"La Batalla Dentro De Mí "
Estudio Vivimos unos tiempos donde se nos enseña a ser independientes, a lograr las cosas sin ayuda de nadie. La realidad es que Dios nos ha creado para vivir en comunión con Él, en dependencia total de Él pues somos Su obra maestra. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús (nuevo nacimiento), a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás (Efesios 2:10). Depender de Dios significa que le entreguemos a Él nuestro destino, sometiéndonos a Su voluntad que es buena, agradable y perfecta (Romanos12:2). Para poder vivir en dependencia total de Dios debemos tener claro que Él nos creó con un propósito, el cual se va a cumplir. Podemos vivir según nuestros criterios y tener muchos proyectos, pero al final los designios de Dios prevalecen y no los nuestros.
¿Qué nos sucede si nos resistimos a depender de Dios en todo?
- No estaremos viviendo como hijos de Dios.
- Estaremos estorbando el propósito de Dios para nuestra vida.
- Viviremos atravesando problemas y situaciones que pudieron ser evitados si camináramos por el camino que Dios nos muestra y no por donde nosotros creamos que es mejor.
- Nos perderemos la oportunidad de ver la mano de Dios obrar de manera sobrenatural en nosotros y en nuestro alrededor.
AplicaciónSomos nuevas criaturas en Cristo y estamos llamados a vivir conforme a Su voluntad, ya no conforme a lo que nos dicta el mundo o aun nuestros propios deseos. Tenemos de Dios la promesa de la vida eterna a Su lado, gracias al sacrificio de Cristo en la cruz por el perdón de nuestros pecados. Y en nuestro caminar en esta tierra tenemos al Espíritu Santo para guiarnos, enseñarnos, redargüirnos y llevarnos a depender totalmente de Dios, de manera que confiamos en Dios con todo el corazón y no dependemos de nuestro propio entendimiento. Aun en las peores circunstancias que nos toque vivir, podemos estar tranquilos pues sabemos que Dios siempre está con nosotros. Él nos sostiene de Su mano derecha y nos dice “no tengas miedo”. En Éxodo 14:13-14 Moisés le dijo al pueblo: “No tengan miedo. Solo quédense quietos y observen cómo el Señor los rescatará hoy. Esos egipcios que ahora ven, jamás volverán a verlos. El Señor mismo peleará por ustedes. Solo quédense tranquilos”. Dios nos dice a nosotros hoy que nos quedemos quietos, que no actuemos según nuestros criterios, que lo dejemos a Él hacer en nosotros Su voluntad, para que podamos ver cómo nos transforma y nos lleva a vivir una vida agradable a Él, lejos del pecado. Nos dice, “quédense quietos, Yo pelearé por ustedes”. Confiemos plenamente en Dios y dependamos de Él para todo. No confiemos en nuestras fuerzas, mejor veamos el poder de Dios actuar a través de nuestras debilidades. Recordemos que Dios nos dice en 2 Corintios 12:9 “Mi gracia es todo lo que necesitas; mi poder actúa mejor en la debilidad”.
Cuando dependemos de Dios:
- Vemos Su poder actuando en todo lo que hacemos.
- Al pasar por pruebas o desiertos entenderemos que son momentos que Dios usa para acercarnos más a Él.
- Podemos vivir confiados pues descansamos en Dios y sabemos que Sus planes para nosotros siempre son mejores que los nuestros.
- Dios se puede glorificar a través de nosotros.
Conclusión Busquemos la voluntad de Dios en todo lo que hagamos, y Él nos mostrará cuál camino tomar. Vivamos disfrutando de la prosperidad, pero cuando lleguen los tiempos difíciles, reconozcamos que ambas cosas provienen de Dios. En medio de las dificultades y siempre, vivamos conectados a nuestro Padre Celestial por medio de una relación de oración continua, confiados en que Él nos ha rescatado y nos rescatará siempre del mal. Recordemos que nada es seguro en esta vida (Eclesiastés 7:14), y que las promesas de Dios trascienden el plano terrenal a una vida eterna junto a Él.
Escrito por: Linda Vélez
|