Fortalecidos Por La Esperanza
Estudio
El hombre natural, el que aun no ha reconocido que es pecador y que tiene necesidad de ser salvo, vive según sus criterios, fuerzas y capacidades. Mientras puede tener el control de todo lo que acontece en su vida, todo está bien. Pero, ¿qué sucede si pierde el control o sencillamente no puede controlar una situación? Vemos que muchas personas al no tener el control, no saben qué hacer y pierden la esperanza de poder superar el momento difícil. De ahí que muchos caen en depresiones, enfermedades, angustias y hasta pierden el deseo de vivir. Nosotros, a diferencia de los que aún no han recibido a Jesucristo como Su Salvador personal, los que lo tenemos como el Señor de nuestra vida, hemos descubierto que aún en los momentos más obscuros y en las circunstancias más difíciles tenemos esperanza. Es la esperanza que recibimos por medio de la fe en nuestro Señor y Salvador Jesucristo la que nos sostiene en medio de todas las dificultades que tengamos que atravesar, y sabemos que “la fe demuestra la realidad de lo que esperamos; es la evidencia de las cosas que no podemos ver” (Hebreos 11:1).
Cuando vivimos conforme a nuestras capacidades:
- Vemos que flaqueamos en muchas ocasiones.
- Podemos llegar a vivir desorientados según vemos que nuestras capacidades no son suficientes para sostenernos.
- Nuestra salud física, mental, emocional y espiritual se ve afectada pues perdemos la orientación en nuestra vida.
Aplicación
En nuestra Nueva Vida en Cristo, Dios nos ha dado muchísimas promesas para que vivamos confiados y seguros en Él. Fuimos creados con propósito eterno, no somos producto del azar, sino que Dios tiene planes para con nosotros y así nos lo dice en Jeremías 29:11 “Pues yo sé los planes que tengo para ustedes—dice el Señor—. Son planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un futuro y una esperanza”. De ahí que cuando confiamos en Dios, podemos tener descanso y paz aun en medio de la peor de las circunstancias. Isaías 40:31 nos lo dice de esta manera: “En cambio, los que confían en el Señor encontrarán nuevas fuerzas; volarán alto, como con alas de águila. Correrán y no se cansarán; caminarán y no desmayarán”. Dios es nuestro refugio en todo momento y Su Palabra es la fuente de nuestra esperanza. No debemos pues vivir tristes ni agobiados, sino gozosos sabiendo que Dios tiene el control, que nada se escapa de Sus manos y que, aunque de momento no entendamos el por qué nos pasan cosas, sí podemos tener paz pues lo tenemos a Él.
Si vivimos en Esperanza:
- Vivimos una vida plena, una vida con propósito.
- Caminamos por fe y no por lo que vemos, caminamos seguros por el camino que Dios nos muestra.
- Entendemos que esta vida terrenal es pasajera y que nos espera una vida eterna con nuestro Dios.
- Ser pacientes; las respuestas vendrán poco a poco, mientras tanto tu fe está siendo fortalecida.
Conclusión
Romanos 5:5 nos dice: “Y esa esperanza no acabará en desilusión. Pues sabemos con cuánta ternura nos ama Dios, porque nos ha dado el Espíritu Santo para llenar nuestro corazón con su amor”. ¿Por qué desanimarnos? ¿Por qué estar tristes? Pongamos nuestra esperanza en Dios; alabémoslo, démosle gloria y honra a Él con nuestra vida. Él es nuestro Salvador y nuestro Dios.
“El Señor nos libra de todo mal y cuida nuestras vidas. El Señor nos protege al entrar y al salir, ahora y para siempre”. Podemos vivir fortalecidos en la Esperanza.
Así que, como dice el Salmos 31:24 “¡sean fuertes y valientes, ustedes los que ponen su esperanza en el Señor!”
Escrito por: Linda Vélez
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