"Los Frutos Espirituales"
Estudio La palabra “fruto” generalmente se refiere a frutas y vegetales comestibles, pero también se puede referir a descendencia, acción, resultado o ganancia. Cuando hablamos del fruto del Espíritu nos referimos a las manifestaciones de la obra que el Espíritu Santo hace en la vida del creyente. Es el resultado manifiesto de la obra de Dios en Sus hijos. Como Cristianos, debemos alimentarnos espiritualmente a diario con el estudio de la Palabra y la oración para así poder tener una relación de intimidad con Dios. En Gálatas 5:16-17 se nos exhorta a que “dejemos que el Espíritu Santo nos guíe en la vida. Entonces no nos dejaremos llevar por los impulsos de la naturaleza pecaminosa, ya que la naturaleza pecaminosa desea hacer el mal, que es precisamente lo contrario de lo que quiere el Espíritu. El Espíritu nos da deseos que se oponen a lo que desea la naturaleza pecaminosa. Estas dos fuerzas luchan constantemente entre sí, entonces nosotros no somos libres para llevar a cabo nuestras buenas intenciones”. Debemos pues enfocarnos en alimentar nuestro espíritu de manera que el Espíritu Santo obre en nosotros y nos moldee a la imagen de Cristo. El fruto que el Espíritu Santo produce en nuestra vida es: amor, alegría, paz, paciencia, gentileza, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. Características que en nuestra carne se nos hace difícil, si no, imposible poder tener.
¿Cómo vive un Cristiano carnal?
- Su vida es dominada por la carne y no por el Espíritu.
- No refleja los frutos del Espíritu porque no vive sometido a Él.
- No tiene un buen testimonio.
- Vive una vida que no agrada a Dios.
AplicaciónEn Gálatas 5:24-26 se nos dice que “Los que pertenecen a Cristo Jesús han clavado en la cruz las pasiones y los deseos de la naturaleza pecaminosa y los han crucificado allí. Ya que vivimos por el Espíritu, sigamos la guía del Espíritu en cada aspecto de nuestra vida. No nos hagamos vanidosos ni nos provoquemos unos a otros ni tengamos envidia unos de otros”. ¿Qué significa eso? Significa que los que pertenecemos a Cristo hemos renunciado al pecado llevando a la Cruz todas nuestras pasiones y deseos pecaminosos. Además le hemos permitido al Espíritu Santo que trabaje en cada área de nuestra vida, de manera que cambie todo lo que hay en nosotros que a Dios no le agrada. Con sinceridad, permitamos a Dios obrar en TODAS las áreas de nuestra vida ya que sólo Él hace que el carácter de Cristo sea formado en nosotros. Un Cristiano que día a día busca vivir dirigido por el Espíritu no compite ni se compara con otro, pues a cada uno Dios lo trata de manera individual. Jesús nos ama tanto como el Padre lo ama a Él y quiere que nosotros permanezcamos unidos a Su amor (Juan 15:9). Viviendo en el Amor de Dios podremos ver manifestados en nuestra vida todos los frutos espirituales.
¿Cómo vive un Cristiano espiritual?
- Muere constantemente a sí mismo (obras de la carne y deseos pecaminosos), para dar lugar al Espíritu Santo.
- Se da cuenta que cada día su carácter y su forma de ser y actuar van cambiando conforme el Espíritu Santo está obrando en él.
- Con su vida da buen testimonio a los que lo conocen.
- Vive una vida plena disfrutando los frutos espirituales que se van desarrollando en él.
- Vive de manera que agrada y da gloria a Dios.
ConclusiónAntes de venir a los pies de Cristo nuestra vida era oscura por causa del pecado, mas al recibir a Cristo nuestra vida cambió y ahora andamos en la luz que Dios nos da. Por lo tanto, ¡vivamos como gente de luz! Pues esa luz que está dentro de nosotros produce sólo cosas buenas, rectas y verdaderas. Averigüemos bien lo que agrada al Señor. No participemos en las obras inútiles de la maldad y la oscuridad; al contrario, saquémoslas a la luz (Efesios 5:8-11).
Anhelemos ser Cristianos espirituales y maduros y no nos conformemos con ser Cristianos carnales.
Escrito por: Linda Vélez
|