"La Indiferencia Con El Prójimo"
Estudio
La definición de indiferencia es: “Estado de ánimo en que no se siente inclinación ni repugnancia hacia una persona, objeto o negocio determinado”. Prójimo es toda aquella persona que necesita el amor, y la misericordia de Dios.
En nuestra vida cristiana, cuando hablamos de indiferencia, tendemos a pensar en ser descuidados en nuestra relación con Dios, no dándole la importancia que Dios requiere y exige. Sin embargo, olvidamos que no solo tenemos el mandato de amar a Dios, sino también debemos amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Si solo amamos a Dios y no tenemos cuidado de amar y servir a nuestro prójimo, estamos faltando a ese mandato.
Vivimos mostrando indiferencia a nuestro prójimo cuando:
- Vemos a un hermano que está siendo perezoso o en pecado y no lo amonestamos.
- No alentamos a los tímidos.
- No cuidamos a los débiles para que puedan ser fortalecidos.
- Somos impacientes con los demás.
- Pagamos mal con mal.
- No oramos por nuestra familia, hermanos, amigos y enemigo.
- No suplimos las necesidades de otros teniendo la capacidad de hacerlo.
Aplicación Siendo hijos de Dios mostramos que le amamos cuando amamos a las personas que nos rodean. Por supuesto, hacemos bien cuando obedecemos la ley suprema tal como aparece en las Escrituras: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”; pero si favorecemos más a algunas personas que a otras, cometemos pecado pues Dios nos llama a amar a todos. ¿De qué nos sirve decir que tenemos fe y amamos a Dios si no lo demostramos? Esa clase de fe no salva. En Santiago 2:15 - 17 se nos dice: “Supónganse que ven a un hermano o una hermana que no tiene qué comer ni con qué vestirse y uno de ustedes le dice: «Adiós, que tengas un buen día; abrígate mucho y aliméntate bien», pero no le da ni alimento ni ropa. ¿Para qué le sirve? Como pueden ver, la fe por sí sola no es suficiente. A menos que produzca buenas acciones, está muerta y es inútil”. Dios nos manda a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, así que nuestro llamado es a amar y a servir a todos, no solo a los que nos simpatizan o conocemos. La indiferencia hacia nuestro prójimo impide que ellos puedan llegar a los pies de Cristo, o sea, estaríamos estorbando el Evangelio.
¿Cómo mostraremos el amor de Dios a nuestro prójimo? En Mateo 25:35-36 Cristo nos muestra:
- Pues tuve hambre, y me alimentaron.
- Tuve sed y me diste de beber.
- Fui extranjero, y me invitaron a su hogar.
- Estuve desnudo, y me dieron ropa.
- Estuve enfermo, y me cuidaron.
- Estuve en prisión, y me visitaron.
En fin, viviendo nuestra vida amando a Dios y amando a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
Conclusión Para evitar la indiferencia hacia nuestro prójimo Isaías 58: 7 nos dice:
“Compartan su comida con los hambrientos y den refugio a los que no tienen hogar; denles ropa a quienes la necesiten y no se escondan de parientes que precisen su ayuda”.
Es tiempo de que dejemos de ser indiferentes. Vivimos en este mundo y tendremos muchas pruebas y situaciones difíciles, así que nos necesitamos unos a otros para ayudarnos, alentarnos y edificarnos en nuestro caminar con Dios. No olvidemos que
“Abundará el pecado por todas partes, y el amor de muchos se enfriará; pero el que se mantenga firme hasta el fin será salvo. Y se predicará la Buena Noticia acerca del reino por todo el mundo, de manera que todas las naciones la oirán; y entonces vendrá el fin”. Mateo 24:12-14.
Escrito por: Elizabeth Díaz
|