Una Familia Con Propósito
Estudio Dios creó a la primera familia a partir del matrimonio de Adán y Eva como objetivo para reflejar la imagen y gloria de Dios de manera perfecta. Sin embargo, con la llegada del pecado, las familias y sus prioridades cambiaron. A pesar de todo esto, el pecado no fue una sorpresa para Dios, Él ya tenía un plan de rescate capaz de reparar y restaurar todo aquello que se había roto, incluyendo a la familia.
Por nuestra humanidad, tendemos a tomar malas decisiones y olvidamos el por qué fuimos creados; incluso caminar más de acuerdo al mundo en vez de nosotros ser la diferencia. Se puede decir que hemos olvidado nuestro propósito original como familia. La Biblia dice que Dios nos escogió desde antes de la fundación del mundo y así mismo nos predestinó para adopción como hijos para sí mediante Jesucristo conforme a Su voluntad y para alabanza de la gloria de Su gracia, como lo vemos en Efesios 6:14: “Defiendan su posición, poniéndose el cinturón de la verdad y la coraza de la justicia de Dios.” Significa que no podemos hacer nada para recibir el mérito de formar parte de la familia de Cristo, sino que fue algo que Él nos otorgó inmerecidamente, porque así de mucho Él nos ama.
La clave de una familia unida y en armonía es tener la unidad y la confianza, de que a pesar de que estemos pasando problemas o circunstancias, sepamos a dónde ir primero que todo o antes que todos. Una familia que ore junta. Una familia que alabe junta. Una familia que aunque parezca difícil amarse los unos con los otros, porque en ocasiones nos herimos o decimos algo que duele, que podamos ser capaces de pedir perdón y entender que no somos perfectos y no fuimos llamados a serlo, pero que Jesús murió por mí y me ama y me perdona a diario lo suficiente como para yo hacer lo mismo con mi familia. Dios trajo esperanza ante la muerte. Y mientras el pecado destruye, la Palabra de Dios es viva y eficaz, por lo que podemos confiar en que es suficiente para transformarnos junto a nuestras familias. Hebreos 4:12 nos dice “ Pues la palabra de Dios es viva y poderosa. Es más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra entre el alma y el espíritu, entre la articulación y la médula del hueso. Deja al descubierto nuestros pensamientos y deseos más íntimos.” Es tiempo de que entiendas que tu familia no son tus enemigos, y que tú puedes ser quien comienza hacer la diferencia en tu hogar y familia y guiar a otros a los pies de Dios. Si lo hizo contigo, ¿qué te hace pensar que no puede hacerlo con tu familia? ¡Comienza tú con tu ejemplo!
¿Por qué es tan importante tener una familia unida y centrada en Cristo?
- La familia es una comunidad de fe, amor y esperanza, donde se comparte, se trabaja, se crea esperanza y se transmite la fe.
Aplicación Es bien complicado cuando vemos familias distanciadas, hijos perdidos en las drogas, nietos tomando malas decisiones y lo desconocido de qué va a suceder con tu próxima generación si todo continúa como va ahora mismo. A veces pensamos que no tenemos voz ni voto, pero el cambio comienza contigo. Dios sabe que hay heridas en tu familia. Y Él sabe que amarlos puede ser difícil, en especial porque es muy probable que no seas correspondido. Pero Él nos está llamando a un estilo de vida lleno de amor, de gracia y de ejemplo con esas personas que Él nos ha dado específicamente. Él te va a proveer todo el coraje, la fuerza, el poder y la gracia que necesitas para guiar a los tuyos. Él anhela ayudarte a amar a tu familia en medio de la restauración, hasta que entiendan cuán importante es la unión y el propósito por el que fueron creados. No te canses de orar constantemente por ellos y amarlos como Dios te ha amado: apasionadamente, fielmente y con gracia.
Romanos 5: 3-5 dice: “También nos alegramos al enfrentar pruebas y dificultades porque sabemos que nos ayudan a desarrollar resistencia. Y la resistencia desarrolla firmeza de carácter, y el carácter fortalece nuestra esperanza segura de salvación. Y esa esperanza no acabará en desilusión. Pues sabemos con cuánta ternura nos ama Dios, porque nos ha dado el Espíritu Santo para llenar nuestro corazón con su amor.” No endurezcas tu corazón, al contrario recuerda siempre que las dificultades que tú y tu familia atraviesan ahora o en un futuro producen vida y las mismas son oportunidades para ver a Dios obrar en nuestras vidas.
¿Le importa a Dios mi familia?
- Dios quiere que la familia sea como un refugio. Un lugar seguro que permanece fuerte ante las presiones de la vida. Un lugar donde los miembros pueden madurar, crecer, ser amados y recibidos. Es lo mismo que Él hizo y ahora nos llama a hacerlo con nuestras familias.
Conclusión En Filipenses 1:6 vemos que dice “Y estoy seguro de que Dios, quien comenzó la buena obra en ustedes, la continuará hasta que quede completamente terminada el día que Cristo Jesús vuelva.” Él ya ha comenzado una buena obra en nosotros y en nuestras familias y Él tiene la intención de completarla y terminarla. En la traducción que hace la versión de The Amplified Bible de este versículo dice que Él estará perfeccionando su obra en nosotros justo hasta que Cristo regrese. Si este trabajo nunca va a ser completamente concluido hasta que Jesús nos llame a su hogar, ¿por qué muchas veces nos atormentamos o estresamos la vida? Dios nos ha dado permiso para amarnos unos a otros tal como somos. Nosotros podemos entrar en reposo con respecto a lo que queda por hacerse en nuestras vidas, nuestras personalidades, carácteres, y relaciones familiares. Creer nos permite entrar en el reposo de Dios.
¡No pares de orar por los tuyos! Cuando las personas comienzan a estudiar la Palabra de Dios y aprenden cómo vivir en la luz y no tener temor a ella, sus vidas cambian para mejor. Sé el ejemplo que tu familia necesita y que al mirarte puedan ver a Cristo reflejado en ti, en tu forma de hablar y de vivir la vida. Aunque por nosotros mismos no somos nada, somos vasos para que Él fluya por nosotros tal y como vemos en 2 Corintios 4:7: “Ahora tenemos esta luz que brilla en nuestro corazón, pero nosotros mismos somos como frágiles vasijas de barro que contienen este gran tesoro. Esto deja bien claro que nuestro gran poder proviene de Dios, no de nosotros mismos.”
Escrito por: Gleysh Reyes
|