Alabanza En El Sufrimiento
Estudio
Debemos entender primero lo que significa “alabanza”, esta se define simplemente como “dar gracias, confesar, honrar, elogiar a alguien o algo”. En Salmos 16:7-9 podemos ver cómo el salmista David entendía el significado de alabar y bendecir al Señor. Vemos cómo en medio de su situación decidió darle honra y dar gracias al Dios que no lo abandonaba. A muchos cristianos se nos hace fácil adorar a Dios cuando las cosas van bien, levantar nuestras manos mientras adoramos a Dios, cuando todo en nuestra vida va marchando de maravilla. Hay muchos hermanos creyentes que cuando se congregan en su Iglesia adoran a Dios porque tienen un Ministerio de Alabanza que los está animando y los está acompañando a que canten himnos y alabanzas.
Pero hay otro grupo de personas que no han desarrollado una vida de adoración, y cuando están en medio de una prueba o enfrentando algo difícil no saben o se les hace difícil alabar a Dios. El adorar a Dios no es solamente darle alabanzas, es un estilo de vida que se desarrolla con una relación con Dios de manera íntima e intencional diariamente. Muchas personas no entienden lo que es adorar en verdad, y cuando una prueba o una situación difícil llega a su vida su reacción es de rebeldía y queja contra Dios. Siempre será más fácil quejarnos que adorar cuando estamos enfrentando un problema, pero está en nosotros tomar la mejor actitud y reaccionar de una manera diferente, entendiendo que por medio de la adoración llega la esperanza y el ánimo que necesitamos.
Cuando nos enfocamos en nuestro sufrimiento:
- No saldrá de nuestra boca ninguna palabra o canto que alabe a Dios.
- La queja dominará nuestra vida.
- No obtendremos la victoria sobre nuestras pruebas.
- Veremos los problemas más grandes que Dios.
Aplicación
En Habacuc 3:17-19 podemos ver cómo Habacuc había entendido que la adoración o alabanza va más allá de lo que sentimos o podemos ver. Él estaba seguro que aunque las cosas no fueran como él quisiera, como quiera iba a alegrarse en Dios. Aun en medio de la escasez o de las cosas que le faltaran, Dios era todo para él.
Cuando nos enfocamos en alabar a Dios:
- Nos vamos a alegrar por la salvación que hemos recibido.
- Entenderemos que el Señor es nuestra fuerza.
- Estaremos seguros y afirmados en Dios.
- Veremos la adoración como un estilo de vida y no como algo que sentimos cuando solamente estamos bien.
Conclusión
Alabar a Dios sin limitarnos es la mejor manera de combatir el desánimo. Cuando adoramos a Dios estamos diciéndole que dejamos todo lo que no es importante a un lado, para enfocarnos en lo más importante que es Él. Cuando adoramos en libertad y de corazón pueden suceder cosas sobrenaturales y maravillosas que nos puedan dejar asombrados. Debemos aprender a adorar a Dios donde sea que estemos y no esperar a llegar a la Iglesia para hacerlo.
David nos dejó escrito en Salmos 103 la importancia de alabar a Dios y los motivos para hacerlo:
- Debemos alabar a Dios porque Él es el único que nos perdona aún sin merecer el perdón.Debemos alabar a Dios porque es quien nos sana de nuestras enfermedades físicas y emocionales.
- Debemos alabar a Dios porque Él muestra Su amor y Sus misericordias cada mañana por nosotros.
- Debemos alabar a Dios porque nos da fuerzas y nos renueva cada día.
- Debemos alabar a Dios porque Él muestra Su amor y Sus misericordias cada mañana por nosotros.
- Debemos alabar a Dios porque nos da fuerzas y nos renueva cada día.
Cuando nos enfocamos en los atributos de Dios, en su bondad nos vamos a desenfocar de nuestro sufrimiento. Les comparto esta alabanza que tiene una gran verdad y es que a veces no tenemos fuerzas para pelear, pero cuando levantamos las manos al cielo le estamos diciendo a Dios que tome el control y nos ayude en nuestra situación.
“Levanto mis manos cuando no tenga fuerzas, levanto mis manos aunque tenga mil problemas, cuando levanto mis manos, mis cargas se van, nuevas fuerzas tú me das, todo esto es posible, todo es todo es posible cuando levanto mis manos”. (Samuel Hernández)
Nadie dijo que es fácil alabar a Dios cuando quizás estás enfrentando una enfermedad, cuando tienes problemas en tu matrimonio, cuando piensas que tus hijos no tienen remedio, cuando has perdido el trabajo, cuando todo va mal, pero sí es posible alabarlo cuando tienes un corazón agradecido y has entendido que tu ayuda viene de quien creó el cielo y la tierra. Es una bendición y un regalo de Dios mismo contar con el Espíritu Santo quien nos anima y nos conforta cuando nuestra vida está hecha un caos. Lo mejor que podemos hacer es tener una actitud correcta y adorar a Dios a pesar de cómo nos sentimos. No permitas que tu sufrimiento limite tu manera de alabar a Dios. Recuerda que tu Padre es merecedor de tu alabanza. Te animo a que lo busques, lo adores y lo llames, experimentarás su poder de una manera sobrenatural.
Escrito por: Ninette Marrero
|