Entre El Orgullo Y La Humildad
Estudio A lo largo de estos continuos devocionales hemos visto cómo podemos pasar de ser una persona orgullosa a la razón. En esta ocasión veremos cómo podemos aprender del ejemplo de Cristo para ser humildes y lo que puede ocasionar el quedarnos en el orgullo.
El orgullo hace que el centro de todo seamos nosotros mismos. Es el presumir lo que tenemos, lo que somos, las posesiones, los talentos y demás para ahora desviar toda la atención solo a mí. Seamos realistas, ni tú ni yo moriríamos por nuestros enemigos y muchas veces hasta no lo haríamos por salvar a un familiar. Entonces, por qué nos vanagloriamos tanto si jamás hemos hecho ni haremos la mitad de lo que Jesús hizo por nosotros, por amor a nosotros y por darnos la salvación en su totalidad. Sin embargo, nuestras actitudes a veces van de acuerdo a esa necesidad constante de aprobación y de nosotros ser los número uno o de lo que todos reconozcan ya sea nuestros talentos, posesiones o cualquier otra cosa superficial en nuestras vidas.
El orgullo y el egoísmo realmente son tendencias naturales y actúan en nosotros como un vicio pecaminoso. Los vicios no te dejan nada, sino que te llevan a la destrucción. De igual forma que una persona puede tener un vicio al alcohol, drogadicción, pornografía entre otros malos hábitos, también una persona puede tener un vicio de ser orgulloso y vanagloriarse. De igual forma que todos los vicios destruyen, el orgullo destruye relaciones y te destruye a ti. Proverbios 16: 18-19 nos dice: “El orgullo va delante de la destrucción, y la arrogancia antes de la caída. Es mejor vivir humildemente con los pobresque compartir el botín con los orgullosos”. El orgullo aparece de muchas maneras diferentes como la crítica, la competencia, terquedad y la superficialidad.
¿Por qué se hace tan difícil dejar mi orgullo de lado?
- Porque no nos sometemos por completo a la transformación que solo podemos recibir por medio de Cristo.
- Porque es más fácil seguir el mundo y sus tendencias a entregarlo todo para ser hechos nuevos por medio de la gracia de Jesús.
Aplicación
Ya conocimos sobre el orgullo y vemos que no es una actitud que le agrade a Dios. Ahora, ¿cómo puedo crecer en humildad? La única respuesta es, permaneciendo en el Padre. Dejando que Cristo controle nuestros pensamientos, nuestros corazones y actitudes. Dejando que Cristo sea el CENTRO de nuestras vidas tal y como lo dice Pablo en Efesios 4: 23-24: “En cambio, dejen que el Espíritu les renueve los pensamientos y las actitudes”.La ley básica de las relaciones es esta: te vuelves similar a las personas con quien te relaciones. Entonces, si queremos ser más humildes, ¿con quién debemos pasar más tiempo? Con Cristo! ¿Y cómo vamos hacer eso? Leyendo Su Palabra, en oración y hablando con Él. De igual forma que sacamos tiempo de calidad para pasarlo con nuestras familias, hijos y amigos de igual forma o aún más debemos sacar tiempo para estar en la Presencia de nuestro Padre. No hay nadie más humilde que Jesús. No nada más vino a la Tierra volviéndose como uno de nosotros sino que vino con un propósito de liberarnos. Él nos guió, nos dejó Su Palabra llena de promesas y enseñanzas. Él dio su vida por nosotros y resucitó para ahora tener esa relación directa con Sus hijos, con Su creación.
¿Cómo es que por medio de mi identidad en Cristo yo ahora puedo ser humilde?
- Por medio de Cristo podemos ser cambiados, guiados, liberados para entonces renovar nuestros corazones, pensamientos, actitudes y mentes.
- Es por el ejemplo que nos dio Cristo que ahora podemos ser nosotros humildes.
Conclusión
El problema del orgulloso es que no engaña a nadie, solo se engaña a sí mismo. Tal y como Salomón lo dijo en Proverbios 11: 2: “El orgullo lleva a la deshonra, pero con la humildad viene la sabiduría”. Observa cómo la humildad y la verdadera sabiduría van de la mano. El persistir en una actitud orgullosa o perseguir las cosas o tomar las mismas actitudes que el mundo, es igual a rechazar la sabiduría y esto nos lleva a ser consumidos y destruidos por su propia maldad. La decisión al final es tuya, te vas a mover de tu zona de confort y salir de esas actitudes y acciones que centran a otros al mundo y a lo negativo, o vas hacer la diferencia comenzando en tu propia vida para ahora demostrarle al mundo lo maravilloso que es el vivir para hacer discípulos que hagan la diferencia. El cambio comienza cuando nos hacemos a un lado y le damos paso al Creador de hacer en nosotros lo que Él mejor sabe hacer, una transformación total.
Recuerda, mientras más tiempo pasemos al lado de nuestro Creador, más nos volveremos como Él. En Él podemos tener sanidad, protección, amor, guianza, sabiduría, y muchísimo más. No hay nadie que nos pueda dar mejor ejemplo que Cristo. No hay nadie que pueda amarte más de lo que Cristo te ama. Independientemente de cuánto tiempo llevamos siendo orgullosos, tercos y negativos, Él aun así desea cambiarnos y darnos una Vida Nueva. Hay renovación en Cristo. Regresa a tu casa con el Padre y vive en la expectativa de lo que Él ahora va a hacer en tu vida!
Escrito Por: Gleysh Reyes
|