"Santiago confronta la envidia y el egoísmo que produce amargura y las ambiciones egoístas y expresa la gravedad de la envidia y el egoísmo al decir que ambas no solo que no provienen de Dios, no solo que son terrenales y puramente humanas, sino que lo lleva al punto de expresar que es un comportamiento demoniaco. Y expresa que el resultado de la envidia y las ambiciones egoístas es el desorden y el desenfreno de la maldad. "
- Jonathan Hencker, Pastor Ejecutivo