La Bendición Mal Enfocada
Estudio Estamos en unos tiempos críticos en nuestra sociedad ya que constantemente nos esforzamos tanto en ser aprobados y reconocidos por otros. En muchas ocasiones pensamos que merecemos que nos suceda todo lo bueno de parte de Dios y hacemos tantas cosas para obtener Su bendición.
Muchas veces a nuestro corazón llega la envidia cuando a otra persona, amistad o familia les está yendo bien en su trabajo, negocio, vida personal o familiar y nosotros deseamos que Dios nos bendiga de la misma manera. Somos capaces de engañar, mentir o robar con tal de obtener beneficios y bendiciones que no nos tocan en ese momento, como lo hizo Jacob con su padre Isaac. Nos desenfocamos y no entendemos que si Dios nos bendice, no es porque lo merecemos, sino porque a Él le place y tiene misericordia. Y cuando Dios no bendice nuestra vida, nuestras finanzas, nuestros deseos o nuestra familia nos preguntamos si es que Dios es injusto y comenzamos a cuestionarle.
Cuando no entendemos lo que es la bendición de Dios:
- Nos desenfocamos entendiendo que merecemos todo.
- Actuaremos de manera egoísta.
- Seremos ignorantes a las bendiciones que ya tenemos.
- No entenderemos que todo lo que tenemos le pertenece a Dios.
Aplicación
Como creyentes debemos entender que Dios nos bendijo desde antes de haber hecho el mundo. En Efesios 1:3-6 nos habla claramente sobre esto.
Cuando entendemos las bendiciones de Dios en nuestra vida:
- Nos mostraremos agradecidos y maravillados por lo que Dios ha hecho.
- Estaremos conscientes de Su amor y sacrificio por nosotros.
- Entenderemos que Él nos adoptó como hijos.
- Podremos bendecir a otros con las bendiciones que ya nuestro Padre nos dio.
Conclusión Cuando entendemos las bendiciones espirituales que hemos recibido antes de conocer a Dios, nos lleva a tener un corazón correcto y agradecido delante de Él. Las bendiciones que recibimos de nuestro Padre, ya sean materiales o espirituales, no nos deben llevar a vanagloriarnos o creernos que somos más que otros. Todo lo que tenemos y recibimos dice que le pertenece a Cristo porque de Él proviene todo. Como Cristianos no podemos ir por el mundo engañando o siendo egoístas con otros porque solo pensamos en nuestras bendiciones o de qué manera Dios me puede bendecir.
Si Dios nos bendice con un trabajo mejor, una casa más grande, un carro del año, una posición más importante en la Iglesia o alguna otra cosa, no son para que seamos orgullosos y mostremos arrogancia porque estamos en mayor nivel que otros, sino para que compartamos con otros de estas bendiciones. Tenemos que dar por gracia lo que por gracia hemos recibido. No seamos engañadores para obtener beneficios, sino siempre intachables y transparentes ante los ojos de Dios. Reconozcamos que las bendiciones que ya tenemos y que Dios nos da es porque nos ama y son para bendecir a otros. Que nuestro enfoque sea el de bendecir porque cuando lo hacemos, recibimos lo que también a nosotros nos pertenece. Enfócate en reconocer de quién viene tu bendición y para qué. ¡Toda la alabanza sea para Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales!
Escrito Por: Ninette Marrero
|