Advertencia De Dios
Estudio La Biblia es un libro sagrado que ha sido estudiado y analizado por muchos durante siglos. En ella se habla de muchos temas, incluyendo lo que nos espera en el futuro. Las advertencias bíblicas son una muestra de lo que puede suceder y lo que debemos hacer para evitarlo. En este devocional, exploramos algunas de estas advertencias y lo que significan para nosotros en la actualidad.
Es importante que debemos estar atentos a las advertencias que Dios hace en Su Palabra, aún cuando nuestro mentor o padres nos hayan enseñado con buen ejemplo, el menospreciar a Dios trae consigo dolorosas secuelas. Imaginemos que vayamos al médico a un chequeo rutinario y el médico nos dé una mala noticia que tenemos una enfermedad muy fuerte pero que todavía tenemos tiempo de tratarla y salir airosos si la tratamos rápido y si estamos dispuestos a recibir el tratamiento. Sin embargo, salimos de la oficina médica enfadados sin querer creerlo porque en ese momento me siento fuerte y saludable. El médico nos advierte que si no lo hacemos ponemos nuestra vida en peligro. Pues así es el Dios verdadero, santo y justo, nos advierte de que somos pecadores ante Él y que por esta causa deberíamos morir. Las advertencias de Dios se presentan en diversas formas: una palabra desafiante de un amigo; una historia del sermón de un pastor; una pequeña y apacible voz interior que te hace saber que no está bien el Espíritu Santo; y la verdad inevitable de la Palabra de Dios. La Biblia dice que la vida está llena de advertencias. Se dan advertencias para que podamos evitar el desastre.
Santiago 1:22 nos dice: “No solo escuchen la palabra de Dios; tienen que ponerla en práctica. De lo contrario, solamente se engañan a sí mismos”.
Aquí vemos cómo se nos advierte que no seamos simples oidores de la Palabra, sino hacedores. Preste atención cuando lea la Biblia, porque Dios le está hablando de forma directa. Tome sus advertencias de corazón, obedezca sus mandamientos y reciba ánimo y consuelo de sus promesas.
¿Qué pasa cuando nos alejamos de las advertencias de Dios?
- Accederemos al pecado y nos justificamos: No hay cosa que a Dios le desagrade más que nos justifiquemos ante el pecado y le echemos la culpa a otros.
- Cerrar nuestros oídos a la voz de Dios puede ser algo sumamente desastroso y doloroso para nuestras vidas.
- Cuando ignoramos las advertencias de Dios nos genera dudas y podemos caer en manos de nuestros propios deseos.
Aplicacion
Nos dice la Palabra en Hebreos 12: 14-15 Esfuércense por vivir en paz con todos y procuren llevar una vida santa, porque los que no son santos no verán al Señor. Cuídense unos a otros, para que ninguno de ustedes deje de recibir la gracia de Dios. Tengan cuidado de que no brote ninguna raíz venenosa de amargura, la cual los trastorne a ustedes y envenene a muchos”.
Dios no nos da estas advertencias porque sea autoritario o déspota, ni tampoco porque no quiera que la humanidad viva feliz. Dios da estas advertencias porque quiere lo mejor para sus criaturas, Él sabe lo que es mejor para cada ser humano. El hombre no quiere seguir las advertencias que Dios da, pero cuando les va mal, se preguntan por qué les va mal, o simplemente, echan la culpa de todos sus males a Él, tratando así de escaparse de su responsabilidad al no haber seguido las advertencias que les fueron dadas. El pueblo hebreo no escuchó las advertencias, ni quiso que el eterno Creador estuviera cerca de ellos. Israel voluntariamente eligió la maldición en vez de la bendición. Desobedecieron los mandatos, se pervirtieron en semejanza a los pueblos que les rodeaban y se dieron a la idolatría, a la adoración de dioses paganos que Dios había prohibido. El pueblo hebreo por su insensatez, en vez de la victoria, recibió la derrota; en lugar de la abundancia recibió el hambre; en vez de la vida recibió la muerte.
Queridos hermanos, Dios después de mostrarles el camino de las bendiciones y el camino de las maldiciones, permitió a Israel que voluntariamente eligiera el camino por el cual quería transitar. Israel por la dureza de su corazón, eligió caminar separado de Dios, caminar por el camino de la desobediencia y las maldiciones. Al igual que Israel, muchas personas eligen caminar separados de Dios, lejos de su amor, de su gracia y su misericordia. Eligen caminar lejos de la vida eterna. Hermanos, al igual que a Israel, Dios nos advierte del peligro de caminar en el camino de la desobediencia, lejos de su voluntad. Pero también nos da la libertad para que nosotros escojamos el camino por donde transitar. Antes de escoger el camino, pensemos muy bien, no elijamos el camino que nos lleve a la perdición, elijamos el camino que nos lleva a las bendiciones de Dios. Elijamos transitar por el camino de la obediencia a las advertencias que nos da nuestro amado Señor.
Las Promesas de Dios: Miremos varios versículos en los que Dios, mediante Su Palabra, nos promete bendiciones para ahora y para la eternidad:
- El que cree en Jesucristo tendrá vida eterna (Juan 3:15-16, 36; 6:40, 47; 20:31).
- Aquél que cree en el Señor Jesús será salvo (Hechos 16:31; Romanos 1:16).
- El que cree en Dios tiene vida eterna (Juan 5:24).
- El que nace del agua y del Espíritu entrará en el reino de Dios (Juan 3:3, 5, 7).
- El que viene a Cristo recibirá descanso para su alma (Mateo 11:28-29).
- El que viene a Jesús tendrá vida y no será echado fuera (Juan 5:40; 6:37).
Conclusión
Dios es tan hermoso que está interesado en nuestra Santidad, por eso dentro de la seguridad que nos ofrece también nos advierte en cuanto a volver a fallar. Se trata de que podamos tomar con fe lo que Él nos dice, entregarnos con todo el corazón y esperarlo cada día. Dios nos advierte en Su Palabra que no juguemos con el PECADO, porque hemos muerto a este el día que reconocemos y valoramos la Gracia y Su Misericordia para con nosotros. Y si llegásemos a PECAR, siendo Sus hijos, Él nos ADVIERTE, que nos disciplinaría, así como todo Padre que ama a su hijo lo disciplina. (Hebreos 12:6-7). “Pues el SEÑOR disciplina a los que ama y castiga a todo el que recibe como hijo. Al soportar esta disciplina divina, recuerden que Dios los trata como a sus propios hijos”.
Escrito por : Alfredo Arroyo
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