El Verdadero Peligro No Es El Amor Al Dinero
Estudio Muchas personas tienden a leer 1 Timoteo 6:10 “Pues el amor al dinero es la raíz de toda clasede mal; y algunas personas, en su intenso deseo por el dinero, se han desviado de la fe verdadera y se han causado muchas heridas dolorosas” y concluyen que el dinero es malo, cosa que no es cierta. El dinero en sí no es ni bueno ni malo, solo es un instrumento que nos permite adquirir cosas y facilitarnos la vida. El versículo explica que no es el dinero el problema, si no, el amor al dinero; y ese sentimiento al igual que todos, nace de nuestro corazón, de nuestra mente. O sea, el verdadero problema del hombre está en su corazón. ¿Cómo tenemos nuestro corazón? Tenemos la obligación de analizar nuestro corazón constantemente, y, sobre todo, con el filtro del Espíritu Santo. En Jeremías 17:9 se nos dice: “El corazón humano es lo más engañoso que hay, y extremadamente perverso. ¿Quién realmente sabe qué tan malo es?” ¿Sabemos nosotros que tan engañoso puede ser nuestro corazón? No; de ahí la importancia de que sea el Espíritu Santo el que lo escudriñe. El versículo 10 lo dice: “Pero yo, el Señor, investigo todos los corazones y examino las intenciones secretas. A todos les doy la debida recompensa, según lo merecen sus acciones".
¿Cómo vivimos cuando no tenemos cuidado de nuestro corazón?
- Vivimos a la merced de nuestros sentimientos, sin filtrar que tan buenos o que tan malos puedan ser.
- Nos desenfocamos fácilmente y la avaricia y la envidia, entre otros, nos pueden dominar y hacer que hagamos del dinero nuestro dios, pensando que con el podemos ganarlo todo.
- Se manifiestan en nosotros todos los deseos de la carne y cómo obtenerlos mediante el dinero, sin importar nada más.
Aplicación
Proverbios 4:23 nos advierte: “Sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque este determina el rumbo de tu vida”. Al pasar a ser parte de la familia de Dios, por medio de reconocer el sacrificio de Cristo en la cruz para el perdón de nuestros pecados, el Espíritu Santo nos redarguye y nos mueve a vivir en obediencia a Dios. En otras palabras, nos ayuda a que podamos vivir en el Espíritu. Solo viviendo en el Espíritu, o sea en obediencia a Dios, tendremos la capacidad de cuidar nuestro corazón de los malos deseos y de todo lo perverso que quiera entrar en el. Cuidando nuestro corazón constantemente no tendremos problemas con el dinero, pues podremos utilizarlo de manera correcta para que así sea bendición para nuestra vida y la de otros. Lo utilizaremos para ayudar a construir el Reino de Dios y no para satisfacernos de manera egoísta.
Cuando cuidamos nuestro corazón
- Estamos permitiéndole al Espíritu Santo ser nuestra guía en todos los aspectos, incluyendo el económico.
- Reconocemos que el dinero es un instrumento que Dios provee para que nosotros lo administremos de manera correcta.
- Vivimos en paz y con la satisfacción de saber que multiplicamos los “talentos” que Dios nos da.
- Vivimos enfocados en las cosas de arriba, que son eternas; y no en las de la tierra que son todas pasajeras.
- Administramos el dinero, y no el dinero a nosotros.
Conclusión
Entendamos de una vez que el dinero no es el verdadero peligro. El amor al dinero, o sea, cuando el dinero es lo que ocupa nuestra atención es lo que nos desenfoca, lo que nos pierde. Cuando permitimos que el tener dinero sea nuestra meta, nuestro fin, lo que hacemos es que le estaremos dando rienda suelta a nuestro corazón para tener toda clase de malos sentimientos, malos deseos. Mateo 6:21 nos dice: “Donde esté tu tesoro, allí estarán también los deseos de tu corazón”. Analicemos nuestro corazón, pues el verdadero peligro no es el dinero, sino, nuestro corazón.
Escrito por: Linda Vélez
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