"La Esperanza No Desilusiona"
Estudio La palabra “esperanza” es definida en el mundo como el sentimiento de que lo que uno anhela se cumplirá. Y esto podría darse por esfuerzo propio, suerte, esfuerzo o acciones de terceras personas, etc.
Esto contrasta con el significado que la Biblia da a la palabra esperanza, pues se refiere a la confianza de que Dios cumplirá Sus promesas, es la anticipación de un resultado favorable bajo la guía de Dios. Más específicamente, es la confianza en que lo que Dios hizo por nosotros en el pasado garantiza nuestra participación en lo que hará en el futuro. Como Cristianos encontramos nuestra esperanza en Cristo, quien, a través de Su sacrificio en la Cruz, pagó por nuestros pecados y nos dio Vida Eterna junto con Él.
Cuando ponemos nuestra esperanza en nosotros mismos, nuestros esfuerzos, otras personas y/o cosas:
- No le daremos a Dios el primer lugar en todo.
- Tarde o temprano seremos desilusionados. Todas las personas somos imperfectas, por lo que siempre vamos a fallar y nos defraudaremos unos a otros.
- Nos agotaremos luchando en nuestras fuerzas.
- No podremos vivir la vida plena en Cristo.
Aplicación Para poder vivir con la esperanza en Cristo debemos alegrarnos por las pruebas, pues ellas nos ayudan a desarrollar resistencia y ésta desarrolla firmeza de carácter y el carácter fortalece nuestra esperanza segura de salvación. (Romanos 5:4-5) Es decir, que Dios en Su infinita misericordia utiliza todas las situaciones para fortalecernos, afirmarnos y para utilizarnos para edificar a otros. Por lo tanto, debemos agradecer por esas pruebas que cada día nos acercan más a Dios y a Su Voluntad que es buena y perfecta. Y descansar en la esperanza de Vida Eterna junto al Padre, pues sabemos que todo en esta Berra es perecedero. En cambio, Dios quiere que sepamos que todo lo que Él ha preparado de antemano para nosotros es mucho más grande y hermoso de lo que alguna vez podamos imaginar. (Colosenses 1:27) Estudiemos la Palabra, sigamos Sus mandamientos y hagamos nuestras Sus promesas. Y llenémonos de la esperanza que no desilusiona, esa que nos da el saber que Dios nos ama tanto que cuida de nosotros en todo tiempo, que Sus misericordias son nuevas cada mañana y que nunca desampara al justo (es decir al justificado por Cristo en la cruz). Entremos en intimidad con el Señor nuestro Dios, nuestro Padre, quien anhela que busquemos y disfrutemos de Su Presencia en nuestra vida a través de la oración.
Cuando encontramos nuestra esperanza en Dios:
- Tenemos la certeza que TODO obra para bien, aunque no nos guste. Dios que es Soberano utiliza todo para nuestro beneficio.
- Alabaremos al Señor en TODO tiempo.
- Viviremos llenos de alegría y paz, pues confiamos en Él.
- Nuestras fuerzas serán renovadas para poder continuar peleando la buena batalla.
- Tenemos la certeza de que participaremos de Su Gloria junto con Cristo.
Conclusión En esto está nuestra esperanza, 1 Pedro 1:3-4, la esperanza de la Vida Eterna:
“Que toda la alabanza sea para Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo. Es por su gran misericordia que hemos nacido de nuevo, porque Dios levantó a Jesucristo de los muertos. Ahora vivimos con gran expectación y tenemos una herencia que no tiene precio, una herencia que está reservada en el cielo para ustedes, pura y sin mancha, que no puede cambiar ni deteriorarse”.
Escrito Por: Elizabeth Díaz
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