosas para que tu cascarón sea quebrado: Tu lógica, tu propia forma de juzgar las cosas, tu orgullo, tu ego, las relaciones con personas que no le agradan a Dios, tu temperamento, tus miedos, tus dudas, los rencores del pasado, la crítica y muchas cosas más.
“La persona íntegra enfrenta muchas dificultades, pero el SEÑOR llega al rescate en cada ocasión. Pues el SEÑOR protege los huesos de los justos; ¡ni uno solo es quebrado!” (Salmos 34:19-20).
Primero que todo, Jesús llama a los que lo sirven para que lo sigan. Esto da a entender que no todos los que sirven a Jesús lo están siguiendo. Puede que estés sirviendo en la obra de Dios, que prediques, que seas maestro de niños en la iglesia, que seas pastor o que sirvas en cualquier otro ministerio y que aún no estés siguiendo a Jesús de verdad porque tu corazón aún está atado a algo que no ha sido quebrantado. La decisión que debemos tomar es SEGUIR A JESÚS. Seguirlo es cerrar los ojos (nuestra mente) y hacer lo que Él nos diga y creer lo que nos enseñe. Es obedecer sin importar cuál sea la orden y confiar plenamente que Dios es quien es dueño de nuestra vida.
Conclusión
Ante los sucesos de la vida nuestro corazón se conmueve, por eso muchas veces se llena de preocupación y de temor. La incertidumbre de la vida, el no saber qué pasará con nuestro futuro o algún suceso inesperado, un dolor insoportable, realmente nos llena de dudas. Estos son los momentos propicios para llevar a Dios toda carga y ansiedad por medio de la fe en Cristo, pues Él tiene cuidado de nosotros. Él se ocupa de nuestro corazón herido, lo sana, nos da uno nuevo, porque por medio de Su Palabra sana nuestras heridas. Es gracia de Dios que por medio del quebrantamiento podamos adquirir un profundo sentido de nuestra pecaminosidad y de nuestra necesidad de dependencia absoluta de Cristo. En el dolor del quebrantamiento Dios nos lleva a la confesión de pecado, a la humildad y a este sentido profundo de necesidad de Cristo. Ahí podemos decir de todo corazón, ¡amén!, a las palabras de Cristo: Salmos 51:17: “El sacrificio que sí deseas es un espíritu quebrantado; tú no rechazarás un corazón arrepentido y quebrantado, oh Dios”.
Oración Señor, mi corazón está conmovido y quebrantado, te pido que me ayudes a entender mi propósito en medio de este quebranto, entrego a ti toda mi ansiedad y toda mi confianza, descanso en tu Palabra porque sé que Tú me sanarás y restaurarás mi vida por amor a Cristo. El Espíritu Santo dirige mis pasos, mis emociones y sentimientos, rindo cada área de mi corazón para que sea transformada por ti. Señor te amo y aunque sé que tienes cosas maravillosas para mi vida, en ocasiones me frustro y me alejo, acércame a tu presencia con lazos de amor cuando me encuentre en una situación adversa, en pecado o en confusión, hazme entender que tienes un plan más alto para mí. Amén!
Escrito Por: Alfredo Arroyo
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